Las monedas digitales emitidas por los bancos centrales (CBDC) irrumpieron como una respuesta estratégica ante la digitalización del dinero y el auge que experimentan las criptomonedas y stablecoins. Sin embargo, el actual panorama económico global, marcado por la guerra arancelaria impulsada por Donald Trump y la consolidación que están teniendo las stablecoins como opción de pago en múltiples comercios, están planteando serios desafíos para las CBDC. Indaguemos en profundidad sobre cómo está luciendo el futuro inmediato de las CBDC, considerando cómo los aranceles están afectando las dinámicas comerciales y financieras, y cómo las stablecoins se vuelven más competitivas en los pagos digitales.
Breve contexto de las CBDC para este 2025
Antes de profundizar en el tema vale la pena reseñar brevemente qué son las CBDC. Como indicamos al inicio, se tratan de monedas digitales emitidas por bancos centrales cuyo objetivo principal sería el de complementar las operaciones realizadas con dinero efectivo y mejorar la eficiencia en los sistemas de pago. Ahora bien y adentrándonos ya en el tema, el Banco de Pagos Internacionales (BIS) estima que antes de finalizar este año, varios países pondrán a circular finalmente sus respectivas CBDC con China liderando. Vale recordar que varios países ya cuentan con sus monedas digitales como es China con su e-CNY y la Unión Monetaria del Caribe Oriental con su DCash. Por su parte, el BCE aún continúa en fase de planificación con el Euro Digital y su posible lanzamiento público para inicios del 2026.
No obstante, el actual entorno económico está complicando el panorama para las CBDC con la guerra arancelaria de Trump por un lado, y el dominio que están teniendo las Stablecoins (particularmente el USDT) por otra parte. Un hecho a destacar en relación con las Stablecoins es que ya han alcanzado una capitalización de mercado que ha pasado los $180 mil millones, con USDT dominando el 70% de las transacciones.
Todo esto plantea la interrogante sobre cómo las CBDC pueden avanzar en un entorno de fragmentación comercial y competencia privada.
Impacto de los aranceles en las CBDC
Los aranceles de Trump afectan las CBDC de manera indirecta pero significativa. En primer lugar, al encarecer las importaciones de tecnología, como hardware para blockchain o infraestructura de pagos, los aranceles incrementan los costos de desarrollo de CBDC, especialmente en economías emergentes. Además, también está el hecho de que solamente el 30% de los bancos mundiales tienen autoridad legal para emitir sus monedas digitales. En segundo lugar, los aranceles fragmentan las cadenas de suministro globales, afectando los pagos transfronterizos, un segmento donde las CBDC buscan destacar. El proyecto mBridge del BIS, que conecta CBDC para pagos internacionales, incluye a China, Hong Kong, Tailandia y los Emiratos Árabes Unidos, pero las tensiones comerciales con China podrían limitar su expansión. Las represalias chinas, como restricciones a minerales críticos, también amenazan la producción de servidores necesarios para sistemas CBDC. Además, la incertidumbre económica generada por los aranceles, reduce la confianza de los bancos centrales en acelerar proyectos de alto riesgo financiero.
Por último, los aranceles refuerzan la narrativa de soberanía monetaria, un argumento clave para las CBDC. La amenaza de sanciones comerciales y la volatilidad del dólar han llevado a países como Rusia y China a priorizar monedas digitales para reducir su dependencia del sistema SWIFT, dominado por EE.UU. Sin embargo, la escalada arancelaria podría frenar la cooperación internacional necesaria para estandarizar las CBDC transfronterizas, limitando su adopción global.
Competencia con las Stablecoins
Las stablecoins, como USDT y USDC, representan un desafío directo para las CBDC debido a la rápida adopción que están teniendo y su gran flexibilidad. Un hecho a destacar es que, el volumen de transacciones con las stablecoins ya supera a gigantes tradicionales como PayPal y Visa con unos USD $14 billones. Su atractivo radica en su estabilidad, vinculada a monedas fiat como el dólar, y su integración en plataformas descentralizadas (DeFi) y exchanges. En contraste, las CBDC enfrentan restricciones regulatorias y preocupaciones sobre privacidad, ya que muchas requieren identificación de usuarios, lo que reduce su atractivo frente al anonimato parcial de las stablecoins. El BCE ha reconocido que stablecoins, como las propuestas por Meta (anteriormente Libra), podrían erosionar la soberanía monetaria si alcanzan una escala global. En respuesta, los bancos centrales están diseñando CBDC con características competitivas, como pagos instantáneos 24/7 y programabilidad para automatizar transacciones. Sin embargo, las stablecoins ya están dominando. Por ejemplo, en África, donde la inclusión financiera es baja, USDC es ampliamente utilizado en remesas, mientras que las CBDC locales están aún en fases piloto. La regulación de stablecoins, como la ley MiCA de la UE, busca nivelar el campo al exigir reservas completas, pero esto no elimina su ventaja en mercados no regulados.
Irónicamente, los aranceles podrían beneficiar indirectamente a las stablecoins. Al encarecer los bienes importados, los consumidores y empresas podrían recurrir a plataformas DeFi que usan stablecoins para pagos transfronterizos más baratos, evitando los costos adicionales de los aranceles. Esto pone presión adicional sobre los bancos centrales para acelerar el despliegue de CBDC competitivas, aunque la complejidad técnica y los costos asociados ralentizan el proceso.