Como respuesta a la volatilidad de Bitcoin y Ethereum, el universo cripto lanzó las monedas estables o stablecoins, es decir, divisas digitales de cotización fija anclada a otro activo real. 

Dentro de ese grupo, las que más se popularizaron fueron las atadas al billete estadounidense, conocidas como dólares digitales o, para usar un término más preciso, criptodólares. Así, bajo el paraguas protector de la blockchain, apuntan a evitar la incertidumbre de Bitcoin y consolidarse como opción de ahorro y usabilidad. Por ejemplo, en Argentina son muy utilizados para el pago de bienes de alto valor como inmuebles, automotores y joyas.

No obstante, días atrás ocurrió un hecho que cubrió con un manto de dudas a estas divisas digitales: UST, el criptodólar de la red Terra, perdió su paridad con el billete estadounidense.

¿Un futuro apocalíptico?

Ignacio Carballo, Crypto & Alternative Finance Consultant (AMI) y Director Ecosistema Fintech & Digital Banking (UCA) señala a iProUP que el ecosistema se encuentra atravesando un momento de ardua contracción y caída en sus precios de mercado.

"Algunos factores son endógenos al sector cripto y otros exógenos, de la economía global. Yendo de afuera hacia adentro, esto comienza a verse con el aumento de las tasas en Estados Unidos, que golpeó a todos los mercados", señala. Así, refiere a la decisión de la Reserva Federal estadounidense (Fed) de subir 50 puntos básicos el tipo de interés, el mayor nivel de los últimos 20 años.

"En el momento en que las inversiones más seguras incrementan su rentabilidad, los capitales dejan activos más riesgosos y se resguardan en los más seguros", detalla. Eso generó, la caída del precio de Bitcoin y particularmente, "se encontró que existía una organización del valor total de los activos distribuida de manera distinta: las stablecoin".

En efecto, existen tres tipos de monedas estables, según el tipo de respaldo:

Este último era lo que ocurría en el caso de la red Terra: un contrato inteligente se encargaba de que hubiera 1 UST por cada dólar de LUNA y viceversa, emitiendo o quitando de circulación una porción de ambas divisas para mantener el balance.

¿Es el fin de las stablecoins?

"No estamos ante un futuro apocalíptico. Las criptomonedas llegaron para quedarse, no solo las privadas, las CBDC (Monedas Digitales de un banco central) también tienen un futuro promisorio. Lo que está sucediendo hoy tiene que ver con una corrección del mercado", señala a iProUP Alberto Echegaray, especialista en divisas digitales y NFT.

El experto advierte que este fenómeno no solo se da en las criptomonedas; también puede verse en acciones de tecnológicas, como las de Mercado Libre, que bajó de los 1.800 dólares de agosto a los u$s900 actuales.

"Esto es producto de la cantidad de dinero emitida por los gobiernos. Y también se ve en las cripto, aunque estoy seguro de que Bitcoin y Ethereum se van a fortalecer,

Do Kown, líder de Terra

desaparecerán aquellas que no tengan un proyecto sólido detrás", analiza.

¿Se puede repetir lo que pasó con Terra?

UST es una stablecoin algorítmica: hay una moneda volátil (LUNA) por detrás que "amortigua" su precio. Su cotización depende de la demanda. "Si se demanda mucho la primera 'queman' la segunda y eso funciona en un mercado estable. Si tienen que eliminar muchas monedas y por la euforia del mercado no se puede soportar esta paridad, pasa lo que ocurrió con LUNA y USDT", señala Carballo.

Según una encuesta de la consultora que dirige el economista, más de la mitad de los usuarios cripto de los principales 10 mercados latinoamericanos adquirió estos activos después de la pandemia y nunca experimentaron está volatilidad.

"Muchos compraron porque existen las monedas estables. La gran diferencia era que no las estaban usando como inversión, sino como resguardo del contexto inflacionario", detalla.

Iñaki Apezteguia, docente y comunicador cripto, afirma a iProUP que las stablecoins captaron el interés por poseer un "mecanismo que tiende a valer u$s1. Va oscilando su paridad con el dólar, pero es muchísimo menor respecto a Bitcoin". Y remarca que existen varias causas por las que una moneda estable puede depreciarse, pero la principal es por cómo está respaldada.

"El dólar ya de por sí tiene inflación, este año fue muy marcada: que esté uno a uno no significa que vaya a mantener su valor. Si el colateral es otra criptomoneda, una stablecoin puede perder el peg (paridad) ante una baja muy brusca", señala.

En el caso de UST, destaca que el método algorítmico que utilizó no tuvo el efecto esperado y califica como sorpresiva la velocidad de su caída. "Si bien se podía prever porque tenía bloqueado muchos UST, se fue generando desconfianza, hubo maniobras de salvataje que generaron confusión y un mal marketing para el proyecto. Y la gente se empezó a desprender", completa.

El experto se refiere a la propuesta 1.164, la estrategia inicial que propuos Do Kwon para equilibrar mejor a UST, ampliando el fondo común de la moneda. La iniciativa había recibido 220.000 votos, es decir, más del 50% de la comunidad de Terra.

No resultó de la manera esperada y se desató un círculo vicioso. Para Apezteguía, "la relación con el dólar llegó a valores muy bajos, de u$s0,25. Por defecto, LUNA perdió mucho valor".

Eso impactó en UST y el ciclo se retroalimentó. En su visión, esto puede pasarle a otras monedas, ya que las stablecoins que no han tenido un escenario similar es porque construyeron sobre sus proyectos una legitimidad en menor tiempo.

"LUNA aparentemente lo había logrado, pero DAI es el proyecto más respetable dentro de las stablecoins", sintetiza.

¿El otro criptodólar que falló?

Al comenzar la semana, DEI también atravesó problemas y perdió el peg este lunes. Al igual que UST, es una stablecoin algorítmica nativa del protocolo de finanzas descentralizadas DEUS Finance.

Roberto Sánchez Vilarino, socio de PwC Argentina, cuenta a iProUP que lo mismo ocurrió con UST: una propuesta agresiva que no tenía como referencia ninguna stablecoin ni commodity. "El algoritmo demostró que no funcionaba. Todavía hoy no se tiene una absoluta certeza de qué sucedió, pero la característica básica era que no tenía referencias en el mundo cripto", comenta.

Según el experto, cualquier proyecto puede llegar a caer, ya que "la inmensa mayoría de las personas que invierten en estos criptoactivos no tienen idea de lo que hay detrás".

Por ejemplo, UST se apalanca en el dólar, mientras que DAI posee una mezcla entre fiat y cripto. "A esta última no le fue tan mal, pero hay que ver cuál es el nivel de revisión que tiene y la aversión a la pérdida, porque en los últimos meses se viene resintiendo a la confianza de los usuarios", completa Vilarino.

El experto remarca que los usuarios a veces conocen la empresa, pero la mayoría de las veces es básicamente referencias de amigos. Hoy en día, lo que determina el valor de una criptomoneda es cómo la ve el mercado y quedaron en segundo plano otras cuestiones, como la privacidad, algo a los que los inversores no le prestan tanta atención.

DAI, uno de los criptodólares más usados para ahorrar

"Hoy, por ejemplo, entra en la discusión el impacto energético, que antes no se evaluaba. Esto determina que la economía cripto va evolucionando", asegura Vilarino, quien anticipa que las cripto van a tener que reforzar su marco regulatorio.

"No es que sean buenas o malas, cada proyecto es distinto. Hay cerca de 20.000 criptomonedas y uno debe estar seguro de que algunas tendrán mucho éxito y otras van a fallecer", concluye.

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