La capitalización total de las stablecoins superó los u$s300.000 millones, un hito que marca el avance más acelerado de este segmento dentro del ecosistema cripto, con un incremento interanual cercano al 47%.
Este avance refleja la confianza de los usuarios en monedas digitales que mantienen paridad con activos tradicionales, como el dólar o commodities.
A diferencia de otras criptomonedas, las stablecoins ofrecen estabilidad de valor, lo que las convierte en una herramienta clave para pagos, ahorro y transferencias internacionales.
El mercado no solo creció en volumen, sino también en diversidad. Ethereum y Tron lideran la emisión y circulación de estos activos, junto a otras propuestas que apuntan a nichos específicos.
Esta expansión va de la mano de un mayor respaldo regulatorio. Autoridades financieras en distintas regiones están legitimando el rol de las stablecoins en la economía digital, lo que impulsa su adopción en sectores como el comercio electrónico y los servicios financieros.
Además, son un activo clave para plataformas de pagos y exchanges que integran stablecoins como alternativa a transferencias tradicionales, reduciendo costos y tiempos.
Otro motor de crecimiento es la expansión de la infraestructura DeFi y CeFi, donde las stablecoins funcionan como colateral y unidad de cuenta.
Plataformas de préstamos, exchanges descentralizados y protocolos de inversión dependen de ellas para garantizar liquidez y estabilidad. Además, la aparición de nuevas stablecoins respaldadas por monedas fiduciarias y commodities amplió la oferta y la competencia, atrayendo más usuarios.
En medio de este crecimiento acelerado, la competencia entre emisores también se intensifica. Tether (USDT) y USD Coin (USDC) continúan liderando el mercado, mientras que nuevos proyectos regionales y sectoriales buscan diferenciarse con mayor transparencia, auditorías regulares y mecanismos de respaldo más robustos.