Según trascendió, una "ballena" que participó en la preventa de Ethereum (ETH), la segunda criptomoneda por capitalización del mercado, en 2014, volvió a entrar en acción tras un prolongado periodo de inactividad, movilizando 1.500 ETH hacia la plataforma Kraken.

Esta suma de monedas de ETH serían aproximadamente unos u$s6 millones al precio actual, pero además este cetáseo todavía mantiene un saldo de 18.500 ETH en su wallet, valuados en unos u$s80 millones.

¿Cómo entender el movimiento de esta ballena de Ether?

Este movimiento puso sobre la mesa dos fenómenos claves en el ecosistema cripto, por un lado, la realización parcial de ganancias por parte de inversores que mantuvieron activos durante largos periodos.

Mientras que además, también manifestó la persistente acumulación por parte de instituciones que confían en la infraestructura de Ethereum como motor de adopción. Sin embargo, la relevancia del giro radica en que dicha ballena adquirió sus tokens en la preventa (ICO) de Ethereum y, después de aproximadamente ocho años de inmovilización, decidió movilizar una fracción significativa.

Se estima que el retorno acumulado en su posición alcanza cerca de 12.971 veces la inversión inicial, lo que evidencia tanto el poder del holding a largo plazo como la capacidad de liquidez del mercado.

Además, el contexto institucional resulta complementario, ya que la firma BitMine, asociada a FundStrat y al analista Tom Lee, compró unos 27.316 ETH por u$s113 millones, lo que elevó sus tenencias a 3.34 millones de tokens.

Una ballena de Ethereum inactiva durante 8 años despertó y realizó un movimiento millonario

Señales mixtas para el mercado

El panorama que se abre en el mercado es de "pull & push", por un lado, la toma de ganancias puntual podría indicar que algunos hodlers de largo plazo ven oportunidad de consolidar beneficios.

No obstante, la persistente acumulación institucional sugiere convicción estructural en el proyecto Ethereum, que según el análisis, el sesgo futuro dependerá de variables como la liquidez disponible, flujos hacia los exchanges, entrada de instituciones adicionales y la acción de los grandes operadores, las "ballenas".

Es importante señalar que cuando antiguas ballenas movilizan tokens hacia una exchange no siempre significa venta inmediata, ya que puede tratarse de rebalanceo patrimonial o ajustes de seguridad.

En conclusión, el despertar de esta ballena de la ICO de Ethereum, junto a la agresiva acumulación institucional, resume el momento en que se encuentra ETH, maduro, con fuerte profundidad institucional, pero aún vulnerable a vaivenes de liquidez y narrativa. 

El mercado estará monitoreando especialmente los flujos desde carteras antiguas y hacia exchanges, así como la evolución de la demanda institucional para determinar el próximo movimiento grande entre inversores de peso.

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