El precio de Bitcoin volvió a quedar en el centro de las discusiones entre traders y analistas.
No solo por la inminente formación de una nueva "cruz de la muerte", un patrón técnico que en los mercados tradicionales suele interpretarse como señal bajista, sino porque el mayor activo del mercado cripto enfrenta un momento de marcada debilidad.
En los últimos días, el precio se movió con una notoria falta de volumen y sin señales de una recuperación sostenida. Los analistas que charlaron con iProUP para analizar el futuro inmediato y de mediano plazo del activo no tienen, por ahora, razones para creer en un rebote sólido.
El precio y los soportes en juego
Iván Bolé, analista especializado en criptomonedas, sintetiza con crudeza el actual momento de la cripto que todos miramos: "Cada día se nota más débil la acción del precio de Bitcoin. En ausencia de volumen comprador, les resulta muy simple a los bears (bajistas) llevarlo a niveles cada vez más bajos".
El análisis técnico respalda esa lectura. Según los gráficos de Glassnode, Bitcoin estaría a punto de formar su cuarta "cruz de la muerte" desde 2023, es decir, el cruce de la media móvil de 50 días por debajo de la de 200.
En términos simples, la "cruz de la muerte" aparece cuando la línea que marca el promedio del precio de Bitcoin en los últimos 50 días cae por debajo de la que representa el promedio de los últimos 200. Es como si, en una carrera, el rendimiento reciente del corredor (los 50 días) empezara a quedar por detrás de su rendimiento general (los 200 días).
En análisis técnico, eso suele interpretarse como una señal de que el impulso se está enfriando y que el mercado puede entrar en una etapa de debilidad o pausa. Aunque el nombre suene apocalíptico, en ciclos anteriores esta señal no derivó en un desplome prolongado, sino en etapas de consolidación antes de nuevos impulsos.
Sin embargo, el contexto actual es distinto: el entusiasmo se desinfló, los compradores institucionales parecen ausentes y los grandes tenedores comenzaron a vender posiciones.
En palabras de Bolé: "El presente de Bitcoin es de desinterés, de ventas de tenedores que lo tuvieron 1 año o más en cartera, de nuevos compradores ausentes, ausencia de emoción o euforia".
Volviendo a lo técnico, el nivel de u$s107.500 aparece como una barrera infranqueable. Bitcoin rechazó esa zona con fuerza y no logró sostener los u$s106.000, lo que dejó al activo en un escenario más frágil. Al momento de esta redacción, el precio de Bitcoin sobrevuela los u$s101.000.
"Veo que podríamos definir tres zonas y desafortunadamente estamos en la bajista, ya que el precio rechazó con claridad el nivel de u$s107.500 y no llega a mantener el del u$s106.000", apunta Bolé.
El analista detalla que si el activo pierde los u$s100.000, puede profundizar la corrección rápidamente. "Los bears siguen con la delantera y parecen decididos a llevar el precio a sub u$s100.000. Si Bitcoin pierde ese nivel, entre u$s99.600 y u$s95.000 hay solo un suspiro, y u$s93.000 a la vuelta de la esquina. Solo un renovado volumen comprador (hoy ausente) podría revertir este escenario".
El mercado, además, arrastra las secuelas de las fuertes liquidaciones del mes pasado. Según los datos de Coinglass, el 10 de octubre se eliminaron posiciones por más de u$s20.000 millones en derivados cripto. Bolé lo explica con una analogía precisa: "Haber barrido con u$s20.000 millones de traders de criptomonedas el 10 de octubre no iba a salir gratis, y el precio de Bitcoin lo sabe".
"Restarle importancia por haber sido una liquidación de fondos de operadores de futuros implicaría no entender que el mercado, como la naturaleza, es un ecosistema integrado: el exterminio de una especie produce profundos desarreglos en el conjunto del bioma".
Una corrección que parece estructural
Mientras tanto, los indicadores on-chain muestran que la demanda en el mercado spot también se redujo, algo que refuerza la idea de un ciclo de enfriamiento.
"Sin la presencia de ese volumen en futuros, y con menor demanda en spot, el bioma del precio se ve profundamente alterado y prolifera otra especie que ahora no tiene casi competencia: la de los vendedores (bajistas)", remarca Bolé.
A esto se suma un clima macroeconómico más incierto. "El reciente acuerdo presupuestario en Estados Unidos para evitar un nuevo cierre del Gobierno federal calmó temporalmente los mercados, pero los traders todavía operan con cautela", comenta a iProUP la economista y experta en criptomonedas Laura Ventura.
"En este contexto, la posibilidad de que la Reserva Federal mantenga las tasas altas por más tiempo puede seguir limitando la entrada de capital especulativo al mercado cripto", agrega la especialista.
La cruz de la muerte y el rumbo del ciclo
La inminente "cruz de la muerte" genera debate entre los analistas. Mientras algunos la interpretan como una señal de debilidad, otros la leen como una pausa necesaria. Laura Ventura recuerda que las tres cruces anteriores (septiembre 2023, agosto 2024 y abril 2025) coincidieron con mínimos locales antes de fases de recuperación.
También destaca que el actual retroceso podría ser una simple "respiración técnica" antes de un nuevo intento de superar los u$s107.000. Según su análisis, el soporte clave sigue siendo la zona de los u$s101.000, y perderlo podría abrir la puerta a un tramo de mayor volatilidad.
En este contexto, la cuestión vital parece estar en la psicología del mercado. La apatía y el desinterés que hoy dominan el ecosistema cripto pueden ser, paradójicamente, el preludio de una nueva etapa de acumulación. Bitcoin ya atravesó situaciones similares: largos períodos de aburrimiento que, de repente, se transformaron en impulsos violentos.
Si el soporte en torno a u$s100.000 logra resistir y el volumen comprador regresa, la narrativa puede cambiar rápidamente. Pero si el mercado sigue sin interés ni liquidez, el riesgo de que Bitcoin vuelva a niveles cercanos a u$s95.000 es real.
Por ahora, el sentimiento dominante es el de la espera. Como recuerda Iván Bolé, "solo un renovado volumen comprador podría revertir este escenario". Hasta que eso ocurra, Bitcoin parece condenado a seguir moviéndose entre la desconfianza y la esperanza, buscando un nuevo punto de equilibrio en medio de la volatilidad.