En el marco de la crisis económica originada por el Coronavirus, muchas empresas se vieron obligadas a cerrar sus puertas. Sin embargo, y más allá de la pandemia, la evolución de Amazon es digna de estudio.

El gigante del comercio minorista es el paradigma del emprendimiento, ya que se creó en un garaje y conquistó al mundo. Representa el esfuerzo de un hombre, Jeff Bezos, el hombre mas rico del mundo según el ranking de Forbes. Sin embargo, Bezos es austero y discreto, y aplicó su personalidad al modelo empresarial del gigante del comercio electrónico. 

Adaptarse o morir es la filosofía del creador de Amazon. Para muchas empresas, el poder acumulado por la compañía ya es imparable. El reciente anuncio de lanzar una farmacia online para vender fármacos a los estadounidenses mostró, una vez más, los enormes tentáculos que quiere extender en sectores como la distribución, el reparto de mercancías, la compra-venta de artículos, el cine, la música, la robótica industrial.

Al contrario que Google y Facebook, el negocio de Amazon no depende en su mayoría del oligopolio de la publicidad digital. Sus cuentas se hinchan gracias a las ventas online, o sea todo lo que se compra a través de su plataforma, y a Web Services, su división destinada a arquitectura en la "nube" de la que dependen innumerables empresas como Spotify, Netflix, Airbnb o Uber para estar online, así como otros productos conectados como timbres o cámaras de vigilancia inteligentes.

No obstante, el problema de esa excesiva dependencia es que no siempre funciona a la perfección, y esos fallos afectan a todo el ecosistema digital. Esta semana plataformas digitales, aplicaciones del móvil, dispositivos inteligentes del hogar y cientos de miles de webs sufrieron caídas por un fallo en el centro de datos US-East-1 de Amazon Web Services.

¿Prácticas monopólicas?

El modelo de negocio de esta Big Tech funciona, eso es incuestionable, aunque no está exento de críticas. La principal es que acumula demasiado poder, y la empresa fue acusada de prácticas monopólicas. Parecía que Amazon había caminado solo, sin demasiados obstáculos legales. Expandiéndose en todos los terrenos a nivel mundial y los reguladores estaban fuera de su alcance.

En el mes de julio, cuando Bezos hizo su primera aparición ante los legisladores estadounidenses, parecía que se había librado, pero todo tiene un límite. El empresario participó en un interrogatorio en el Senado del país junto con sus homólogos, Mark Zuckerberg (Facebook), Jack Dorsey (Twitter), Sundar Pichai (Alphabet, matriz de Google) y Tim Cook (Apple).

Culpan a la multinacional de usar de manera abusiva los datos que obtiene de otras empresas que utilizan la plataforma para vender sus propios productos.

En su intervención, Bezos defendió que ayudó a crear más de un millón de empleos directos en todo el mundo, y que es un motor de crecimiento para las pymes.

Amazon está ahora en el punto de mira de la Comisión Europea y de Estados Unidos. El pasado año, la comisaria europea Margrethe Vestager dejó clara su posición: el gigante del comercio electrónico puede haber incurrido en abuso de posición dominante en su relación con las empresas que venden sus productos a través de sus páginas.

Su batalla se ha concretado en las acusaciones de la pasada semana, las que culpan a la multinacional de usar de manera abusiva los datos que obtiene de otras empresas que utilizan la plataforma para vender sus propios productos.

Es la segunda investigación que abre el Ejecutivo comunitario contra Amazon es acerca de la sospecha que la firma podría favorecer de manera artificial sus propias ofertas minoristas y las de otros vendedores que utilizan los servicios logísticos y de reparto del gigante tecnológico.

"Estamos en desacuerdo con las afirmaciones preliminares de la Comisión Europea y continuaremos haciendo todo lo posible para asegurarnos de que ésta cuenta con la información necesaria para tener una comprensión precisa de los hechos. Amazon representa menos del 1% del mercado minorista mundial; en todos los países en los que operamos encontramos minoristas de mayor tamaño que nosotros", defienden a ABC fuentes de Amazon.

¿Y la publicidad online?

El gigante del comercio electrónico estadounidense se convertió en el principal anunciante en internet del mundo. Y entre los tres más grandes se reparten la tarta y acumulan el 70% de los ingresos publicitarios en internet, según estadísticas de la consultora eMarketer.

Un negocio demasiado suculento: datos recabados por la firma especializada Digiday advierte que de los u$s 333.250 millones invertidos en publicidad a nivel global en 2019, u$s 144.600 millones fueron a parar al bolsillo de estas empresas. Su poder ha llevado a que, según las estimaciones de la consultora eMarketer, para el próximo año vaya a acaparar el 80% de la publicidad digital junto con Google y Facebook.

El gigante del comercio electrónico es un ejemplo de la inversión en robótica industrial en sus almacenes.

¿Precariedad laboral?

Además del poder acumulado en algunas áreas, Amazon también ha sido cuestionado por su modelo de precariedad laboral y elusión fiscal. En los últimos años, la empresa ha sufrido periodos de huelga por parte de sus trabajadores, quienes han denunciado las malas condiciones en los almacenes.

Entre ellos, el de San Fernando de Henares, en Madrid, donde la campaña de Black Friday de 2018 fue especialmente mediática. Los trabajadores han criticado sobrecargas de trabajo, mano de obra precaria y contratos temporales.

De cara al exterior, el gigante del comercio electrónico es un ejemplo de la inversión en robótica industrial en sus almacenes, por donde desfilan máquinas pensadas para agilizar las tareas.

"Quien marca los ritmos son las máquinas y tienes que llegar. Esto sube los ritmos de producción y los índices de trabajo. En España pasa, y pasa mucho porque se prima la productividad", señalan a ABC algunos trabajadores, quienes consideran que "hay otros aspectos que no cuidan".

"Los empleados de nuestros centros logísticos de San Fernando de Henares (Madrid) y Barcelona (El Prat de Llobregat) cobran actualmente un salario mínimo anual de más de 19.300 euros. El salario se complementa con un amplio paquete de beneficios: seguro médico privado, plan de pensiones de empresa, seguro de vida y accidentes y descuentos para empleados", agregaron, publicó el sitio de ABC España.

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