El repunte de fin de año de Bitcoin quedó atrapado en una zona de indefinición. Tras rozar los u$s90.000, el precio perdió impulso y volvió a exhibir señales de agotamiento, en un contexto marcado por baja demanda, presión vendedora desde Estados Unidos y una actividad on-chain que no logra reactivarse.
La pregunta ya no es si habrá volatilidad, sino hacia qué lado llegará el movimiento. La cripto más fuerte del mundo está frente a una bifurcación y se enfrenta a un dilema: decidir qué rumbo toma.
Los datos de mercado muestran que Bitcoin enfrenta una resistencia técnica decisiva en torno a los u$s90.000. Superarla abriría la puerta a un rebote más amplio de cara a 2026. Fallar en el intento puede habilitar un regreso a niveles que el mercado creía superados. La respuesta puede llegar en unos días.
La demanda vuelve a jugar en contra
Uno de los factores que explica la falta de impulso es la caída de la demanda aparente. Según el analista y asesor financiero Enrique Nievas, "esta métrica pasó a terreno negativo y alcanzó niveles que no se veían desde octubre, con un registro cercano a los -3.500 BTC".
"El dato refleja una menor disposición a comprar tanto de traders como de inversores de largo plazo", agrega el experto.
La señal se refuerza con el índice de prima de Coinbase, que mide la diferencia de precio entre el par BTC/USD en Estados Unidos y el BTC/USDT en Binance. En las últimas semanas, ese indicador cayó a valores negativos y mostró presión de venta persistente desde el mercado norteamericano.
Qué pasará con Bitcoin en 2026
ETF en retirada y apetito de riesgo limitado
El comportamiento de los ETF de Bitcoin al contado también aporta señales de cautela. En la última semana, se registraron salidas por u$s782 millones, un dato que confirma el repliegue del capital institucional y la falta de convicción para sostener precios más altos.
"Para que Bitcoin recupere una tendencia alcista sostenida en 2026, el mercado necesita un cambio claro en la dinámica de demanda", asegura a iProUP la analista Belén González.
Según la experta, "eso implica no solo compras spot, sino también el regreso de entradas netas a los ETF y una mejora en el sentimiento global de riesgo".
Un año extremo y una herida que sigue abierta
La fragilidad actual no se explica solo por factores técnicos de corto plazo. También pesa el recorrido errático que tuvo Bitcoin a lo largo de 2025. Iván Bolé, analista cripto, describe ese proceso con crudeza y sin eufemismos.
"El año 2025 llegó a su fin. Bitcoin arrancó el año estrenando permanencia en el mítico precio de u$s100.000 con gran optimismo, Trump en la presidencia, sueños de cripto grandeza, memecoins a diestra y siniestra y una perspectiva de adopción institucional y regulatoria inmejorable".
Ese escenario cambió de forma abrupta en el segundo trimestre. "En abril, Trump twiteó la guerra de tarifas. Parecía el fin. La bolsa americana se desplomó y Bitcoin no se quedó a la zaga: tuvimos una corrección brutal hasta los u$s74.000", recuerda Bolé.
Luego llegó el rebote, alimentado por expectativas políticas y regulatorias. "Nos aburrieron de noticias favorables. Genius Act, reserva de EEUU en bitcoin, luego en cripto, luego suspenso. Más institucionales. Más estados comprando y aceptando Bitcoin", enumera.
El entusiasmo llevó a máximos históricos impensados meses atrás.
El evento que cambió el clima del mercado
El quiebre definitivo llegó en octubre. "Cayó el meteorito. Un evento de extinción de futuros. Polémico, rápido, extraño. El 10-O. Colapsaron Binance y varios exchanges más. Bitcoin ya no sería el mismo", afirma Bolé.
Desde ese momento, el precio entró en una fase descendente y errática. "Caímos ininterrumpidamente desde entonces. Tres meses de caída. Bitcoin tocó u$s80.500 a mediados de noviembre y desde entonces está en un desarrollo lateral bajista", detalla.
El impacto psicológico también resultó profundo. "Hoy, todos son bajistas. Los que antaño pregonaban u$s250.000 ahora pregonan u$s74.000, y los que pregonaban u$s500.000, u$s63.000, u$s60.000 y u$s47.000", apunta el experto.
Una compresión que exige un movimiento
Desde el punto de vista técnico, el mercado enfrenta una compresión extrema. El precio se mueve con máximos cada vez más bajos y mínimos crecientes, una estructura que suele anticipar un desplazamiento violento.
"¿Dónde estamos exactamente a fin de 2025? En una encrucijada de corto plazo, que obligará a un movimiento extremo", plantea Bolé.
Y agrega: "El mercado de inversores tendrá que elegir en enero 2026. No queda más espacio". Será la fecha en la que el comportamiento de los traders resuelva si sube o baja con fuerza, según su análisis.
El analista describe un escenario dominado por operadores grandes. "Noviembre y diciembre fueron la fiesta de las ballenas vendedoras y de los operadores grandes liquidando a los pequeños, para arriba y para abajo, en una danza siniestra".
Los niveles que pueden definir el año
El foco inmediato del mercado se concentra en la zona de los u$s90.300. "Hoy, las alternativas son pocas. Rompemos el nivel de resistencia de titanio que se formó en u$s90.300, abriendo camino a un rebote importante, hasta u$s94.500, u$s98.000 o u$s100.000 en el verano", plantea Bolé.
El escenario contrario también está sobre la mesa. "Nos esperan u$s74.500 y su amigo inseparable u$s63.000-u$s60.000, de brazos abiertos", advierte.
Mientras tanto, los gráficos de TradingView muestran que Bitcoin mantiene soporte en torno a los u$s84.000. Una recuperación sostenida por encima de la franja u$s90.000-u$s92.000 devolvería impulso alcista y permitiría pensar en un comienzo de año más constructivo.
Por ahora, el mercado aguarda. La definición no parece lejana y, como sintetiza Bolé, el clima es claro: "Bitcoin al borde de una definición inminente".