En un escenario marcado por caída del consumo, liberalización del comercio exterior y expansión del ecommerce, algunas marcas argentinas de ropa decidieron aplicar fuertes descuentos para seguir siendo competitivas, con reducciones de hasta el 40% en el precio de sus productos.

La marca Equus fue una de las primeras en adoptar esta política, según informó el medio Ámbito Financiero. Desde la firma, especializada en ropa masculina, anunciaron que sus valores volverán a los registrados a comienzos de 2024.

"Retrotraemos los precios a valores de comienzos de 2024", informaron en un comunicado. De esta forma, hoy es posible encontrar sweaters y pantalones desde $49.900, camisas desde $59.900, jeans desde $64.900, camperas desde $84.900 y abrigos desde $159.900.

Pedro y Martín Wolfsohn, directores ejecutivos de la marca, señalaron que la decisión responde a una voluntad de acompañar al consumidor en un momento económico de transición.

"Estamos convencidos de que como argentinos debemos acompañar a nuestros consumidores en este momento clave de recuperación económica", explicaron. Además, reafirmaron: "Desde siempre buscamos ofrecer prendas de excelente calidad con materias primas de altos estándares internacionales a precios accesibles al mercado local".

A esta tendencia también se sumaron otras firmas nacionales. Es que, días atrás, Federico Álvarez Castillo, titular de Etiqueta Negra y Gola, comunicó un ajuste en sus listas de precios.

"Decidimos bajar los precios. Nos adecuamos a la nueva normativa arancelaria y se lo trasladamos al consumidor", indicó. En este caso, los descuentos promedian el 10%, aunque el empresario aclaró que el monto final depende del origen de cada prenda, cuya producción se distribuye entre China, Portugal e Italia.

Álvarez Castillo subrayó que esta modificación fue posible gracias a la eliminación de ciertos aranceles sobre insumos importados. "Vivíamos en un delirio donde no se podía competir. Ahora hay reglas nuevas", afirmó.

Cabe recordar que el Decreto 236/2025, emitido recientemente por el Gobierno Nacional, dispuso una reducción significativa en los aranceles aplicados a productos textiles, calzado, hilados y telas.

En términos concretos, el gravamen sobre ropa y calzado bajó del 35% al 20%, y el de telas del 26% al 18%. La medida apunta a fomentar la competencia y reducir el costo de la vestimenta para los consumidores finales.

Sin embargo, desde el sector textil local advierten sobre las consecuencias de esta apertura. Según datos de la Fundación ProTejer, durante el primer trimestre del año las importaciones de ropa crecieron un 86% interanual en volumen, y las de textiles para el hogar un 109%.

Otro dato más que relevante es que, en la actualidad, el 67% de la ropa que se comercializa en el país proviene del exterior.

Y pese a que los consumidores pueden encontrar prendas más económicas, referentes del sector advierten que esta reducción de precios podría no significar una mejora sostenida en el poder de compra.

Galfione señaló, en este sentido, que la estructura de precios en Argentina presenta distorsiones considerables. "El problema de la Argentina es la parte comercial", sostuvo. Como ejemplo, mencionó que una zapatilla fabricada en Vietnam puede costar u$s200 en el país, mientras que en Estados Unidos se vende a u$s100, y que la ropa de Zara en Brasil es hasta un 70% más barata que en el mercado argentino.

En cuanto al desglose de costos, explicó que fabricar un jean de $100.000 solo implica un 10% de valor industrial. "La parte industrial que nos corresponde a nosotros no representa más del 10%, o sea que fabricarlo cuesta $10.000. El problema son los otros $90.000: el 50% son impuestos y el resto es la financiación de los bancos", concluyó.

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