La estrepitosa caída del gigante cripto FTX, que impactó a otros grandes actores del ecosistema como BlockFi y también se sintió en compañías que operan en la Argentina, derivó en pedido de controles más fuertes.

Los ejecutivos y políticos del sector de las criptomonedas se unieron para solicitar una regulación de estas para evitar que el desplome de la firma de Sam Bankman-Fried siga repercutiendo en el sector.

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, se encuentra entre las autoridades que solicitaron una regulación para el sector: "Es necesidad absoluta".

Por su parte Maxine Waters, presidenta del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, reveló que legisladores de su país estudiarán el colapso de FTX.

Al respecto la senadora estadounidense Cynthia Lummis, quien se mostró públicamente como partidaria de las criptomonedas, calificó la caída de FTX como una llamada de atención.

"Esas son cosas que, de haber estado en vigor para FTX, habrían hecho saltar las alarmas, que habrían creado acciones de aplicación de la normativa y revisiones por parte de las agencias reguladoras federales", concluyó la legisladora.

Sam Bankman-Fried, director general de FTX

Por último, Tom Dunleavy, analista de investigación senior de la firma cripto Messari, compartió un sentimiento similar a favor de la regulación en un post del 28 de noviembre en Twitter: señaló que una regulación más clara en torno a las criptomonedas allanará el camino "para los flujos masivos" de nuevos inversores.

"La mayor preocupación de los inversores institucionales a la hora de invertir en criptomonedas es el incierto entorno regulatorio", sentenció el experto.

El origen del desastre de FTX

FTX tiene un token propio llamado FTT, que los agentes u operadores negociadores utilizan para operaciones como el pago de comisiones por transacción.

El año pasado, Zhao le vendió de regreso su participación en FTX a Bankman-Fried, quien hizo un pago parcial con tókenes FTT.

El 2 de noviembre, CoinDesk informó que se había filtrado un documento que demostraba que Alameda Research, un fondo de cobertura operado por Bankman-Fried, tenía una gran cantidad, un tanto inusual, de tókenes FTT.

En teoría, FTX y Alameda son empresas independientes, pero en la noticia se daba a entender que tenían vínculos financieros estrechos.

Binance anunció el 6 de noviembre su intención de vender sus tókenes FTT "debido a revelaciones recientes".

En respuesta, el precio de los FTT se desplomó y los operadores se apresuraron a abandonar a FTX, por temor a que se convirtiera en otra criptoempresa más en desgracia.

FTX tuvo dificultades para procesar las solicitudes de retiros, que llegaron a un total de alrededor de u$s6000 millones  en tres días.

Luego, llegó a tener problemas de liquidez, pues no contaba con suficiente dinero para cubrir las solicitudes recibidas

El 9 de noviembre, Binance anunció que había decidido no comprar FTX, "tras completar el debido proceso de auditoría de la empresa". Además, citó investigaciones regulatorias e informes sobre la mala gestión de fondos.

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