El euro ha caído un 1,5% frente al dólar en lo que va de mayo. En abril, el descenso mensual fue del 4,7%, una auténtica barbaridad para uno de los cruces más estables del mercado de divisas. Pero es que el desplome desde diciembre de 2021 es del 8,6%. No obstante, en la sesión de este viernes, el cruce, cotiza con cierta calma, aunque ha llegado a caer a los 1,0366 durante algunos instantes.
La debilidad del euro, por un lado, hace más competitivas las exportaciones europeas, pero por otro encarece las importaciones en otras divisas y, sobre todo, en dólares. Esto podría redundar en un alza de la inflación.
Desde ING explican que "el cruce euro/dólar rompió el soporte clave de 1,0500 este jueves, ya que el actual entorno de riesgo rocoso continúa favoreciendo un dólar más fuerte, mientras que la incertidumbre sobre las implicaciones de la guerra de Ucrania en Europa sigue siendo elevada".
Para los mismos analistas el próximo soporte son los 1,0340. "Una ruptura por debajo de ese nivel haría que el riesgo de que el euro/dólar alcance la paridad sea bastante importante. No nos sorprendería ver la paridad a corto plazo. De hecho, después de perder el 'ancla' de los 1,0500, la volatilidad en el euro/dólar podría aumentar nuevamente con facilidad".
Por un lado, la guerra en Ucrania amenaza de forma seria una actividad económica europea, y golpea su divisa, lo que redunda también en que se están posponiendo las decisiones de inversión y consumo de los agentes europeos. Esta inseguridad está provocando que los capitales se marchen de la zona euro.
"Actualmente, el euro está sufriendo mucho por la incertidumbre sobre los futuros acontecimientos en torno a la guerra de Ucrania. Después de todo, la espada de Damocles de una crisis energética pende sobre la UE, sobre todo si decide implementar un embargo de las fuentes de energía rusas o si la parte rusa interrumpe el suministro de energía que envía a Occidente de forma generalizada. En ese caso, el euro caería por debajo de la paridad con el dólar", advierten los expertos de Commerzbank en su informe semanal.
Por otro, la principal consecuencia económica hasta la fecha ha sido el encarecimiento de la energía, que impacta en la debilidad intrínseca del euro, y se puede apreciar en el índice que confecciona diariamente el Banco Central Europeo y que pondera el tipo de cambio del euro con las divisas de las grandes parejas comerciales del bloque. El índice euro acumula una caída del 3,4% en lo que va de año.
Desde el BCE se ha endurecido el discurso, pero no ha tomado aún medidas, mientras que la Fed ya ha implementado dos subidas de tipos y una de ellas ha sido de 50 puntos básicos.
Unos tipos de interés más altos y cada vez más divergentes (respecto a Europa) hacen que sea más atractivo para los inversores mover su dinero a activos americanos. Esto influjos de capital fortalecen al dólar y pueden debilitar al euro, indicó El Economista ES.