La semana pasada, fue el centro de la escena cripto global. Miles de desarrolladores, constructores, fondos, emprendedores y gigantes del ecosistema aterrizaron en Devconnect, el evento más importante del universo Ethereum.
Con la ciudad transformada en un hub global, apareció un jugador que quiere ser parte del reordenamiento financiero que se discute por estos días: KAST, una startup con base en Singapur que nace con una ambición clara: convertir a las stablecoins en la infraestructura natural del dinero global.
iProUP habló en exclusiva con su cofundador, Raagulan Pathy –ex Circle, Facebook, Amazon y Zoom, y con tres años al mando del negocio de Asia-Pacífico–, quien resume su tesis en una frase que redefine el sector: las stablecoins no son la revolución; la revolución empieza cuando la gente deja de darse cuenta de que las está usando.
Stablecoins como autopista global
"KAST existe porque el sistema financiero se mueve más lento que el mundo", dispara el Pathy. Y la frase no es solo un diagnóstico: es una hoja de ruta. Según explica, el dinero transfronterizo sigue atado al siglo XX: es caro, lento, opaco. Las stablecoins –dice– corrigen esa falla sistémica al crear una capa universal de liquidación, instantánea y barata.
No es filosofía, es tiempo histórico: regulación más madura, infraestructura robusta, adopción empresarial global y demanda real en mercados inflacionarios. Todo converge en 2025.
Por eso su tesis preferida es la que más le interesa a los argentinos: "Cuando la inflación es inestable, la gente busca dólares digitales, seguros y neutrales". Es casi una definición sociológica de la Argentina actual.
Del mundo Circle a la escuela del "trust" regulatorio
Su paso por Circle marcó su mirada: transparencia, auditoría continua y cooperación con reguladores no como un obstáculo, sino como la única vía para escalar. En APAC vio cómo la desconfianza se combate con datos, no con marketing.
Con KAST, dice, aprendieron que la transparencia abre la puerta, pero la UX sostiene a la gente adentro. Por eso la propuesta no es "una app cripto": es convertir stablecoins en una herramienta cotidiana, tan natural como usar una cuenta en dólares pero con la eficiencia on-chain.
"Queremos que KAST se sienta como un hogar financiero", resume. Ni una exchange ni una tarjeta: un lugar donde guardar, pagar, cobrar y operar con la estabilidad del dólar y la eficiencia Web3.
Argentina, donde el futuro del dinero ya sucede
Latinoamérica aparece como prioridad. Argentina, directamente, como laboratorio del futuro, sostiene Pathy. Y lo dice sin rodeos: "Es uno de los mercados más dinámicos y el que mejor demuestra cómo la innovación puede proteger el futuro financiero de la gente".
La lista de razones es conocida por cualquier ahorrista local, pero vista desde afuera adquiere otro peso:
- Cultura cripto profundamente arraigada
- Talento técnico de clase mundial
- Un sistema financiero tradicional que no logra dar respuestas
- Inflación crónica y restricciones cambiarias
- Freelancers, exportadores, e-commerce y gig-workers que viven entre dos mundos
En ese combo explosivo, las stablecoins se convirtieron en mucho más que un refugio. Pasaron a ser la llave de acceso al mundo financiero global: pagos internacionales, remesas, cobros 24/7, acceso a plataformas globales, cobertura ante devaluaciones y herramientas de ahorro predecibles.
Para KAST, la Argentina no es un "mercado a conquistar". Es –literalmente– una fuente de talento, resiliencia e ideas. Por eso están explorando alianzas con fintech locales y players cripto que ya conocen el territorio para concretar el desembarco.
¿Dolarización digital o un sistema multipolar?
El debate atravesó Devconnect y cualquier charla cripto seria: ¿la dominancia del dólar se refuerza con las monedas estables o empieza una era más multipolar?
La respuesta de KAST es pragmática: las stablecoins no refuerzan hegemonías; democratizan el acceso. Cualquiera, desde cualquier país, puede usar infraestructura dólar sin depender del sistema bancario de su país.
Pero al mismo tiempo –dice Pathy– abren la puerta a sistemas multimoneda: un mundo donde la gente elige por conveniencia, no por obligación. Donde la política monetaria ya no está encerrada en fronteras financieras del siglo pasado.
El impacto macro: velocidad, liquidez y una nueva transmisión monetaria
KAST no se sube al evangelismo naïf. Reconocen que las stablecoins no van a dictar la política monetaria global, pero sí modificarán la forma en que circula la liquidez:
- Aumentan la velocidad de los flujos de capital
- Mejoran la transparencia y trazabilidad
- Generan nuevos datos on-chain que los bancos centrales ya empiezan a mirar
- forzan a los reguladores a repensar tasas de interés y controles de capital
La señal es clara: el sistema financiero tradicional ya no es el centro del mapa. Ahora es una capa más, conviviendo con fiat, cripto y stablecoins.
El futuro es de coexistencia, pero con una capa dominante
Para KAST, el sistema monetario que viene no destruye lo anterior: lo reorganiza. Stablecoins como capa conectora. Bitcoin como reserva digital. Fiat como ancla institucional.
"Las stablecoins no reemplazan al dólar: lo modernizan", repite Pathy. Es la síntesis perfecta para entender hacia dónde va todo esto. Y si hay un país donde esa transición ya se vive en tiempo real, es la Argentina.
Que Devconnect se haya realizado en Buenos Aires no es casualidad. Es un reconocimiento global a un ecosistema que construyó mientras la macro se desmoronaba. Un país donde las stablecoins dejaron de ser teoría hace años, agrega Pathy.
En ese escenario, KAST aparece con una ambición clara: ser la plataforma que conecte la estabilidad del dólar, la eficiencia blockchain y las necesidades de la vida financiera argentina.
Una promesa audaz, sí. Pero si hay una ciudad capaz de ponerla a prueba –y de exigir que funcione– es esta Buenos Aires que se convirtió, por una semana, en la capital cripto del mundo.