El Banco Central de la República Argentina (BCRA) dio un paso clave en medio de una semana de turbulencias financieras: presentó a bancos y fintech el Sistema de Finanzas Abiertas (SFA), un esquema de open finance que promete cambiar la forma en que los usuarios acceden al crédito y administran sus datos.
La medida, que se inspira en modelos aplicados en Brasil, México y Colombia, busca que cada persona sea dueña de su información financiera y pueda compartirla con otras entidades bajo su consentimiento, a fin de obtener mejores condiciones de crédito, seguros e incluso inversiones.
Qué es el sistema de finanzas abiertas
El SFA fue creado por un decreto de Javier Milei en mayo, con el objetivo de que personas y empresas puedan compartir voluntariamente su información financiera con bancos, fintech y otros actores regulados.
En la actualidad, la Central de Deudores del BCRA apenas refleja deudas y algunos movimientos de los últimos 24 meses, un panorama muy limitado para quienes intentan acceder a préstamos. Con el nuevo sistema, las entidades podrán acceder (siempre que el cliente lo permita) a un perfil mucho más amplio:
- Consumos habituales y gastos con tarjeta
- Historial de empleo
- Situación patrimonial (auto, vivienda, etcétera)
- Flujo de ingresos
De esta forma, quienes no pueden demostrar ingresos formales o un historial sólido en una entidad, podrán recurrir a otra y tener más chances de obtener crédito con tasas competitivas. Hoy, gran parte de la población queda excluida del sistema o paga costos muy superiores al promedio.
"¿Qué significa esto? Yo puedo tener mi cuenta sueldo en un banco, pero otra entidad puede mirar mi comportamiento como cliente y, a partir de esos datos, elegirme para ofrecerme mejores productos", comenta a iProUP el economista Diego Dequino.
El especialista recuerda que "los bancos no miran si vos pagás muy al día la tarjeta. Ellos observan cuánto podés gastar y, especialmente, cuánto te pueden prestar".
Para Dequino, la propuesta se queda a medias: "En otros países existe lo que se llama el concepto de portabilidad financiera". El experto detalla que en Chile, por ejemplo, se usa esta metodología que permite pasarse de un banco a otro, dependiendo de ciertos factores. Y eso lo puede elegir el cliente.
"Si accediste a un crédito para la vivienda, llevas tres años abonando y otro banco tiene una tasa más baja que la que pagás, podes usar este mecanismo", señala el experto. Dequino plantea un ejemplo: "Podés tocar el timbre del otro banco y decir: yo tengo este crédito, debo u$s20.000 y veo que sus tasas son mejores. ¿Me aceptás como cliente?".
El economista cuanta que el proceso, en caso, que las partes estén de acuerdo, es automático. "Te dan la plata para que vos le canceles al otro y, automáticamente, ellos te toman como cliente", concluye.
Cómo funcionará el sistema de finanzas abiertas
El esquema contempla varias definiciones clave:
- Los datos pertenecen a las personas, no a las entidades
- La información solo circulará con el consentimiento expreso del cliente, bajo normas de transparencia y protección de datos
- El principio de reciprocidad obligará a las entidades a aportar datos de sus clientes si quieren acceder a los de otras
- El BCRA será la autoridad de aplicación, acompañado por la CNV, la Superintendencia de Seguros, ANSES y la Agencia de Acceso a la Información Pública
- Se creará un Consejo Consultivo con todos los actores del sistema para coordinar su implementación
Habrá participantes obligatorios: más de 20 bancos de los grupos A, B y C, junto con fintech que superen los 3 millones de clientes, como Mercado Pago, Ualá y Personal Pay.
El impacto en bancos y fintech
Para las entidades líderes, sumarse al sistema no será optativo. Deberán adaptar sus plataformas para integrarse al SFA y ofrecer productos en un entorno interoperable a través de interfaz de programación de aplicaciones (API).
En la práctica, esto implica que un cliente podrá, con un solo clic, autorizar que un banco acceda a su información consolidada para evaluar un crédito. Lo mismo puede ocurrir con aseguradoras, agentes de liquidación y compensación (ALyC) u otros actores autorizados.
El BCRA lo enmarca dentro del Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos, que busca canalizar los dólares fuera del sistema hacia instrumentos regulados y al mismo tiempo dinamizar el crédito.
"Con finanzas abiertas, cada persona podrá disponer de su información financiera de la manera que quiera", sostuvo el presidente del BCRA, Santiago Bausili. "En cuanto al circuito informativo de cada cliente, es una muy buena alternativa. Imagino que la idea es empezar a ofrecer productos cada vez más ventajosos", opina la economista Luisa Farhi.
El SFA permitirá que los usuarios construyan un historial financiero más completo, incluso si no cuentan con ingresos declarados o un empleo formal. "Esto abre la puerta a nuevos perfiles de clientes, que hasta ahora quedaban fuera del radar crediticio", advierte.
El acceso a un panel unificado de finanzas personales será otro de los beneficios: desde una sola plataforma se podrán visualizar consumos, deudas, ingresos y oportunidades de inversión, mejorando la toma de decisiones, al estilo de MODO.
El modelo apunta a reemplazar prácticas tradicionales, como declaraciones juradas, por esquemas digitales y dinámicos. La experiencia de países como Brasil muestra que el open finance puede disparar la competencia, bajar costos y ampliar la inclusión. Allí, bancos y fintech comenzaron a ofrecer préstamos más baratos y productos personalizados gracias al mayor acceso a datos de clientes.
En México y Colombia, en tanto, el modelo ayudó a robustecer la transparencia y generó un entorno más favorable para la innovación en seguros e inversiones.
El SFA abre un escenario de colaboración obligada entre bancos y fintech. Muchos esperan que se multipliquen las alianzas bajo el modelo de Banking as a Service o Crypto as a Service, donde los jugadores más innovadores ofrezcan infraestructura a entidades tradicionales.
Los desafíos, sin embargo, no son menores: garantizar la seguridad de los datos, prevenir abusos en el uso de la información y generar confianza en los usuarios serán condiciones necesarias para que el sistema se consolide.