La reunión de la Reserva Federal (Fed) que arrancó el martes y concluye el miércoles, llegó en un momento en que los mercados globales necesitan una señal. No solo para cerrar un año cargado de volatilidad, sino para definir si diciembre volverá a honrar su fama de mes alcista.
El famoso rally de Navidad, esa ventana estadísticamente positiva que suele impulsar a las acciones en las últimas cinco ruedas del año y las primeras dos del siguiente, hoy pende más de la rueda de prensa de Jerome Powell que del viejo mito bursátil.
El mercado da por hecho un recorte de 25 puntos básicos. Nada disruptivo. Lo que realmente importa es el tono: si Powell confirma que el ciclo de recortes continuará en 2026 o si, por el contrario, endurece el mensaje y obliga a recalibrar expectativas. Aunque el recorte de este miércoles fue descontado en un 90%, el volumen del rally dependerá de cuántas bajas adicionales sugiera el nuevo dot plot.
Una Fed no tan rígida puede reencender el apetito por riesgo justo a tiempo para el tramo final del año. Una posición más dura, en cambio, puede enfriar cualquier intento de rally antes de que empiece.
Wall Street quiere previsibilidad; las cripto, oxígeno
El mercado accionario, que viene de marcar máximos y retroceder, observa la reunión con pragmatismo: cualquier señal de tasas más bajas en 2026 allana el camino para recomponer múltiplos sin alterar la narrativa de "aterrizaje suave".
Bitcoin, en cambio, espera oxígeno. Tras recuperar la zona de los u$s90.000, el impulso se frenó por dos motivos. Primero, la debilidad de la demanda institucional y las persistentes salidas de los fondos cotizados (ETF), que dejaron al activo sin el "comprador marginal" que sostuvo las subas de los primeros meses del año.
El mercado cripto está más dependiente que nunca del clima macro. Un mensaje hawkish (política agresiva) puede amplificar las presiones vendedoras; uno más suave habilitaría un rebote inmediato.
Iván Bolé, analista de mercados, en diálogo con iProUP, señala que es poco lo que puede incidir la decisión de la Fed. Incluso estima que puede desencadenar más caídas: "Es algo así como una novedad que no suma, no cambia la narrativa. Y cuando la narrativa no cambia, se fortalece el aspecto técnico del precio, que hoy es claramente bajista".
Añade que es una posibilidad cierta ver un dump dada la inercia negativa que sigue atraviesa al Bitcoin: "El precio entró en un proceso muy marcado de declive y, aunque cada rebote ofrece una nueva oportunidad de reversión para los bulls (alcistas), prevalece la sensación de que la tendencia se quebró".
"Tuvimos un ATH (máximo histórico) a principios de octubre, una masacre del volumen comprador el 10 de ese mes y ahora lo que vemos es el despliegue de una alfombra roja bajista", dice Bolé. En su visión, salvo que aparezca un aluvión de volumen comprador, que hoy no está a la vista, hay pocos argumentos alcistas.
El precio puede testear los mínimos de abril en u$s74.500. Del lado optimista, lo máximo a aspirar es un rebote técnico, un bear market rally, que nos devuelva momentáneamente hacia los u$s100.000, pero solo para luego retomar la caída", desliza Bolé.
Eso es, para el experto, lo que sugiere el perfil actual del precio y sus relaciones técnicas, que desde hace dos meses marcan un desarrollo bajista, "aunque cueste creerlo".
El freno que Bitcoin no esperaba
Mientras los flujos de los ETF acumulan semanas de salidas, la otra gran pata de la demanda, las Digital Asset Treasuries (DAT), también muestra señales de agotamiento.
Sus compras semanales cayeron de u$s4.200 millones en junio a apenas u$s8 millones. Muchas de estas firmas, que habían capitalizado el ciclo de exuberancia cripto, hoy lidian con caídas del 40% en sus acciones y restricciones crecientes para seguir acumulando.
El resultado es un mercado con menos poder de absorción. Y en un activo tan correlacionado con el apetito por riesgo como Bitcoin, eso pesa.
Emanuel Juárez, analista de mercados de HFM, asegura a iProUP que un recorte de tasas, cuando la economía no está en recesión, "suele ser positivo para los mercados porque mejora las condiciones financieras y aumenta el apetito por activos de riesgo como índices, acciones e incluso criptomonedas".
Según su visión, en esta reunión de la Fed, el foco no está en el recorte en sí: el mercado ya lo tiene incorporado y reaccionó anticipadamente en las últimas semanas. Lo relevante "será el tono que adopte Powell. El mercado no busca solo la decisión, sino la narrativa que acompañe esa decisión".
Para el estratega, "si Powell mantiene una postura neutral, dejando abierta la puerta a más recortes durante 2026, veremos una reacción positiva en los activos de riesgo, los índices podrían extender las subas y Bitcoin también podría acompañar ese movimiento al alza".
En pocas palabras, para los expertos, esta reunión será menos sobre "cuánto recorta la Fed" y más sobre cómo interpreta el mercado, la hoja de ruta futura, por lo que el impacto en Bitcoin puede ser incluso negativo.
Desde el mínimo de noviembre (u$s80.500), BTC rebotó con fuerza, pero chocó contra una resistencia firme en u$s94.000, que coincide con el 61% de retroceso de Fibonacci. Ese nivel se convirtió en la frontera psicológica del mercado: superarlo habilita un ataque a los u$s100.000, tal como indica Bolé; perder los u$s85.000 reabre el escenario de corrección profunda.
Así, la Fed vuelve a decidir en un punto de inflexión, con acciones sensibles al mensaje, con un mercado cripto oscilando entre la expectativa y el desgaste, y con un rally de Navidad que todavía no está garantizado. Esta semana no define solo una tasa: define el tono del cierre del año y la primera narrativa de 2026.