Francisco de Narváez estaría cada vez más cerca de transformarse en el inversor elegido por Walmart para potenciar el negocio de la cadena estadounidense en la Argentina.

El ejecutivo tiene experiencia en el negocio supermercadista. Su abuelo materno, Carlos Steuer, fue el fundador de Casa Tía, propiedad de la familia hasta mediados de la década del noventa, cuando se vendió la cadena.

Durante su gestión en Casa Tía, De Narváez encaró "un proceso de renovación comercial y tecnológica" que determinaría la desvinculación de la mayoría de los empleados, 3500 de los 5000.

La etapa siguiente de De Narváez transcurrió en la diversificación de los negocios, aunque su exposición pública tuvo un drástico aumento cuando decidió incorporarse a la actividad política para lo cual tuvo que vencer las trabas que le impusieron haber nacido en Colombia.

Entre 2005 y 2010 fue diputado nacional y en 2011 disputó y perdió ante Daniel Scioli la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Aquella frustración marcó el inicio de una etapa de ostracismo político que aún se mantiene.

En cuanto a los negocios, De Narváez fundó Rapsodia, una marca de indumentaria que internacionalizó a través de una alianza con el fondo de inversión L Catterton, con fuerte presencia en los sectores de consumo en América latina.

Antes, De Narváez había puesto fin a su participación accionaria en América TV, donde estuvo asociado con la familia Vila, propietaria del Grupo Uno.

Ahora, según las tratativas encomendadas por Walmart al Citibank, De Narváez podría desembarcar otra vez en el negocio supermercadista. 

La cadena, como otras empresas multinacionales, está revisando su estrategia para Argentina y Latinoamérica Sur, y como parte de la misma cedería el control de sus operaciones. El objetivo de Walmart es que el negocio quede en manos de un grupo que tenga el experiencia en la materia.

Plan 2020

Si bien estas negociaciones comenzaron a principio de año, actualmente se encuentran en un parate por la pandemia global. "A principios de este año, comenzamos a explorar la posibilidad de nuevas alianzas para potenciar nuestro negocio en la Argentina y su senda de crecimiento; un proceso que estaba en sus primeras etapas, pero que confiábamos podía ayudar a acelerar nuestra estrategia en Argentina" explicó recientemente a La Nación Juan Pablo Quiroga, gerente de Relaciones Institucionales de Walmart Argentina.

Y agregó que este proceso está "suspendido" debido a la necesidad de hacer foco en la gestión en el marco de la situación de emergencia por el Covid-19. "Confiamos en el potencial del negocio en la Argentina y seguimos comprometidos con nuestros clientes, asociados y comunidades en la Argentina durante este momento crítico", sumó.

La operación en la Argentina forma parte de un proceso de redefinición de su portafolio de inversiones internacionales que también incluye la búsqueda de un socio o comprador para su filial inglesa.

Walmart ya avanzó con este modelo en Brasil, donde hace dos años llegó a un acuerdo para desprenderse de la mayoría de sus acciones de su filial a manos del fondo de inversión Advent. En Brasil la operación incluyó el cambio de la marca Walmart que en ese mercado ya fue reemplazada por Big.

En la Argentina la operación no incluirá el traspaso de la marca Walmart, aunque la casa matriz está dispuesta a ceder el uso del nombre por unos meses mientras se realice la transición. Dentro de la operación en cambio sí se incluiría a la marca Changomas, que es un desarrollo local exitoso.

Walmart cuenta con 92 locales, de los cuales 29 operan bajo la marca Walmart, 61 son Changomas y dos son mayoristas con el nombre de Punto Mayorista. La empresa norteamericana llegó al país en 1995 y a lo largo de estos 25 años enfrentó momentos complicados y varias idas y vueltas, incluyendo algunos fracasos como el lanzamiento de su club de compras Sam's Club, que nunca se pudo adaptar al mercado argentino.

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