El Grupo de Acción Financiera Internacional sobre Blanqueo de Capitales (GAFI) actualizó su guía de directrices sobre la regulación de las criptmonedas. La flamante versión puede suponer un antes y un después en el sector, segun advirtieron especialistas.

La versión inicial de las directrices del GAFI fue presentada en 2019. Entonces, los intercambios de criptomonedas y otros proveedores de activos virtuales (VASPs) se vieron obligados a cumplir con las reglas para combatir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, por analogía con las empresas financieras ordinarias.

Un nuevo panorama para las criptomonedas

En particular, los participantes del sector estaban obligados a intercambiar datos de usuarios que realizan transacciones entre sitios.

En junio de 2021, el GAFI señaló que la mayoría de las jurisdicciones todavía no implementaron estos requisitos e instó a las autoridades a acelerar el proceso.

Más detalles

En la guía actualizada, el GAFI recomienda que los países supervisados ​​sean flexibles en la implementación temprana de los requisitos.

El grupo intergubernamental, está formado por representantes de más de 35 país y centrado en la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo lleva desde 2019 extendiendo y actualizando su guía de acción para la regulación de los activos digitales y, aunque no tiene poder real.

Se añaden conceptos como las Finanzas Descentralizadas (Defi) o los NFT, dos términos que se hicieron popular como pocos en los últimos tiempos, y se toca uno de los terrenos más complejos para las normativas, el intercambio de monedas 'peer to peer' (persona a persona, sin intermediario alguno).

El origen de todo este mercado y uno de los aspectos que, aunque lo intentan, más cuesta regular.

Las criptomonedas podrían estar atravesando un punto de quiebre

El análisis publicado por los investigadores en su sitio web señala que en la nueva versión de la guía del GAFI persiste el enfoque expansivo.

Con esto se refieren a que el lenguaje usado en el documento es excesivamente amplio y vago, lo que dificultaría a los legisladores de los países miembros fijar límites claros para la regulación de las criptomonedas.

La actualizaciòn de la guía parece haber recogido algunas de los planteamientos presentados por Coin Center, según reconocen los propios investigadores.

En especial, en lo que se refiere a la concreción sobre "quién es y quién no es un ‘proveedor de servicios de activos virtuales’ (VASP)", obligado a vigilar a sus clientes.

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