Bitcoin vuelve a tropezar con una barrera que parece cada vez más sólida. Las ventas de los tenedores a largo plazo, o long-term holders, se aceleran y generan una resistencia que frena cualquier intento de rebote. Aunque las empresas sostienen el interés por la mayor criptomoneda, el flujo vendedor parece dominar el pulso del mercado.

Para los analistas, la debilidad actual no responde a manipulación ni a movimientos especulativos del mercado de derivados, sino a una "toma de ganancias natural" de quienes vienen acumulando BTC desde hace años.

Los datos confirman esta tendencia: las ganancias realizadas alcanzan los u$s1.700 millones por día, mientras que las pérdidas también crecen, unos u$s430 millones diarios, el nivel más alto de este ciclo. Además, billeteras inactivas por años se reactivaron, con u$s2.900 millones en Bitcoin entrando nuevamente en circulación cada jornada. El resultado: una oferta creciente que presiona los precios.

El Bitcoin ensayó algunos rebotes para ubicarse cerca de los u$s110.000 actuales. Sin embargo, el movimiento tiene una lectura estructural más profunda: el mercado pareciera atravesar una transferencia de oferta desde los primeros holders hacia las instituciones, un proceso que puede estabilizar el ecosistema a largo plazo.

¿Debilidad o fortaleza de Bitcoin?

Julián Colombo, director general de Bitso Argentina, indica a iProUP que la toma de ganancias de los tenedores de largo plazo es un comportamiento natural en los ciclos de mercado y, en muchos casos, una señal de madurez más que de agotamiento.

"Cuando Bitcoin alcanza nuevos máximos relativos o zonas de resistencia, es habitual que algunos inversores históricos decidan realizar beneficios, especialmente tras periodos prolongados de acumulación", completa.

Colombo agrega que lejos de interpretarse como una señal bajista estructural, "este tipo de movimientos contribuye a la salud del mercado, ya que permite la redistribución de tokens hacia nuevos participantes y fortalece los niveles de soporte". Y destaca "fundamentos sólidos detrás de Bitcoin", impulsados por la reducción en la emisión tras el último halving y la creciente demanda institucional.

En sintonía, María Fernanda Juppet, CEO de CryptoMKT, asegura: "Lo que ocurre por estos días es un reacomodo natural después de meses de fuerte apreciación y entrada institucional". Asevera que la venta parcial de posiciones de tenedores de largo plazo "no necesariamente es una señal bajista", sino que también lo asocia a toma de ganancias.

Juppet indica que "la participación institucional sigue en aumento, los flujos hacia productos regulados se mantienen positivos y la infraestructura del ecosistema es más madura que en ciclos anteriores", indica.

Fabiano Días, Director de Negocios de Bitwage, sostiene que "el mercado de Bitcoin está marcado por altibajos. Esto garantiza la supervivencia y continuidad del mismo y sus derivados son las características de descentralización, transparencia, inconfiscabilidad e imposibilidad de censura".

Por lo pronto, la principal criptomoneda está atrapada entre dos frentes: la acumulación institucional, que presiona hacia arriba, y la toma de ganancias de tenedores antiguos, que impulsa hacia abajo.

¿Cómo sigue la dinámica de Bitcoin?

Colombo analiza que desde el punto de vista técnico, Bitcoin muestra una prueba de resistencia. "Días atrás retrocedió por debajo de su nivel de soporte, en torno a los u$s110.000. Volvió a mostrar señales de recuperación y superó los u$s113.000. Más allá de cualquier variación puntual, consideramos que mantiene una tendencia alcista a mediano y largo plazo que permanece intacta", asegura.

Esto, explica, se debe a su escasez programada, sumada al creciente reconocimiento institucional, que continúa fortaleciendo su posición como activo de resguardo. La incorporación de BTC en portafolios de fondos y empresas ha contribuido de manera significativa a su legitimación como reserva de valor.

Un punto muy relevante que destaca Colombo es que el mercado se mantiene optimista ante la posibilidad de que la Reserva Federal (FED) anuncie un recorte de tasas la próxima semana, lo que podría dar un nuevo impulso al precio del BTC.

Según el último Panorama Cripto en América Latina de Bitso, Bitcoin se mantiene como la criptomoneda predominante en las carteras argentinas: "Representó el 55% del total de criptoactivos durante el primer semestre de 2025, frente al 49% registrado a fines de 2024", refuerza Colombo.

Juppet agrega que "el simple cambio de expectativas sobre las tasas genera movimientos inmediatos en Bitcoin", lo que impacta con leves subas. Pero en paralelo detectan "un proceso clásico de toma de ganancias: después de cada rally, los inversores de corto plazo suelen asegurar beneficios, lo que genera oscilaciones más bruscas".

La analista resalta que este comportamiento forma parte del funcionamiento normal de un activo global, descentralizado y altamente líquido. "El driver de corto plazo es claramente macroeconómico, pero el driver de fondo continúa siendo la adopción: mayor infraestructura y demanda institucional, y una tendencia sostenida hacia la digitalización del dinero. En ese equilibrio, entre expectativas monetarias y fundamentos tecnológicos, es donde se está moviendo el precio hoy".

Días refuerza que, tarde o temprano, las tasas de interés deben bajar. "El entorno empresarial de EE.UU. necesita crédito y esto solo puede resultar en la apreciación de Bitcoin", anticipa el experto, y agrega que aún existe la posibilidad de un cambio en el sistema de colateralización para reducir la importancia de la deuda estadounidense, que ya alcanza niveles que alarman a la opinión pública y pueden resultar en un mayor protagonismo de BTC.

Por ahora, Bitcoin mantiene un soporte clave en los u$s108.700, según TradingView, nivel que sirve de contención. Sin embargo, la resistencia inmediata es en torno a los u$s110.000, se mantiene firme.

El sentimiento del mercado refleja esa tensión. El Índice de Miedo y Codicia cayó bruscamente de 64 a 22 en una semana, mientras que el de CoinMarketCap bajó de 54 a 28. La combinación de ventas prolongadas y renovadas tensiones entre Estados Unidos y China golpeó la confianza de los inversores, que comenzaron a rotar hacia activos refugio.

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