El staking en Ethereum atraviesa un momento de tensión: más de 2 millones de ethers (ETH) esperan por salir del sistema, según los registros del portal Validator Queue. Se trata de una cifra inédita en la historia de la red y equivalente a casi u$s9.000 millones.
El 9 de septiembre, la cantidad de monedas en proceso de retiro rondaba los 660.000 ETH. Desde entonces, ese número se incrementó rápidamente a 2 millones de ethers, tras tocar pico histórico de 2,7 millones. Esto representa cerca de 6% del total bloqueado en Ethereum (36 millones de ETH).
¿Qué significa salir del staking?
Ethereum utiliza la prueba de participación (Proof of Stake, PoS) como mecanismo de consenso: los validadores bloquean un mínimo de 32 ETH y un máximo de 2.048 para proponer y atestiguar bloques, lo que contribuye a la seguridad de la red.
Salir del staking no es inmediato. El protocolo exige que cada validador espere en una cola de salida, mecanismo diseñado para que los retiros no generen sobresaltos en la red. Actualmente, ese período es de 34 días para hacerse del capital junto con las recompensas obtenidas.
El hecho de que millones de ethers estén en la cola de salida despierta dudas sobre qué harán luego sus tenedores: si los mantienen en staking o los extraen, logrando un efecto "corrida". Es decir, que parte de esos fondos terminen en el mercado secundario, ejerciendo presión vendedora sobre el precio de ETH.
Según Vitalik Buterin, cofundador de Ethereum, "el staking implica asumir un deber solemne de defender la cadena. La fricción al salir es parte del acuerdo. Un ejército no puede mantenerse unido si cualquier porcentaje de sus miembros puede abandonar de repente en cualquier momento".
Si bien cree que el diseño actual "no es necesariamente óptimo", si se reducen los requisitos de forma ingenua, la red sería mucho menos confiable para los nodos que no se conectan con frecuencia. Así, la cola cumple un papel estratégico: amortiguar cambios bruscos en la cantidad de validadores y sostener la estabilidad.
En tanto, Sreeram Kannan, fundador del protocolo EigenLayer, opina que el diseño de Ethereum se apoya en dos pilares: staking y slashing. Este último consiste en la penalización a validadores que actúan de manera indebida o maliciosa.
Según su visión, "si un grupo de validadores pudiera atacar la red y retirarse antes de ser castigado, la red perdería seguridad. Por eso, el retiro no puede ser instantáneo". Así, esta espera es vital para preservar la integridad de la red frente a ataques coordinados.
Desde el punto de vista técnico, el diseño de la cola busca mitigar riesgos sistémicos y evitar que una ola de retiros afecte la estabilidad de la red. Sin embargo, la incertidumbre persiste en torno al impacto real que puede tener un eventual flujo de ethers al mercado.
El analista on-chain Darkfost, de la firma CryptoQuant, asegura: "El número de validadores se mantiene constante, con ingresos que ayudan a absorber el ritmo de salidas. Por lo tanto, en términos de seguridad de la red, no veo un riesgo particular en este momento".
Según esta teoría, hay bajas chances de una presión vendedora que baje cotizaciones. Y un nuevo récord puede avecinarse este año.
Métricas y precio: lo que viene
El analista de mercados Iván Bolé asegura a iProUP que ETH superó los u$s4.100 a principios de agosto, marcando el fin de un prolongado período lateral que abarcó 2024 y parte de 2025. Así, "confirmó la salida de su letargo", abriendo la "posibilidad de alcanzar nuevos máximos históricos en 2025".
Desde junio, el creciente interés institucional y las promesas de ETH como líder en tokenización y stablecoins reguladas en EE. UU. impulsaron su tendencia alcista, aunque una corrección en septiembre tras un pico de casi u$s4.957 dólares generó dudas.
"Creo que estamos terminando una Onda 4 y nos espera una pata alcista adicional en Onda 5, que nos puede llevar fácilmente a precios en torno de 6.600-7.000 dólares", anticipa Bolé, una suba de entre 45 y 65 por ciento. Pero advierte que mantener los soportes en u$s4.100 y u$s3.500 es esencial.
En adición, el contexto de incertidumbre económica y política en EE. UU. introduce un signo de duda. "En mi criterio, ello solo demoraría lo inevitable: Ethereum tiene un claro perfil ascendente y excelentes posibilidades de valorización a futuro", sostiene el analista.
"El que esté largo (long) en ETH haría bien en esperar a ver si este mes es o no el Uptober que todos esperamos", aconseja Bolé, sugiriendo que quienes están fuera consideren retrocesos como oportunidades de compra.
Darkfost advierte que, en el corto plazo, el mercado muestra signos de enfriamiento tras semanas de optimismo. "El impulso de ETH comienza a mostrar señales de debilidad, lo que es lógico después de un período de sobrecalentamiento", sostiene.
Aun así, proyecta una posible extensión alcista de largo plazo, con un objetivo por encima de los 6.000 dólares siempre que se mantenga la estructura actual, similar a lo que expone Bolé.
Lucía Cardellino, líder de Ethereum Uruguay, se muestra optimista sobre el futuro del activo. "Soy bullish con ETH y estoy long porque creo en los fundamentals y en la ola institucional que se viene", afirma.
Su visión sintetiza parte de la percepción en torno a Ethereum: más allá de los desafíos puntuales del staking, la expectativa de mayor adopción por parte de grandes jugadores financieros sostiene una narrativa de largo plazo positiva. Los datos actuales muestran que la salida de validadores de Ethereum está en un nivel sin precedentes.