La administración del presidente Joe Biden busca crear políticas para reducir el consumo de energía y la huella de emisiones de la criptominería en los Estados Unidos.
Si bien algunos estados como New York ya aprobaron legislaciones específicas sobre la minería de criptomonedas, esta iniciativa marcaría la primera gran incursión del Poder Ejecutivo Nacional de EE.UU. en una industria que, según algunos críticos, amenaza los objetivos climáticos y sobrecarga la red eléctrica del país.
Los Estados Unidos es, actualmente, el país con mayor minería cripto del mundo.
En segundo lugar, aparece China pese a la prohibición del gobierno para ejercer esta actividad.
El informe de la Casa Blanca se espera para agosto de 2022. Este podría ser uno de los primeros estudios luego de que en marzo el presidente Biden emitió una orden ejecutiva presionando a las agencias federales para garantizar la extracción "responsable" de activos digitales como criptomonedas.
De todos modos, aún no queda claro si alguna acción política sigue las recomendaciones.
El estudio de la Casa Blanca tendría como objetivo profundizar en las afirmaciones que promocionaron la criptomoneda como un beneficio social o la criticaron como una molestia local y una pesadilla climática, resaltó Costa Samaras, subdirector principal de energía de la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca.
El equipo planea evaluar desde la contaminación acústica local hasta la eficiencia energética del uso de diferentes técnicas de minería, comparando la técnica de prueba de trabajo de Bitcoin con la prueba de participación, que es utilizada por otras criptomonedas y es más de 99% eficiente energéticamente.
Sin embargo, algunos creen que el gobierno federal busca presionar a los criptomineros para que limpien sus operaciones.
Este año, Ethereum (ETH) planea un cambio de prueba de trabajo a prueba de participación, que reduciría drásticamente el uso de energía.
Sin embargo, Bitcoin (BTC), a pesar de las campañas públicas que piden que haga lo mismo, no anunció planes similares.
La industria de las criptomonedas experimentó un aumento de 20 veces en la demanda de electricidad en los últimos cinco años, según Bloomberg. Según el Índice de Consumo de Electricidad de Bitcoin de Cambridge, el consumo anual global de la minería Bitcoin es aproximadamente igual a todas las luces y televisores en los EE.UU. combinados.
Por eso, lo "primero" que la Casa Blanca debería abordar es medir la escala de la industria, opina Matteo Benetton, profesor de finanzas de la Universidad de California, Berkeley, coautor de un informe sobre minería de criptomonedas en el norte del estado de Nueva York.
El estudio, publicado el año pasado, encontró que la minería en la región aumentó las facturas mensuales de electricidad en alrededor de u$s 8 para los hogares y u$s12 para las pequeñas empresas. Según el estudio, los aumentos en los ingresos fiscales de los gobiernos locales por el desarrollo minero compensaron solo alrededor del 15% de los costos elevados para los locales.
El equipo de energía de la Casa Blanca mantendrá la mente abierta mientras recolecta evidencia, remarcó Samaras.
El equipo estudiará las afirmaciones hechas en los últimos meses, en lugares como Texas, de que las instalaciones mineras podrían brindar flexibilidad a los operadores de la red al aceptar cerrar temporalmente durante los momentos de máxima demanda.
Una pregunta central, dijo Samaras, se refiere al incentivo económico para que los mineros apaguen sus servidores, dada la oportunidad de ganar dinero funcionando todo el tiempo.
"Hemos visto a mineros establecerse en lugares donde los precios de la electricidad son bajos y han obtenido tarifas industriales favorables. Me gustaría ir a ver la evidencia de que una tarifa minera máxima por la tarde ralentiza las operaciones mineras", añadió una nota del sitio Diariobitcoin.