Argentina se ubicó nuevamente entre los países más complejos del mundo para hacer negocios, al ocupar el puesto número 11 entre 79 Estados analizados por el Global Business Complexity Index (GBCI) 2025.
Este informe analiza más de 250 indicadores, agrupados en tres grandes áreas que sirvieron para determinar las complejidades que enfrentan las empresas:
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regulaciones corporativas
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reglas fiscales y contables
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gestión de talento y empleo
En diálogo con iProUP, Jorge Sodano, Country Head de TMF Group Argentina, expresa que "si bien el lugar de Argentina en el ranking, mejoró levemente respecto a años anteriores, sigue estando por detrás de vecinos con entornos más previsibles, como Uruguay (puesto 27) o Chile (20), donde las normativas son más estables y los procesos más ágiles".
En comparación con otras economías latinoamericanas de gran tamaño, como México (3.º), Colombia (5.º) y Brasil (6.º), el país argentino presenta una menor complejidad relativa, aunque sigue siendo muy alta.
"Esto implica que el costo y el tiempo necesarios para abrir o mantener una empresa en el país son significativamente superiores a los de sus pares más estables, debido a las exigencias regulatorias, los altos costos laborales, la complejidad fiscal y las demoras en la gestión administrativa", asegura Sodano.
Argentina: un país con obstáculos pero también potencial
El cambio constante de reglas durante los últimos 10 años y la falta de previsibilidad regulatoria, generaron la necesidad de contar con expertos locales que ayuden a las empresas extranjeras a navegar este entorno.
En esta línea, la clave para operar en Argentina es conocer el terreno local a la perfección y tratar de anticiparse a los cambios. De hecho, el informe destaca que, a pesar de los desafíos, Argentina continúa siendo vista como un mercado con oportunidades, especialmente en sectores como el tecnológico, la energía, el agroindustrial y los servicios.
"Las compañías que logran adaptarse con mayor eficacia suelen pertenecer a sectores estratégicos como tecnología, energía, agroindustria y servicios. A pesar de los desafíos estructurales, estos sectores continúan ofreciendo oportunidades atractivas gracias al capital humano calificado y a la demanda interna sostenida", afirma Sodano.
La apertura gradual a mercados internacionales y ciertos avances en la digitalización trajeron señales positivas. Sin embargo, estas mejoras todavía no alcanzan para reducir de forma significativa la complejidad operativa.
Entre los obstáculos más mencionados se encuentran las dificultades logísticas, la falta de infraestructura moderna, y la escasa preparación para afrontar disrupciones globales como el cambio climático o los conflictos geopolíticos.
A esto se suma la limitada capacidad del Estado para ofrecer recursos y estrategias que ayuden a las empresas a enfrentar estas amenazas.
Complejidades por área: cómo se comporta Argentina
Además del ranking general, el GBCI 2025 elaborado por TMF Group presenta un análisis por temas específicos. En esta lectura más detallada, Argentina también se ubica entre los países más complejos para operar:
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En reglas, regulaciones y procesos corporativos, ocupa el puesto 17
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En contabilidad e impuestos, el país se ubica en la posición 14
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En capital humano y gestión de nómina, está aún más arriba: en el puesto 10
Estrategias para reducir estas complejidades
TMF Group identifica como posibles reformas de corto plazo —y de impacto significativo— la simplificación de los procesos contables y fiscales, la digitalización de los trámites administrativos y una mayor previsibilidad normativa que evite cambios sorpresivos o contradictorios en las reglas de juego.
Estas medidas permitirían reducir tanto el tiempo como los costos operativos, sin requerir una reingeniería institucional completa. Asimismo, se destaca la importancia de fortalecer la infraestructura logística y digital del país, lo cual contribuiría a mejorar la competitividad y facilitar la integración con los mercados internacionales.
Sin embargo, para que estas medidas tengan éxito, es fundamental garantizar la estabilidad macroeconómica y avanzar en la consolidación fiscal.