No solo Bitcoin marcó un nuevo récord en 2021. El precio de Ethereum alcanzó hoy un nuevo máximo histórico al subir un 21% en 24 horas y cotizar en el entorno de los u$s1.470. S

El precio alcanzó los u$s1.473, con lo que supera su anterior máximo de u$s1.439, al que llegó la semana pasada antes de asentarse en el entorno de los u$s1.396.

Este récord llega en el séptimo aniversario desde que su creador, el desarrollador ruso-canadiense Vitalik Buterin, anunciase su lanzamiento en un foro de bitcoin en 2014.

Sin embargo, a las pocas horas el precio comenzó a descender y ahora se ubica en torno a los u$s1.280.

Por otro lado, Ethereum también experimentó unos enormes volúmenes de negociación en ZebPay, el mayor y más antiguo mercado de criptomonedas en India.

"El ethereum tiende a seguir al bitcoin", explica Rahul Pagidipati, CEO de ZebPay. "Ahora que este ha registrado cifras récord y se está consolidando, los inversores añaden ethereum. Juntos constituyen el 80% del total de capitalización de las criptomonedas y son las más fuertes en ZebPay".

Pero además, otro experto en critodivisas, Lark Davis, espera que el precio de ethereum se doble en las próximas 2 semanas tal y como hizo el del bitcoin.

El valor de ethereum subió un 1.200% desde que la caída de marzo de 2020, en comparación con el 700% de bitcoin. El año pasado la criptomoneda registró unas transacciones por valor de un billón de dólares en su plataforma de blockchain, sobrepasando las de algunas plataformas de pagos como PayPal.

Boom Ethereum

El 2020 fue un año inolvidable para Bitcoin. Y también para quienes apostaron por esta criptomoneda cuando inició 2020 en una cifra cercana a los u$s7.000 o hicieron el negocio de sus vidas al comprarla durante el "marzo negro", cuando parecía que este activo se derrumbaba y cotizaba cerca de los u$s5.000.

Pero lo que ocurrió después con este protocolo fundado por Satoshi Nakamoto pasó a estar en la tapa de todos los diarios y portales de noticias: batió un récord tras otro y su precio hoy está en el orden de los u$s33.000.

 

Y si bien esta cifra le dibuja una enorme sonrisa en el rostro a quienes se la jugaron por esta inversión cuando su futuro no estaba tan claro, aquellos ahorristas que no se subieron antes a este fenómeno hoy dudan en hacerlo debido a su elevado valor.

Es que no hay que perder de vista que adquirir un bitcoin cuesta alrededor de $6 millones. Y si bien es claro que en 2021 la divisa seguirá rompiendo sus marcas, su alta cotización puede generar temores o desconfianza en potenciales inversores, que lo pueden ver como "caro" y no tienen en claro cuándo puede ser el momento para animarse.

Algunos podrían animarse con Ethereum, que el domingo pasó los u$s1.450 y superó así su récord histórico de enero de 2018. 

¿Qué pueden hacer?

Al momento de buscar dónde invertir pesos dentro del enorme abanico de posibilidades que brindan los activos digitales, es importante que el ahorrista tenga en claro qué espera conseguir con esta apuesta.

No es lo mismo jugarse por una criptomoneda para obtener una ganancia al venderla en el futuro a un precio superior al que se la compró (y que lógicamente tiene diferentes niveles de riesgo que pueden hacerle ganar plata o perderla) o apuntar a las opciones estables que sirven como un refugio de valor y que en el fondo no están concebidas para transformarlos en millonarios de la noche a la mañana.

En declaraciones a iProUP, Abraham Cobos, Crypto Catalyst de Bitso, destaca la importancia de tener exposición a diferentes clases de activos como un factor fundamental para los ahorristas argentinos y advierte que "muchos son cuidadosos con criptomonedas como Bitcoin por su percepción de alta volatilidad".

Por su parte, Matías Bari, cofundador de la exchange SatoshiTango, agrega a iProUP que "dentro de los usuarios de criptomonedas hay de todo: muchos apuestan a largo, otros a proteger sus ahorros y también hay inversores más arriesgados, más cortoplacistas, que en cuanto tienen la oportunidad de hacer una diferencia la hacen".

Por tal motivo, es importante tener una estrategia planeada, en la que se tenga en claro que son inversiones de alto riesgo y es importante establecer metas de rendimiento y máximas pérdidas que se estén dispuestas a tolerar.

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