La banca electrónica comenzó en el país hace no más de tres años, captando a los nativos digitales, adolescentes y jóvenes que por alguna razón necesitaban una cuenta bancaria y una tarjeta y no encajaban en la categoría de clientes que tenían los bancos tradicionales.

Acelerar el cambio

Pero la pandemia del virus Covid-19 aceleró los cambios y, ante la lentitud con la que tomaron los bancos físicos la transformación digital, las fintech empezaron a sumar a los denominados "conversos" digitales.

Se trata de adultos jóvenes de 30 a 40 años, que no nacieron con las nuevas tecnologías móviles y las aplicaciones, pero que se adaptaron rápidamente al nuevo contexto.

Este es el caso de Reba -ex Rebanking- la fintech de Grupo Transatlántica, que nació en julio de 2019 para ofrecer los mismos servicios financieros que ofrece un banco físico, pero sin una sucursal física y con sólo 250 empleados.

"Hoy tenemos 750 mil cuentas abiertas, la mitad de ellas pertenecen a gente que antes no estaba bancarizada o lo estaba en forma parcial, mayormente jóvenes. Pero la otra mitad son adultos que ya tuvieron experiencia en la banca tradicional y que buscan alternativas más ágiles y de menores costos", explicó Stefano Angeli, CEO de Reba.

Stefano Angeli, CEO de Reba.

¿Cómo es su perfil de cliente? En este caso, la edad promedio es de 32 años (el 72 por ciento de su cartera tiene entre 18 y 33 años); uno de cada 10 declara ser monotributista o autónomo, aunque seis de cada 10 está dentro de la categoría "otros", que incluye a distintas actividades.

En Córdoba, la fintech tiene 89.900 cuentas abiertas y el uso más importante que le dan los usuarios provinciales es para tener una tarjeta de débito, por encima de la tarjeta de crédito, compra de dólares, préstamos y otros servicios como pagos e inversiones en bonos, Cedears y fondos comunes de inversión (FCI).

"La apuesta es a digitalizar a nativos y convertidos, por eso apuntamos a esa franja de 18 a 40 años que tiene una necesidad insatisfecha de crédito, de alternativas de ahorro y de inversión en el mercado de capitales y de transacciones como la compra de moneda extranjera", explicó.

Ofrecer inversión

Es por eso que la compañía no está tan pendiente de llegar al millón de clientes –algo que podría concretarse en meses más–, sino en acelerar las transacciones de sus usuarios. La primera apuesta es ofrecer productos del mercado de capitales, apuntando a ese segmento de población que tiene un excedente y que puede invertir.

Reba acaba de lanzar la posibilidad de comprar dólar MEP desde su propia cuenta, lo que permite al particular adquirir una cantidad sin límites de la moneda estadounidense y sin la necesidad de tener que ir a una sociedad de Bolsa.

 

"Para las fintech, la pandemia trajo dos buenas noticias: una oleada gigante de personas que hasta el momento no se había decidido a dejar los bancos de ladrillos, resolvieron pasar a la banca virtual; pero además, generó una gran educación del mercado que aceleró el cambio", resaltó Angeli.

El dato curioso, agrega el ejecutivo, es que a diferencia de lo que sucede en los bancos físicos, los usuarios de la banca virtual tienen cuentas en dos y hasta tres fintech, en buena medida porque en la mayoría no tienen costos. ¿Contra quien compiten los bancos virtuales, si no es entre ellas, entonces? Contra el dinero físico.

"El crecimiento es parejo en todo el país, no hay distinción entre Buenos Aires y el resto del país. En lo que sí se diferencian es en que la competencia en el interior es contra el efectivo, que sigue siendo muy fuerte; pero aún en las provincias hay una oportunidad muy grande, porque se puede explotar todo el interior como si fuera un solo mercado", destacó.

El próximo paso de la compañía será montar su hub de desarrollo en Rosario (allí está la sede central de Grupo Transatlántica) y poner en marcha su plan de expansión hacia el resto de Latinoamérica, remarca una publicación de La Voz.

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