La adopción del Bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador ha provocado una ola de especulaciones con otros activos digitales. Se conoció que la billetera de la criptomoneda más popular habilitada por el Gobierno, denominada Chivo, prorratea u$s30 en bitcoins a cada usuario nuevo, lo que equivale a aproximadamente el 8% del salario mínimo mensual en el país.
Muchos ciudadanos, como conductores de Uber, camareros y comerciantes, utilizan este dinero para comprar bitcoin cuando su precio cae, y lo venden después, cuando vuelve a subir, para ganar dólares.
Asimismo, gran parte de los salvadoreños convirtieron las criptomonedas en dólares en efectivo a través de cajeros automáticos.
Por su parte, la agencia Bloomberg precisa que se puede obtener dinero de la cuenta siempre que se produzca alguna transacción antes del retiro. Así, muchos usuarios envían los activos a un familiar, que luego los devuelve, eliminando así la barrera.
Por su parte, muchos ciudadanos se quejan de que a menudo el sistema de pago con bitcoins no funciona correctamente. Josué Martínez, un barista en una cafetería de San Salvador, afirmó a Bloomberg que la red Chivo se cae con frecuencia y a veces los clientes que intentan pagar con criptomonedas se marchan tras informarles que el sistema de pago no funciona.
Además, varios salvadoreños están categóricamente en contra del nuevo sistema. Algunos se niegan a descargar la aplicación porque no quieren que el Estado tenga acceso a sus datos. "El espíritu de bitcoin cuando se creó era evitar que los Gobiernos se entrometieran, entonces ¿por qué el Gobierno salvadoreño lo utiliza?", preguntó el activista digital Roberto Dubon en su comentario al medio estadounidense.
También se destaca la volatilidad alta de los activos digitales. Por ejemplo, el ciudadano Wilfredo Hernández contó que planeaba retirar los u$s60 que él y su esposa tenían en sus billeteras Chivo pero cuando llegó al cajero automático, descubrió que sus monederos ya contenían solo u$s57.
Según Valeria Vásquez, analista para Centroamérica de Control Risks, el experimento de bitcoin es un gran riesgo para el presidente del país, Nayib Bukele, ya que si los salvadoreños comienzan a perder dinero en sus criptocarteras, esto podría provocar el descontento popular.
El Salvador es el primer país en el mundo que permite usar bitcoin como moneda de curso legal, tras la entrada en vigor de la respectiva ley, el 7 de septiembre. Según Bukele, la medida tendrá beneficios para el país como evitar el pago de comisiones por las transacciones e "impulsar la economía".
Existe una nación de la región tiene diferentes proyectos muy avanzados referidos a la temática y podrían llegar a ser tratados en el Congreso en poco tiempo.
Se trata de Brasil, donde al menos 14 políticos manifestaron su interés en promulgar legislaciones similares a la aprobada en El Salvador para hacer de Bitcoin moneda de curso legal, y muchos de ellos ya están llevando a cabo acciones en este sentido.
Al respecto, el parlamentario Aureo Ribeiro manifestó en una entrevista radial que los borradores de la legislación también apuntan a acabar con los delitos financieros con cripto.
"Pronto se podrá comprar casas, autos e incluso una hamburguesa de McDonald’s con Bitcoin, luego de la aprobación de su ley, lo que sucederá pronto", vaticinó el diputado.
La semana pasada se aprobó el informe final elaborado por el diputado Expedito Netto donde se contempla la reglamentación de "monedas virtuales".
Y tras conseguir dictamen, ahora será discutido en el pleno de la Cámara de Diputados.
Ribeiro espera que en el Congreso se produzca un debate donde se separe "el trigo de la paja" para que BTC "sea moneda de cambio".
"Los brasileños están usando Bitcoin en muchos lugares, con la posibilidad de comprar, vender e invertir en este sector. Pero el mercado aún no está regulado y por lo tanto no tiene reconocimiento legal. Eso es lo que se busca cambiar con la legislación", agregó el legislador.
Al respecto explicó que en el Congreso "debatiremos unos años para llegar a un texto que reconozca este activo, que permita su transacción en nuestro país, y que será regulado por una agencia gubernamental, porque trabajaremos con el Banco Central y la CVM (Comisión de Valores Mobiliarios), dependiendo de cómo se reconocerá este activo: como valor o moneda de uso diario".