El año pasado fue uno de los peores para el ecosistema de las monedas digitales, con la llegada del "criptoinvierno, como se denominó a la tendencia bajista prolongada. Y se sucedieron incidentes que minaron la confianza en el ecosistema cripto:
Sin embargo, lejos de acentuar la crisis, el ecosistema cripto mostró su fortaleza: en lo que va del año, Bitcoin se revalorizó 25% y promete retomar la senda alcista. Aunque su suerte no es la de todas. La gran baja de precios "limpió" el panorama y dejó claro qué criptomonedas tendrán futuro.
Matías Bari, CEO y cofundador de Satoshi Tango, afirma a iProUP: "Cuando los precios empiezan a caer, los usuarios primero se desprenden de activos cuyos proyectos no han servido de mucho, o que después de un par de años no entregaron lo prometido. Prefieren asumir la pérdida y retirarse".
En el mismo sentido, Federico Goldberg, CEO de Tienda Crypto, remarca a iProUP que "la baja del mercado derivó en una limpieza radical. Muchos valores no volverán a los que tenían antes".
"Claramente, hubo una purga", remarca Nahuel a iProUP Nahuel Burbach, representante argentino de la billetera Zerion. Según su análisis, los inversores ahora buscan "iniciativas con verdadera proyección, sustentables y con equipos de trabajo serios".
No es la primera vez que ocurre una limpieza de este nivel. En efecto, el ranking de las primeras 10 divisas en capitalización se modificó drásticamente desde 2017, cuando se produjo el último bear market (mercado bajista). Sin embargo, se observa una constante: al igual que hoy, Bitcoin y Ethereum lideraban el top-ten.
"Así como los mercados alcistas son fuente de producción de incontables proyectos, toda caída limpia a una mayoría: los que sobreviven son por la demanda de sus usuarios o por estar muy bien capitalizados", indica a iProUP Nicolás Verderosa, CEO del metaverso local Ganster Paradise.
Según su análisis, "el FOMO (miedo de quedarse afuera) del público a comprar monedas cuando están en alza también se da en los equipos de desarrollo, al igual que el FUD (miedo, incertidumbre y duda) de las bajadas". Por lo tanto, la purga no es sólo de divisas, también de inversores especulativos que desarmarán su posición."
Santiago Cristóbal, cofundador de la plataforma cripto Solow, indica a iProUP que este 2022 fue "bastante parecido a 2008", en alusión a la crisis Lehman Brother pero en versión cripto, con los derrumbes de Terra, Celsius y FTX.
"Tras la caída de esos tres gigantes, el mercado muestra que todavía no se había depurado. Nos queda la duda sobre si FTX fue el último o falta que caigan algunos más", completa.
Gabriel Vago, CEO de ArgenBTC, recuerda a iProUP que en doce años de historia, Bitcoin pasó por cuatro ciclos, en los que bajó hacia el récord anterior para luego registrar una nueva marca histórica.
Esto está relacionado con el halving, evento que ocurre cada cuatro años y en el que la emisión se reduce a la mitad. Su próxima fecha es mayo de 2024. De esta forma, hay cuatro ciclos:
Hoy, Bitcoin está en la franja de u$s20.000-u$s23.000, cerca del ATH (marca histórica) del segundo ciclo, por lo que al final del cuarto y actual debería sobrepasar los u$s70.000.
Un dicho recurrente en el ambiente coiner decreta que toda nueva criptomoneda es una shitcoin (moneda de porquería) hasta que demuestre lo contrario. Según CoinMarketCap:
La clave pasa por no"clavarse" con monedas del último pelotón. Para Bari, "Bitcoin y Ethereum son proyectos con muchos años detrás. Más allá del precio, sus fundamentals están intactos".
Burbach añade que ambas son blue chips (apuestas confiables), mientras que Goldberg señala que "son las únicas que perduran y prácticamente ninguna otra ha sobrevivido a caídas brutales".
Santiago Di Paolo, Head of Community & Research en Lemon, es más contundente: "En situaciones de estrés, la que mejor performance tuvo fue Bitcoin, que actúa como reserva de valor del ecosistema. Un activo en el que la gente suele posicionarse para escapar de la caída estrepitosa de otra cripto".
La ley primera del coiner es que antes de invertir hay que analizar las bases de un proyecto.
Es decir, que su propuesta resuelva alguna utilidad de manera innovadora, tenga un modelo económico sustentable y que detrás posea un equipo de desarrollo reconocido. Por ejemplo:
El mundo cripto evoluciona constantemente y surgen nuevos usos que pueden valorizar proyectos. Uno es el de las finanzas descentralizadas o DeFi: un contrato inteligente recibe, invierte y distribuye ganancias sin intervención humana.
Otra promesa es el universo de la Web3, que busca descentralizar todos los servicios de Internet en oposición a la Web2, en la que las bigtech acaparan "todo lo que se puede hacer" de online.
"Lo que generará mayores ingresos a mediano plazo es la combinación de NFT, Metaverso y Play-to-Earn", sugiere Verderosa. Por ejemplo, Decentraland, el metaverso creado por argentinos (su moneda MANA está entre las 40 más capitalizadas) apunta a ser una gran opción a considerar.
Di Paolo sugiere "abstraerse de los precios e identificar el valor de un proyecto, soluciones que brinda, sostenibilidad (o no) de su modelo económico e innovación tecnológica que plantea".
"Tendrán éxito si dan valor tras eliminar la especulación con su token nativo: los juegos play to earn deberían divertir; los protocolos DeFi, dar un servicio financiero útil; los NFT, producir buen contenido o tener un buen caso de uso, etcétera", completa.
Otros dos verticales que mostraron gran crecimiento son las DAO, organizaciones autónomas descentralizadas, una forma de asociarse en Internet para cumplir a cabo un objetivo; y la Inteligencia Artificial, con la llegada de nuevos servicios como ChatGPT que pusieron al tema en el candelero. Por ejemplo:
Lo mejor es hacer la propia investigación, analizar la tendencia del mercado y ver qué proyecto podrá subirse con la mejor propuesta. Y nunca apostar más allá de lo que se esté dispuesto a perder.