Desde el viernes, algunas ciudades de la Argentina parecen el escenario de un futuro distópico al estilo Hollywood: silencio casi absoluto, calles desiertas y autoridades patrullando.

La cuarentena total decretada por el presidente Alberto Fernández sólo permite la circulación de aquellos empleados que se dediquen a los rubros "esenciales" (alimentación, combustible y salud, entre otros) y de los ciudadanos que salgan de sus casas para cuestiones médicas o adquirir víveres.

Ante supermercados abarrotados, muchas personas han optado por hacer sus pedidos de manera online, tanto con los sistemas propios de las cadenas como de las apps de delivery, para evitar salir de sus hogares.

Pero sin demasiada suerte: los supermercados están con demoras de hasta dos semanas, en tanto que las aplicaciones ofrecen hasta siete días de demora.

Retrasos en supermercados

La semana pasada, las páginas web de los supermercados colapsaron. Desde una de las grandes cadenas, un ejecutivo se sincera a iProUP: "Pensábamos que la demanda iba a subir 10% o 20%. Pero lo que vimos fueron incrementos superiores al Cybermonday o el Hot Sale, una locura. Los sistemas no dieron abasto y hubo que correr a contrarreloj para sumar capacidad en los servidores".

"El problema no es sólo el envío, sino que es un tema de 'manos', es decir, de quienes arman los pedidos", remarcan desde Coto, la cadena que ofrece menos demora en sus envíos: cinco días y cuestan hasta 129 pesos.

El fenómeno online acarrea otra tendencia: al no haber límites físicos para sumar productos al carrito (ya que este es virtual) el ticket tiende a ser más alto en todas las firmas, por lo que dificulta aún más el delivery rápido, ya que se debe disponer de más camionetas.

Walmart bonificó los envíos a domicilio en compras online. Para hacer frente a cuellos de botellas, duplicó su cupo por franja horaria.

Además, viene alentando su modalidad de retiro "pickup": las personas no se bajan del auto y disponen de más medios de pago, incluyendo Mercado Pago, más allá de su app de delivery. En este caso, las demoras llegan a los nueve días.

Algo similar ofrece Jumbo: si bien aparecen "tachados" todos los días para envío a domicilio, es posible retirar los pedidos en tienda en cinco días, donde los empleados suben los pedidos directamente al baúl del coche. Carrefour, en tanto, ofrece un plazo de 13 días.

¿Y las apps?

Las plataformas de delivery, que están en el centro del debate luego de que el Gobierno presentara una propuesta para blanquear a los repartidores, parecen ser la solución perfecta para la adquisición de artículos.

En este caso, a los 59 pesos que hay abonar por el envío, se suman $100 por el costo de servicio. Aunque PedidosYa decidió bonificar el primer ítem.

"Observamos un cambio de tendencia en los usuarios que usan la app para compras en el supermercado. En comparación con las semanas anteriores, notamos que prefieren hacerlas con mayor cantidad de productos por pedido", afirma a iProUP Matías Casoy, country manager de la empresa.

 

El ejecutivo, además, asegura que se nota un fuerte crecimiento en los requerimientos de productos de higiene personal y limpieza. Las ventas se dispararon 50% en comparación con el promedio habitual. Entre los de mayor demanda se destaca el termómetro, con un crecimiento intersemanal de 20%, y el papel higiénico (100%).

Sin embargo, también son presas de las demoras. iProUP intentó realizar una compra en Carrefour por Rappi, pero la demora es de una semana. Es decir, la mitad que propone ese supermercado.

Debido al aumento de la comercialización online de productos de supermercado, tanto Rappi como Glovo avanzaron no sólo en acuerdos con las principales cadenas sino también en otras medidas para estar a tono con la mayor demanda.

"Contamos con autos y camionetas. El gran diferencial es que, además de tener los mismos productos y promos, la banda es una hora y no en cuatro a cinco", explicaba Casoy, de Rappi, que ofrece este servicio con Coto.

En este caso, la logística se cruza con otro desafío: conseguir los mejores productos. "Tenemos personal shoppers, empleados contratados por Rappi e identificados con delantal y gorra naranja, que entrenamos semanalmente", asegura Casoy.

Según el directivo, se encargan de "chequear con el cliente si las paltas están para comer ahora o en 20 días, si hay stock del desodorante requerido, etcétera". Terminada la compra, le misma le es entregada a un repartidor, quien completará la última milla con su auto o camioneta.

