Rusia da un paso más hacia la integración formal de los activos digitales en su sistema financiero. El viceministro de Finanzas, Ivan Chebeskov, confirmó que unos 20 millones de ciudadanos ya utilizan criptomonedas en el país, una cifra que refleja la consolidación del uso de estos activos pese a las sanciones internacionales y la volatilidad del rublo.

Es por eso que, según el funcionario, el gobierno debe "abordar la realidad" y desarrollar una infraestructura nacional sólida para proteger a los usuarios y aprovechar los "beneficios económicos y tecnológicos" de esta adopción.

Las declaraciones fueron difundidas por la agencia estatal TASS, que también reveló el crecimiento del volumen cripto dentro del país gobernado por Vladimir Putin.

De acuerdo con los datos oficiales, los saldos combinados en exchanges alcanzaron 827.000 millones de rublos (unos u$s10.150 millones) a fines de marzo, un 27% más que el año anterior. Bitcoin representa el 62% de esos fondos, seguido por Ether (22%) y las stablecoins USDT y USDC (16%).

Este auge llevó al Banco de Rusia a revisar su postura histórica frente al ecosistema. 

El primer vicegobernador Vladimir Chistyukhin adelantó, según resalta un informe de Interfax, que las entidades bancarias podrán operar con criptomonedas bajo un régimen de estrictas reglas de capital y reservas. La medida busca evitar que las operaciones digitales se conviertan en una fuente dominante de ingresos para los bancos.

Chistyukhin explicó durante la conferencia Finopolis que la decisión se tomó tras "consultas con el sector financiero" y que el objetivo es mantener la estabilidad del sistema ante la creciente exposición a activos digitales.

El regulador ruso también analiza permitir el comercio de criptomonedas solo a "inversores calificados", con requisitos mínimos de patrimonio de 100 millones de rublos o ingresos anuales de al menos 50 millones.

En mayo, el organismo recomendó a las entidades limitar su exposición a un máximo del 1% del capital, mientras se desarrollan normas más precisas sobre riesgo cripto.

Las nuevas medidas marcan un cambio notorio respecto a la postura previa del Kremlin, que durante años se mostró reacio a las criptomonedas.

Pero la masiva adopción entre los ciudadanos y la búsqueda de mecanismos financieros alternativos frente a las sanciones de Occidente empujan al país a repensar su estrategia.

El Banco de Rusia prevé realizar un estudio sobre inversión y crédito cripto en 2026, en línea con un proceso de regulación progresiva que podría abrir la puerta a una integración parcial del sistema bancario con el ecosistema digital.

Moscú, hasta ahora enfrentada a los mercados occidentales, empieza a mirar las criptomonedas como una vía de independencia económica y tecnológica.

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