La empresa operadora de uno de los mayores centros de criptominería en Texas, Compute North, se declaró en bancarrota a razón de las dificultades para sustentar sus actividades, esto en el contexto de la caída en el precio de Bitcoin (BTC) y las principales criptomonedas.

De acuerdo con información publicada por el medio CoinDesk, Compute North solicitó ante el tribunal correspondiente para el distrito sur de Texas la protección asociada a la declaración de bancarrota.

Al ser una de las empresas más grandes del sector, la empresa había cerrado importantes acuerdos con algunos socios comerciales que se verían afectados ante la situación de insolvencia.

Entre los socios comerciales de Computer North destacan entidades como Marathon Digital, Compass Mining, Atlas Mining, The9 y BitNile Holdings, todas estas para realizar actividades de criptominería basada en Bitcoin.

Compute North se declara en bancarrota

La compañía anunció en febrero de este año una nueva ronda de financiación por u$s$85 millones, así como la recaudación de otros u$s300 millones en financiamiento de deuda.

Compute North dispone de cuatro instalaciones en EE.UU., de las cuales dos se encuentran en Texas, una en Dakota del Sur y la otra restante en el estado de Nebraska

Se estima que esta situación pueda tener implicaciones negativas para la industria a nivel local, en especial ahora que está sobre la mesa la implementación de políticas estatales en relación a la criptominería de tipo Proof-of-Work (PoW).

Los efectos del criptoinvierno

De la mano con la adopción de Bitcoin, también creció en los últimos años el interés por minar BTC.

Esto llevó a que que grandes empresas con posibilidad de adquirir muchos equipos instalen granjas de criptominería.

Sin embargo, esta actividad contempla importantes gastos operativos que muchas veces solo pueden mantenerse vendiendo buena parte de los fondos generados.

Por ende, la caída en los precios de Bitcoin comprometió la viabilidad de las operaciones para muchas entidades más allá del sector minero.

Las más golpeadas fueron empresas de servicios financieros basados en criptomonedas, las cuales tuvieron que suspender sus servicios para evitar quedarse sin liquidez ante la caída del mercado.

Pero entre los casos más catastróficos que tuvieron que declararse en bancarrota tras este invierno cripto aparecen:

El estatus de protección les permitirá finiquitar operaciones y resolver ciertos asuntos para posteriormente indemnizar debidamente a las personas y entidades afectadas.

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