En tanto, Glovo está trabajando en su servicio de fulfillment (como se conoce en la jerga a la integración de almacén y entregas que "popularizó" en Argentina Mercado Libre con su depósito automatizado). "El objetivo es tener solución 24/7 de mantenimiento de stock y preparación del pedido con una entrega en menos de 25 minutos", señalan.

Además, las empresas activaron protocolos para evitar la transmisión de la enfermedad entre repartidores y consumidores. "Impulsamos una fuerte campaña de prevención, en la que compartimos medidas de autocuidado e higiene claves para evitar contagios. Estamos incentivando la opción de pago a través de medios digitales y en los próximos días habilitaremos una modalidad de entrega a domicilio sin contacto", remarca Casoy.

"Esta opción permitirá que cuando una persona realice un pedido y lo active, se le informará al repartidor que debe dejarlo en la puerta, tomar una distancia de dos metros y esperar a que el usuario salga a recibir la mercadería", completa.

Desde Glovo informan que junto con la posibilidad de pedir en el chat que la entrega se realice sin contacto, está promoviendo iniciativas y recomendaciones en base a información suministrada por el Ministerio de Salud. "Como política interna los empleados de Glovo trabajan desde sus casas para evitar la circulación", concluyen.

¿Y la comida?

"Existe un consenso entre los actores que participan de la actividad del turismo, la hotelería y la gastronomía en que la nómina salarial de este mes deberá cubrirse con algún tipo de crédito. De ahí las reuniones que estamos promoviendo en general", indica Camilo Suárez, presidente de la Cámara de Turismo de Buenos Aires, para graficar el fuerte golpe de la pandemia al sector.

En efecto, según confirmó Suárez a iProUP, la baja de las ventas de los restaurantes llega al 80%, en tanto que en los hoteles se aproxima casi al 100%.

En el caso de las cadenas de restaurantes, que tienen espaldas más anchas para navegar la crisis del coronavirus, la decisión no tiene grises: bajarán las persianas, más allá de que el decreto de necesidad y urgencia exime a los locales siempre que sólo realicen reparto a domicilio.

"El local está cerrado por desinfección y no abriremos hasta nuevo aviso. Tampoco para delivery", advierten a iProUP desde uno de los locales de pizzerías Kentucky, que cuenta con numerosas sucursales en Capital Federal y Conurbano.

En mismo sentido, el propietario de una red de hamburgueserías con base en Palermo trabó la puerta de sus sucursales el mismo jueves, antes de la decisión oficial. "Cerré todo, desinfecté e hice inventario. Abriré cuando pase todo, que calculo que será en mayo", confía a iProUP.

Sin embargo, la situación de los restaurantes más pequeños, que cuentan, a lo sumo, con dos o tres locales, es muy diferente. "No aceptamos comensales, pero sí take away (retiro por mostrador) y apps de delivery, que a nosotros nos representa el 35% del negocio", confían desde una hamburguesería con tres locales a la calle.

Según pudo saber iProUP, las aplicaciones estaán disponibles 100%. "Funcionaremos como siempre. Dependerá de los comercios que quieran vender y de los repartidores que quieran circular", indican desde una de compañías.

Más allá de la medida dispuesta por el Gobierno, desde el sector argumentan: "Nuestros ciclistas transportan alimentos, artículos de farmacia, y productos de limpieza del hogar e higiene personal. No debería haber problemas, son todos de primera necesidad".

Si bien el decreto de necesidad y urgencia firmado por el presidente Alberto Fernández no hace mención al personal de plataformas, sí exceptúa entre las actividades prohibidas el "reparto a domicilio de alimentos, medicamentos, productos de higiene, de limpieza y otros insumos de primera necesidad". 

A tono con la medida, las aplicaciones analizan limitar la cantidad de artículos que llevan en sus mochilas. Se da por descontado que la opción para transportar "lo que sea" será deshabilitada o bien el repartidor decidirá si realiza o no el pedido.

Lo que sí ya se restringió es la comprar de algunas tiendas, como expendio de juguetes o bazar, que ya aparecen como "cerradas" en la plataforma durante los horarios de atención "normales" de estos comercios.

Desde PedidosYa, informan que están "en comunicación constante con nuestros partners, restaurantes, supermercados, farmacias y comercios en general, así como con los repartidores, para asegurar el cumplimiento de las mejores prácticas de higiene y seguridad".

En tal sentido, las aplicaciones activaron un protocolo para reducir el contacto directo entre el encargado del restaurante y el repartidor, y entre este último y el consumidor final.

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