La Cámara de Representantes de los Estados Unidos incorporó en el proyecto de ley de Defensa Nacional para el año fiscal 2026 una cláusula que impide a la Reserva Federal (Fed) crear o poner en circulación una moneda digital de banco central (CBDC).
El texto, de casi 1.300 páginas, fija la política de seguridad y gasto militar, pero también suele servir para adjuntar disposiciones que, en otros contextos, tendrían dificultades para avanzar.
El documento HR 3838, revisado por el Comité de Reglas, incluye una prohibición explícita para que la Fed no pueda emitir, probar ni desarrollar una CBDC.
También descarta que el banco central ofrezca productos o servicios financieros directamente al público. La excepción es para las stablecoins privadas denominadas en dólares, que no quedarían alcanzadas por la medida.
Antecedentes y pulseada política
En julio, los republicanos ya habían impulsado un proyecto independiente, la Anti-CBDC Surveillance State Act, aprobado por un margen muy ajustado de 219 votos contra 210. Sin embargo, su futuro en el Senado continúa incierto.
La estrategia de incluir el tema en la National Defense Authorization Act respondió a una promesa de los líderes republicanos de la Cámara, que enfrentaron presiones internas.
Un grupo de legisladores conservadores se había negado a permitir el avance de otras tres iniciativas sobre criptomonedas si no se garantizaba una prohibición de las CBDC, lo que derivó en la votación más larga de la historia reciente de la Cámara.
Finalmente, el líder de la mayoría, Steve Scalise, sostuvo que la restricción quedaría incorporada al paquete de defensa, lo que destrabó la negociación.
La idea de frenar el desarrollo de una moneda digital de la Fed no es nueva. En 2023, el congresista Tom Emmer presentó la CBDC Anti-Surveillance State Act, que no prosperó antes del cierre del Congreso.
Este año volvió a presentar la iniciativa con respaldo del bloque republicano, en línea con la postura del presidente Donald Trump, que en enero firmó una orden ejecutiva contra las CBDC.
Ahora, con la inclusión en un proyecto de "aprobación obligatoria" como el de defensa, la prohibición podría tener más chances de avanzar, aunque el Senado todavía tiene la última palabra.