La industria de la minería de Bitcoin enfrenta su momento más crítico desde su creación, con una caída abrupta de ingresos, un costo por hash crecientemente alto y una competencia brutal.

Todos estos factores ponen contra las cuerdas a cientos de operadores, especialmente los de menor escala, en un contexto donde según algunos: Satoshi Nakamoto ya había previsto el ajuste natural.

El indicador clave para medir la rentabilidad minera, el llamado hashprice, se encuentra en niveles históricos mínimos. 

Tras mantenerse entre u$s50 y u$s55 por PH/s/día entre mayo y octubre de 2025, ahora se derrumbó hasta ubicarse dentro de los u$s37.7 por PH/s/día.

El peor momento se registró el 21 de noviembre, cuando este indicador tocó un piso de u$s34.4 /PH/s/día, lo que representa una caída superior al 30% respecto al rango de estabilidad previo.

Para muchos mineros, especialmente los que operan con equipos antiguos o con costos energéticos elevados, esa caída significa ingresos que ya no alcanzan para cubrir siquiera los gastos operativos.

La teoría de Satoshi y un posible rebote estructural

La otra cara de la moneda es el llamado hashcost, una métrica que incorpora todos los costos operativos como energía, mantenimiento, infraestructura, gastos administrativos, por unidad de potencia. 

Ese costo hoy eclipsa lo que los mineros logran ganar, incluso las máquinas más modernas requieren más de 1.000 días para recuperar la inversión inicial.

En ese escenario, muchas operaciones se tornan inviables, y empresas que cotizan en bolsa vieron caer sus márgenes de ganancia, algunas hasta entrar en pérdidas o tener que vender reservas de Bitcoin para mantenerse a flote.

Paradójicamente, la crisis actual es también interpretada por algunos analistas como una manifestación del mecanismo autorregulatorio previsto por Satoshi, en la teoría que afirma que "el precio de un commodity tiende a gravitar hacia su coste de producción".

Es decir, cuando la minería deja de ser rentable, muchos operadores, especialmente los menos eficientes, abandonan la red. Esto reduce la potencia total, y fueza eventualmente una caída en la dificultad de minado, ya que con menos competencia, los mineros que quedan podrían ver un alivio en sus ingresos.

Según cálculos de firmas especializadas, el "costo eléctrico" promedio para producir un BTC ronda los u$s71.000, cifra que funciona como un piso dinámico para el precio de Bitcoin, si el valor del mercado cae por debajo, para muchos mineros ya no es viable extraer.

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