Bitcoin atraviesa un momento de tensión que combina presión técnica, salidas de capital institucional y un debate de fondo sobre su seguridad a largo plazo. El activo líder del mercado cripto opera con alta volatilidad en estos días y refleja un cambio en el humor de los inversores, que reducen exposición frente a un escenario más incierto.
En los últimos días, la cotización muestra rebotes puntuales que no logran consolidarse. El precio, al momento de esta redacción, se mueve en torno a los u$s85.000, lejos del máximo histórico registrado a comienzos de octubre, y refuerza la percepción de un mercado agotado tras meses de fuerte avance.
Es tan "montaña rusa" la performance que el movimiento de hoy fue un clásico bull trap (trampa para toros) seguido de una capitulación rápida. Si bien el precio estuvo cerca de los u$s90.000 en el inicio de la sesión asiática/europea, la realidad técnica fue más cruda.
Los ETF profundizan la presión vendedora
Uno de los factores centrales del actual retroceso pasa por los fondos cotizados en bolsa basados en Bitcoin. "En solo dos jornadas consecutivas, estos instrumentos registran salidas netas por u$s634 millones, la mayor sangría del mes", resume sin mayores eufemismos el analista técnico Fermín Aguirre.
El iShares Bitcoin Trust de BlackRock lidera los egresos, con retiros diarios por más de u$s200 millones. Otros productos como los ETF de Bitwise, ARK 21Shares, Grayscale y VanEck también exhiben flujos negativos, lo que refleja una toma de ganancias generalizada por parte de inversores institucionales.
"Esta dinámica impacta de forma directa en el precio", sentencia Aguirre a iProUP. El experto explica que, a diferencia de otros vehículos financieros, "los ETF spot requieren respaldo en Bitcoin físico".
Esto lleva, según el analista, a que "cuando se producen rescates masivos, las gestoras venden parte de sus tenencias, incrementan la oferta y profundizan la presión bajista".
La volatilidad reciente coincide con una nueva fase de distribución por parte de los tenedores de largo plazo. Datos de Glassnode muestran que las direcciones que mantienen Bitcoin por más de 155 días reducen su suministro a un mínimo de ocho meses.
Se trata de la tercera ola de ventas de este tipo en el ciclo actual, un comportamiento que rompe con los patrones históricos de ciclos anteriores. "En lugar de una única fase de descarga cerca de un pico eufórico, el mercado enfrenta múltiples episodios de distribución a lo largo del tiempo", advierte la analista financiera Belén González.
Este fenómeno suma incertidumbre al corto plazo. "La salida de inversores experimentados reduce el colchón de soporte y deja al mercado más expuesto a movimientos bruscos ante cambios en la liquidez", completa la experta.
La presión vendedora se refleja también en los mercados de derivados. En las últimas horas, las liquidaciones superan los u$s400 millones, con predominio de posiciones largas que apostaban a una continuidad alcista.
Analistas del sector describen el entorno como un mercado cansado, con menor profundidad en el margen y mayor sensibilidad a cualquier orden de venta relevante. En ese contexto, incluso movimientos moderados generan retrocesos acelerados.
Los operadores ahora observan con atención la zona de soporte entre u$s80.000 y u$s85.000, niveles clave para evitar una corrección más profunda en el corto plazo.
El fantasma de dos palabras que afecta a Bitcoin
Más allá del ruido inmediato, surge un debate que apunta al largo plazo. Charles Edwards, fundador del fondo Capriole, advierte que Bitcoin enfrenta un desafío estructural si no avanza hacia una solución resistente a la computación cuántica.
Según su visión, la industria debe implementar un parche de seguridad antes de 2028. De lo contrario, el precio puede caer muy por debajo de los u$s50.000 hasta que se resuelva la amenaza. Edwards sostiene que los grandes bancos ya migran hacia esquemas de cifrado poscuántico, mientras Bitcoin permanece expuesto.
No todos comparten esa lectura. Voces como Michael Saylor minimizan el riesgo y lo consideran una narrativa exagerada. Otros referentes, como Willy Woo, sugieren medidas transitorias para proteger los fondos hasta que exista una solución definitiva.
Volviendo al contexto actual de precios, la combinación de salidas en los ETF, ventas de largo plazo y debates tecnológicos redefine el escenario de Bitcoin hacia el cierre del año. El mercado muestra mayor madurez, pero también menos margen para ignorar riesgos estructurales.
Sin catalizadores claros en el frente macro y con la liquidez bajo presión, la criptomoneda líder enfrenta una etapa donde la cautela gana terreno y cada soporte se vuelve decisivo.