Las criptomonedas se presentan desde su nacimiento como una alternativa válida para ahorrar, sobre todo, en economías emergentes para combatir la escalada de la inflación, que en la Argentina llegó al 6,7% en marzo.
Sin embargo, en un contexto donde la inflación crece no solo a nivel nacional, sino también mundial, más de un inversor, sea mayorista o minorista, busca en el mundo de las monedas digitales una propuesta de valor que mantenga su poder adquisitivo por encima de la media.
A pesar de esta creciente tendencia, más de un analista advierte que la correlación entre la evolución de las expectativas de inflación a largo plazo y la rentabilidad de los activos de riesgo como Bitcoin (BTC), "se complejizó".
De acuerdo a un análisis elaborado por David Lawant, director de Investigación de Bitwise Asset Management, para algunos activos, como las materias primas, las crecientes expectativas de inflación en este nuevo entorno resultaron "una bendición", mientras que para otros, como los activos de alto crecimiento, representó "una maldición".
Para Lawant, "el caso de inversión de BTC se encuentra en algún lugar entre los dos extremos".
Y detalló: "Por un lado, muchos lo reconocen cada vez más como una mercancía cuyas propiedades intrínsecas pueden brindar protección contra la mala gestión monetaria".
También, muchos colocan a la criptomoneda en la categoría de "tecnología potencialmente disruptiva pero aún no probada", mientras que algunos todavía "ponen en duda toda su razón de ser en primer lugar".
A modo comparativo, el experto consideró que "los datos muestran que el primer grupo, Bitcoin como cobertura contra la inflación, logra avances significativos frente al segundo".
El estudio describe que, hasta la crisis de la pandemia, "las correlaciones entre los rendimientos de Bitcoin y los cambios en las expectativas de inflación no constituían tendencia confluída alguna".
"De hecho, la mayor parte del tiempo estuvieron en el rango inferior entre otros activos de riesgo", expresó Lawant.
De todas formas, en su análisis, advirtió que desde entonces "se produjo una tendencia notable, con BTC pasando de ser el activo menos correlacionado con las expectativas de inflación del mercado al activo más correlacionado con ese factor".
Y agregó: "Como activo emergente, puede ser difícil identificar la creciente comprensión del papel de la cripto, pero la tendencia a largo plazo muestra una historia alentadora para Bitcoin".
Por otro lado, consieró que "si se mantiene la relación más sólida a largo plazo entre la inflación y BTC, esto representará una gran noticia para su papel tanto en las carteras de los inversores como en la economía en general".
"La explicación más probable de este cambio es un número cada vez mayor de participantes del mercado, desde macroinversionistas, corporaciones y empresa de seguros hasta asesores financieros, que reconocen el papel de Bitcoin como una posible cobertura contra la inflación", amplío.
En su opinión, "los excesos y la mala gestión en la política monetaria de los últimos años están haciendo que la propuesta de valor única de BTC (ofrecer una política monetaria fijacreíble y también que sea transferible digitalmente) sea cada vez más clara".