Unas protestas por el precio de la gasolina en las calles de Kazajistán, una región de una exrepública soviética, hacen temblar los depósitos en Bitcoin (BTC) de todo el mundo.

Al mismo tiempo, Silicon Valley protesta en Twitter por el precio de BTC y la criptomoneda cae hasta los u$s43.000 por unidad. Podría ser el argumento de una novela de Tom Clancy, pero en realidad es algo que está pasando en este momento

Paren la internet

La caída coincidió con el aumento de la violencia de las protestas y las reacciones del régimen para hacerles frente, entre ellas, el corte de internet. Esto provocó el paro de toda la vida económica y social del territorio en cuestión y una ola expansiva que llega a todo el mundo.

Kazajistán se convirtió en el segundo país con mayor mineria de Bitcoin

Este país asiático es tan grande como Europa Occidental y produce el 2% del petróleo mundial. Se convirtió en el principal centro mundial de minería de Bitcoin tras Estados Unidos, luego de que su vecino China prohibió a las empresas de minería de la criptomoneda en su territorio en 2021. Un clima favorable a los negocios por parte de las autoridades y una energía barata hicieron el resto.

Con datos oficiales, la actividad de minería de Bitcoin consumió el pasado año el 8% de la capacidad de generación del país, cerca de 1.800 GW de potencia provenientes principalmente de plantas de carbón muy poco eficientes. Las cifras son aún más preocupantes si se tiene en cuenta que las emisiones derivadas de la quema de carbón son en China de 1.000 g de CO2 por KW/h y que las de Kazajistán son de 1.500 g. 

La inmigración de capacidad de computación hizo que el país contribuya en 18% a la capacidad mundial de cálculo de la red de Bitcoin. Pero toda esa capacidad se desvaneció cuando el presidente Kasim-Yomart Tokáyev llamó el miércoles pasado a la principal telefónica del país y le dio la orden de "apagar" la internet.

Expertos y empresarios del sector afirman que Kazajistán sólo era un paso intermedio en la migración de la capacidad de cómputo, que el objetivo es establecerse en las Américas, donde las condiciones sociales y políticas son más estables y la energía que se utiliza por la minería es principalmente verde. Si esto fuera así, la red de Bitcoin se revelaría no sólo como resiliente sino como antifrágil en el sentido de Nassim Taleb: sistemas que mejoran con el desorden.

Y esto deja un aprendizaje que puede parecer paradójico: cuanto más fácil sea para un gobierno autoritario cerrar la red más abierta, descentralizada y segura del mundo, más necesario es seguir trabajando para que sea de verdad abierta, descentralizada y segura, según un artículo del sitio La Vanguardia.

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