Mientras el mercado cripto intenta digerir una corrección que aùn no termina de definirse, Citigroup volvió a meterle combustible al debate con una proyección que, guste o no, obliga a mirar 2026 con otra lupa. El banco puso su escenario base para Bitcoin en u$s143.000 en 12 meses, lo que implicaría una suba cercana al 60% desde los valores actuales.
Pero el informe no es propaganda alcista, también incluye riesgos claros, puntos de validación concretos y un par de advertencias que en la Argentina se leen con especial cuidado. Para Citi, el eje central pasa por algo que el mercado ya empezó a mostrar: los fondos cotizados (ETF) al spot no fueron una moda, son infraestructura financiera.
La entidad cree que una nueva ola de flujos, combinada con expectativas positivas en equity global y un potencial marco regulatorio más claro en EE.UU. puede ser el motor que empuje el próximo tramo de suba. De hecho, menciona como catalizador clave la aprobación de normativa sobre activos digitales que facilite adopción institucional real, no narrativa.
Fija niveles como los u$s70.000 como soporte psicológico, técnico y político a la vez, porque fue el nivel previo a la victoria electoral de Trump, evento que el mercado cripto asoció con un clima más amigable hacia la industria. Si BTC respeta ese piso, Citi ve espacio para la recuperación progresiva hacia su escenario base. Citi también marca un escenario bajista en u$s78.500, condicionado a un shock recesivo global que drene liquidez y golpee apetito de riesgo.
Al mismo tiempo, construye un bull case agresivo en u$s189.000, en el que la adopción institucional se acelera, los flujos hacia ETF crecen de manera sostenida y el mercado entra en una nueva fase de narrativa dominante alcista.
Hasta ahí, la foto global. Sin embargo, en el mercado cripto local la lectura no es tan complaciente. Hay entusiasmo por el rol de los ETF, sí; hay coincidencia en que el marco regulatorio de EE.UU. puede ser un antes y un después, también. Pero hay dudas.
Bitcoin: qué puede pasar en 2026
El analista de mercados Iván Bolé recuerda que Bitcoin vivió en 2025 un recorrido extremo: el año arrancó con euforia, impulsado por la "ola Trump", el furor por las memecoins políticas y un precio que superó los u$s100.000. Tras una corrección en abril hasta los u$s74.500,retomó impulso y escaló 68% en seis meses, alcanzando un máximo histórico de u$s126.200. Sin embargo, el 10 de octubre el evento "3i Atlas Cripto" borró cerca de u$s20.000 millones de mercado en 24 horas, en una liquidación polémica y violenta. El golpe fue contundente.
"Traders novatos y profesionales quedaron fuera de juego y Bitcoin terminó el año con una caída del 36% en el último trimestre, cerca de u$s88.000, mientras la plata, el oro y el S&P 500 marcaban récords. Fue, en síntesis, un año 'loco y alcibajista', que dejó más interrogantes que certezas", dice Bolé.
Bolé añade que el principal activo digital transita una corrección profunda que no solo deterioró precios, sino también el ánimo del mercado. En la lectura bajista, este proceso recién comienza. "Sería apenas la primera fase ("flush"), quedando aún un rally bajista y un último movimiento antes de completar un zigzag que puede extenderse buena parte de 2026", advierte el estratega.
En cuanto la mirada alcista, anticipa que la caída responde a interpretaciones macro erradas, a una Reserva Federal (Fed) lenta para reaccionar y a un proceso de acumulación deliberado por institucionales.
"Para este grupo, el piso habría quedado en u$s80.500 –o en el peor caso u$s74.500– y 2026 debería revertir el escenario", añade. Según Bolé, ambos enfoques coinciden en algo: "Antes habrá un swing alcista". Pero con diferencias:
- "Para los osos, ese rebote se ubicaría en torno a u$s100.000-108.000 para luego volver a caer"
- "Para los toros, sería el trampolín para recuperar los u$s112.000, u$s120.000, romper los u$s126.000 y aspirar a la zona de u$s130.000–150.000 más adelante"
En este contexto, la recomendación es prudencia: "Para quienes toleran riesgo, un eventual repunte a u$s100.000 luce como oportunidad para reducir exposición. Las posiciones de largo plazo conviene sostenerlas, mientras que el corto plazo y el apalancamiento lucen poco aconsejables hasta que el panorama se aclare", aconseja el estratega.
Agrega que, hoy, el sesgo técnico sigue siendo bajista, aunque la macro, los fundamentos y la visión estratégica se mantienen alcistas. El volumen, negativo desde octubre, empieza lentamente a moderar su perfil, lo que podría estar anticipando el próximo movimiento.
"Si será un último suspiro antes de otra caída o el inicio de una recuperación sostenida, se sabrá pronto: enero será decisivo y el mercado tendrá que mostrar sus cartas", concluye.
Bitcoin entre la ambición de Citi y la realidad del mercado
Carolina Gama, Country Manager de Bitget para Argentina, señala a iProUP que la proyección de Citi de un escenario base de u$s143.000 para Bitcoin en un horizonte de 12 meses es posible, "pero altamente dependiente del contexto macroeconómico".
La experta advierte que, para que ese nivel sea alcanzable, será necesario un entorno más favorable, "con una mejora en las condiciones de liquidez global, mayor claridad regulatoria y un retorno más consistente del apetito por activos de riesgo".
Dicho esto, el momento actual exige cautela. "La reciente transición de los ETF de Bitcoin desde flujos positivos hacia rescates sugiere que el mercado todavía está en una fase de ajuste, con toma de ganancias y una postura más defensiva por parte de algunos inversores institucionales", advierte Gama.
En ese contexto, la experta analiza que no puede descartarse que el activo continúe profundizando su corrección durante los primeros meses del año antes de encontrar un piso más sólido.
"De cara a 2026, mi visión es que Bitcoin mantiene fundamentos estructurales que sostienen su relevancia en el largo plazo, especialmente en términos de adopción institucional e integración en carteras diversificadas", advierte Gama.
Sin embargo, el camino hasta allí probablemente no será lineal. "La evolución del precio seguirá muy condicionada por el escenario macro global, la política monetaria y la dinámica de flujos, lo que implica un entorno de volatilidad elevada y movimientos abruptos tanto al alza como a la baja", concluye la experta.