Las industrias de la economía del conocimiento basan su capital de trabajo en sus profesionales. El conocimiento no es más que el talento organizado en equipos de trabajo. Por ende, desarrollar, retener y mejorar la calidad de sus colaboradores es el valor esencial de estas industrias.  

"Nuestro ecosistema ha sido capaz de formar y desarrollar cientos de miles de profesionales de alta calidad que son reconocidos en todo el mundo, y que hoy son el cimiento de las industrias que representan el tercer rubro exportador del país.  Sin embargo, aunque sea una paradoja, esta cualidad se ha vuelto una amenaza para el sostenimiento del propio ecosistema", aseguraron desde Argencon.  

Es ampliamente conocido que el costo laboral y la carga impositiva en Argentina son de los más altos del mundo, tanto para las empresas como para los empleados.  Esta característica endémica se agravó por el efecto de la brecha cambiaria y las normas sobre ingreso de divisas que rigen para todas las industrias. La suma de estas circunstancias hace que las empresas -y consecuentemente sus empleados-, cobren un valor neto muy disminuido respecto del total en dólares que facturan al exterior. 

"Cosechan la fruta madura sin haber hecho ningún esfuerzo en cultivarla". Con esa metáfora resumen en Argencon, la cámara que agrupa a compañías de la industria del conocimiento, lo que identifican como una "amenaza para el sostenimiento del sistema". Se refieren al volumen cada vez más grande de profesionales del sector que, luego de haberse formado en instituciones y empresas argentinas, buscan evitar el recorte a sus ingresos que les significa la brecha cambiaria y las normas sobre ingreso de divisas y salen del mercado formal regulado para vender directamente sus servicios a clientes en el exterior.

Para la cámara empresarial está en peligro el acceso a talento local debido a las ofertas laborales desde el exterior

"Se creó un mercado laboral paralelo en base a contratos de locación de servicios de personas que se vinculan con clientes en el exterior, cobran dólares limpios y no tributan, lo que tiene un diferencial muy fuerte para el que lo hace", sostuvo Luis Galeazzi, director ejecutivo de la institución. "Esto que era un fenómeno marginal empezó a ser masivo con las plataformas freelance que sistematizan el mecanismo de contratación de servicios desde el exterior y favorecen que una personas renuncie a la empresa y empiece a trabajar con ese formato", añadió.

Las empresas del sector formal deben ingresar cada dólar vendido por la vía oficial, es decir, a $92 (considerando el mayorista) y no a los $140 que cotiza el blue. Además, sobre la ganancia se aplican impuestos y cargas. "La suma de estas circunstancias hace que las empresas, y consecuentemente sus empleados, cobren un valor neto muy disminuido respecto del total en dólares que facturan al exterior", explican en Argencon. 

Según datos del sector, un profesional puede cobrar entre 200% y 400% más si, en vez de estar empleado en una empresa local, trabaja en el exterior, convierte a la cotización paralela, y canaliza sus ingresos vía  PayPal, bitcoins o depósitos fuera del país.  

"Otros mercados se están robando la gallina de los huevos de oro. La Argentina invirtió en todo esto y lo están desarmando", sintetizó Galeazzi. La situación descripta aparece como uno de los principales obstáculos al desarrollo del sector, que si bien es una de las grandes apuestas del país registra 10 trimestres consecutivos de caída de las exportaciones, indicó ElDiarioAR.

Sin ahondar en las contravenciones y penalidades a las que se exponen quienes participan de este mercado, tarea que no es técnicamente sencilla dada la combinación de aspectos tributarios, previsionales y cambiarios que se conjugan, desde Argencon proponen valorar las consecuencias sistémicas que este flujo está produciendo sobre el ecosistema del conocimiento, que son graves e inmediatas.

A considerar:

Para muchos son más atractivas las condiciones de trabajo e ingesos que devienen de trabajar para el exterior desde sus casas

Cadena formativa quebrada. Las empresas del conocimiento no son solo entes comerciales que producen bienes y servicios, también son los ámbitos donde se educan las nuevas camadas bajo la supervisión de sus líderes técnicos en el marco de los proyectos que llevan a cabo, en un contexto de capacitación permanente. De tal forma, las empresas son la plataforma para el desarrollo del talento individual y grupal de sus miembros.   

Pérdida de competitividad e inversión educativa. Los recursos que se fugan del ecosistema local son captados por mercados que están en directa competencia con el argentino. De esta manera, nuestro ecosistema va mermando su competitividad en favor de países que se valen de los recursos formados por nuestro sistema educativo y productivo. Cosechan la fruta madura sin haber hecho ningún esfuerzo en cultivarla, impidiendo que nuestra sociedad recupere la inversión que implicó desarrollar ese talento a lo largo de años.  

Pérdida de masa crítica. La vitalidad de un ecosistema está en directa relación a su capacidad para atraer proyectos y generar innovación en sus industrias. La capacidad empresaria argentina ha sido muy eficaz en captar negocios sofisticados en industrias tan dispares como ingeniería atómica y satelital, biotecnología o servicios profesionales e informáticos, pero esta condición debe nutrirse de la solidez del mercado laboral presente y proyectado.  La pérdida constante de talento valioso afecta la aptitud de nuestras empresas para ganar proyectos internacionales y renovar así el ciclo de crecimiento y desarrollo técnico del ecosistema. 

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