Las criptomonedas no nacen de un repollo ni son traídas de París por una cigüeña. Mucho menos de un banco central que baja la orden para acuñarlas.

En general, se obtienen de tres formas:

- La más sencilla de todas es comprandolas en algún exchange (lo que hacen quienes están dando sus primeros pasos) o vía plataformas P2P ( persona a persona), a las que recurren inversores que ya tienen más experiencia y apuestan por proyectos nuevos con valores bajos y potencial de renta

- La segunda es mediante el intercambio de bienes o servicios con otros usuarios. Este vía ganó muchos adeptos ante la creciente cantidad de comercios (y hasta inmobiliarias) que las aceptan como medio de pago o por "freelancers", que hacen trabajos remotos a firmas de diferentes países y las toman para no perder dinero al convertir los dólares en pesos a la cotización oficial.

- La última forma, y la más compleja de las tres, es la producción en granjas de minería cripto: galpones repletos de computadoras que resuelven problemas matemáticos de alta complejidad para robustecer el método de encriptado. Así, el sistema recompensa con nuevas monedas entre quienes hayan cooperado a mantener la estabilidad del sistema.

De esta manera, cuanto mayor sea la capacidad del dispositivo que trabaje en la red, mayores serán las probabilidades de éxito. Pero no sólo eso: los mineros juegan un papel clave porque son quienes validan y recopilan las transacciones a medida que ocurren y las ordenan en bloques que luego se escribirán en la blockchain.

Recargando wallets

La cantidad de tiempo que le demanda a una computadora casera este tipo de actividad es muy grande. Por ello, para que sea rentable, se necesitan dispositivos muy potentes que, lógicamente, generan un gran consumo eléctrico y exigirán sistemas de ventilación y refrigeración eficientes para prolongar su vida útil.

En diálogo con iProUP, el experto en minería cripto Nicolás Bourbon, califica a la actividad como "carroñera, ya que se instala en donde sea más barato minar y siempre corre detrás de la ganancia"

Argentina, gracias a las diferentes características que presenta, hoy cumple con los requisitos para tentar a pequeños productores individuales, medianos emprendedores locales y, además comienza a estar en el radar de los capitales extranjeros que buscan un escenario beneficioso para instalar sus granjas.

Producir Bitcoin en Argentina es 40% más económico que en Canadá

"Hace unos años, nuestro país había pasado de ser bueno a malo para la actividad, porque durante el gobierno de Mauricio Macri, con el gran aumento en las tarifas eléctricas, combinado con un bajo precio de las criptomonedas, el minado dejó de ser lucrativo", recuerda Bourbon.

El panorama cambió por completo a fines de 2019 con la asunción de Alberto Fernández y el congelamiento de los valores de la electricidad, junto con el boom de las cotizaciones del Bitcoin, Ethereum y las principales monedas alternativas registrado en los primeros meses de la pandemia, tendencia que se consolidó en la actualidad.

"Ahora se produce una incongruencia, porque el minero accede a energía subsidiada, que con la inflación quedó retrasada, y no hay perspectiva de que el precio aumente", dice Bourbon. Y añade que "se está produciendo un activo que luego se va a vender de manera libre y en dólares, mientras que la luz que se paga para producirlos es en pesos".

"Eso no es una cuestión que genere orgullo, pero es la realidad. Los productores están aprovechando una situación coyuntural", reflexiona el especialista. Y es que, luego de la inversión inicial de equipos en dólares o con precios atados a la divisa norteamericana, se calcula que entre el 70 y 80% de los gastos operativos de una minera provienen de forma exclusiva del consumo eléctrico.

Desde la Patagonia hasta "La Feliz"

Además de los pequeños productores, conocidos como "hormigas", que en su mayoría prefieren mantenerse en el anonimato, existen grandes jugadores repartidos en distintos lugares del país.

Por ejemplo, hay una granja de minería en Ushuaia de la empresa BitPatagonia que invitió 15 millones de dólares para equipar un galpón y dedicarse a la minería de Bitcoin para explorar el desarrollo de soluciones blockchain, como la trazabilidad de alimentos, servicio que provee a la alimenticia Newsan Foods, la firma de reciclado Pulpak y a la petrolera Sanflow, entre otros.

