La transformación de una fintech en banco ya no es solo un cambio de estatus legal, sino un reto estratégico y operativo que redefine su propuesta de valor y la manera en que interactúa con los usuarios.
En Argentina, varias compañías del sector financiero están siguiendo este camino, buscando ampliar su oferta y consolidar su posición en un mercado cada vez más competitivo.
El primer caso de renombre fue el que protagonizó Ualá que en 2022 se quedó con Wilobank, el banco digital de Eduardo Eurnekian.
Ahora es el turno de Cocos, firma que acaba de adquirir Banco Voii, una operación que permitirá a la fintech ofrecer productos más amplios y de mayor calidad.
"Ya no estaremos limitados por cuestiones regulatorias", señalan desde la fintech acerca de la operación que, según trascendió, se cerró en u$s20 millones en efectivo.
Con esta jugada clave, Cocos podrá otorgar préstamos con menores restricciones y expandirse a nuevas verticales del negocio financiero.
Según Nicolás Mindlin, presidente de Cocos, la adquisición no es una reacción a la competencia (se habla mucho del caso Mercado Pago por estos días), sino parte de una estrategia de crecimiento sostenible.
Los desafíos internos de ser banco
Expertos consultados por iProUP señalan que convertirse en banco implica más que cambios legales. Ignacio Carballo, especialista en fintech y banca digital, advierte a este medio que la transformación interna y tecnológica es clave.
Para el experto, "el negocio financiero cambia completamente cuando una fintech puede intermediar con los saldos de sus clientes. Lo que antes se hacía con capital propio, hoy se hace con fondos de los usuarios, y eso vuelve el negocio mucho más rentable".
Por su parte, Jorge Larravide, experto en ecosistema financiero, resalta en diálogo con iProUP que las fintech que se convierten en bancos deben adaptar su cultura organizacional y sus procesos internos, para integrar productos tradicionales y digitales sin perder agilidad ni control de riesgos.
Además de la tecnología y la regulación, la digitalización y la inteligencia artificial se vuelven aliadas estratégicas. "Es que la IA permite automatizar procesos, mejorar la experiencia y habilitar nuevos modelos de negocio", apunta Carballo.
Larravide, por su parte, identifica oportunidades en la tokenización y en la financiación de sectores productivos, que podrían acelerar la adopción de estas soluciones en Argentina si el marco legal acompaña.
Presencia cotidiana y relevancia del usuario
Más allá de la infraestructura y los productos, el verdadero desafío para estas fintech convertidas en bancos radica en su presencia cotidiana frente al usuario.
No basta con tener más servicios o una licencia bancaria: la propuesta digital debe permitir que el cliente realice sus operaciones de manera fluida, integrada y sin fricciones. Cuanto más se ajusta la experiencia a los hábitos diarios, más relevante se vuelve la plataforma, independientemente de que se trate de un banco tradicional o una fintech.
Carballo subraya que los usuarios buscan servicios modulares y personalizados, donde puedan integrar soluciones de distintos proveedores sin perder control.
Larravide coincide: "Hoy, quien logra entender al cliente digital y ofrecer soluciones integradas, personalizadas y confiables, marcará la diferencia en el mercado argentino".
Tomás Fulop, especialista en innovación financiera y Senior Partner en Brain Network, suma que la confianza sigue siendo un pilar: "Los usuarios valoran la velocidad y la autonomía, pero la funcionalidad y la confianza son determinantes. El desafío es combinar lo mejor de la agilidad fintech con la solidez bancaria".
La convergencia de servicios financieros y digitales
El modelo de superapp financiera, que combina servicios financieros y no financieros, sigue ganando relevancia.
Carballo explica que todavía no se alcanza el nivel de integración de gigantes como WeChat o Alipay, pero que ofrecer múltiples servicios en una sola plataforma es sostenible y estratégico.
La integración de experiencias financieras y no financieras permite a los usuarios realizar compras online, delivery, transporte y pagos sociales desde el mismo ecosistema, aumentando la dependencia y la relevancia de la plataforma en la vida cotidiana.
Convertirse en banco implica retos regulatorios, tecnológicos y culturales. Las fintech que logren integrar procesos internos sólidos, servicios innovadores y experiencias de usuario personalizadas estarán mejor posicionadas para competir con bancos tradicionales y otras fintechs.
Como concluye Larravide: "El éxito dependerá de quién logre ofrecer soluciones integradas, confiables y relevantes para el día a día del usuario".