"Vemos una esperanza de recuperar parte de nuestros desembolsos por apostar al país para que sea un polo de nuevas inversiones y diversificar la matriz productiva hacia los datacenters", afirman desde la compañía.

Otra firma que se instalará en suelo albiceleste es Bitfarms, que cuenta con bases en varias ciudades de Canadá. En ese país, el costo promedio para minar una moneda completa es de unos u$s7.500. Pero el mismo proceso en la Argentina ronda los u$s4.100, lo que le significaría un ahorro superior al 40%. Además, la firma minó cerca de 1.000 bitcoins en lo que va del año.

La ubicación de estas grandes instalaciones en esta parte del mundo no es casualidad. "La zona sur de nuestro país, la única con un clima frío y constante durante todo el año, hace que el gasto de refrigeración de equipos sea mucho más bajo", destaca a iProUP el experto en criptomonedas Marcos Zocaro.

Así, esta característica de la región (que complica el desarrollo de muchas tareas habituales para las personas), al mismo tiempo ayuda a que los equipos funcionen de manera óptima. Además, existe otro factor fundamental que incentiva la instalación de este tipo de emprendimientos.

"Obviamente, uno de los principales beneficios son las posibles exenciones fiscales en Tierra del Fuego", agrega Zocaro, en referencia a la ley 19.640, "que se suma a esta cualidad de relativo bajo coste de la energía, factor clave en la minería bajo el protocolo de prueba de trabajo", utilizada para producir BTC.

En cuanto a la aplicación de la Ley de Economía del Conocimiento, Damián Miano, CFO de Lothal, startup que tiene en Mar del Plata una granja cripto dedicada a Ether, explica a iProUP que si bien la actividad de procesamiento de nodos blockchain no está alcanzada por la norma, "el desarrollo de software en un entorno de blockchain sí lo estaría, pero para poder acceder debe representar la mayor parte de ingresos de la empresa".

"Habría que analizar bien el encuadre de la actividad de una minera cripto en cada situación particular y, si se cumplen los requisitos estipulados por la normativa, podría gozar de los beneficios del régimen", añade Zocaro.

En el caso de Lothal, que contó con el respaldo del capital semilla del grupo Neutrón, se encuentra en su primera etapa del proyecto y actualmente está finalizando las obras de infraestructura eléctrica para poner en marcha nuevas unidades.

"Vamos a minar Ethereum bajo el algoritmo ETHASH", detalla Miano, y anticipa que la firma está evaluando invertir para el minado de bitcoin (con equipamiento ASICS).

"También estamos en instancia de prueba para la generación de otras cripto. En cuanto a la capacidad de minado, en esta primera instancia, apuntamos a 95.000 MH/S de potencia (para 95.000 millones de operaciones matemáticas por segundo), pero el objetivo es continuar creciendo, por lo cual estamos siguiendo la evolución del mercado", completa el especialista.

Al ser consultado por las cualidades que reúne Argentina para estar en el radar de los grandes inversores del mundo, Miano afirma: "Nuestro país tiene una de las comunidades cripto más activas del planeta y con mayor potencial a nivel Economía del Conocimiento".

La competencia mundial

Las mineras de envergadura mundial se encuentran en lugares fríos, como Canadá y los países nórdicos, países en los que además pueden aprovechar los beneficios de las energías renovables.

Estas regiones, en su mayoría, no tienen la energía tan barata como China, donde se sitúa el mayor número de mineros. Concretamente, el 75% de los productores de BTC.

Por tal motivo, Argentina tiene la posibilidad de captar capitales extranjeros para potenciar la actividad. Pero se debe tener en cuenta dos aspectos clave para el desarrollo a gran escala.

El primero es que el elevado consumo de energía que demanda la minería de bitcoins puede derivar en un problema ambiental. El segundo es el cambio en el formato de producción de ETH anunciado para 2021, que abandonará la minería y obligará a buscar alternativas.

Así, con la energía barata, un ecosistema de talento y empresas consolidado, un mayor interés del público por la criptomonedas y ventajas tributarias para las empresas del Conocimiento, el país seduce a los grandes jugadores del planeta. Tanto, que puede convertirse en una de las mayores granjas cripto del mundo.

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