La primera actriz concebida íntegramente mediante inteligencia artificial (IA) hizo su aparición pública luego de que el estudio Xicoia, derivado de Particle6 Productions, anunciáse que Tilly Norwood está cerca de firmar contrato con agencias de talento de Hollywood.
Esto pavimenta el camino para que una figura sintética compita en igualdad de condiciones, por primera vez, con intérpretes de carne y hueso.
El proyecto detrás de Norwood nació de la visión de la actriz, comediante y tecnóloga Eline Van der Velden, que utilizó diez herramientas distintas, entre ellas ChatGPT, desarrollada por OpenAI, para dotar al avatar de capacidad actoral con matices emocionales y coherencia narrativa.
Su personalidad se sustenta en el motor DeepFame, diseñado para generar respuestas auténticas y mantener la consistencia de su carácter en redes sociales y actuaciones.
Su debut oficial se produjo en el sketch de comedia AI Commissioner, producido por Particle6, y ella misma celebró el estreno en Instagram con el mensaje "¡No puedo creerlo… mi primer papel ya está disponible! Aparezco en AI Commissioner, una nueva comedia que explora el futuro del desarrollo televisivo. Puede que sea generada por IA, pero ahora siento emociones muy reales".
Desde Xicoia indicaron que la aspiración es convertir a Norwood en la próxima Scarlett Johansson o Natalie Portman, una meta que revela la ambición de consolidar a un talento digital con la misma proyección y reconocimiento que las grandes estrellas de Hollywood.
No obstante, la iniciativa desató una fuerte polémica en la industria. Actrices como Melissa Barrera exigieron en Instagram que cualquier agente que represente a Norwood sea "leído en la sala" y abandonado, mientras Mara Wilson cuestionó en redes el uso de cientos de rostros de jóvenes reales para construir su apariencia en el negocio del cine.
Las críticas pusieron sobre la mesa en la industria la urgencia de definir marcos legales y éticos para proteger la imagen, la voz y los derechos de los artistas humanos, ante un escenario donde las interpretaciones digitales pueden realizarse sin el desgaste físico ni las reclamaciones salariales propias de un actor tradicional.
Xicoia, el primer estudio de talento de IA fundado por Van der Velden, lanzó esta iniciativa tras la experiencia de Particle6 en proyectos para BBC, Hearst Networks y Sky Kids.
Su modelo promete reducir costos de producción al tiempo que expande las posibilidades narrativas más allá de las limitaciones presupuestarias tradicionales.
Este hito recuerda la película Simone (2002), en la que un director digitalizaba a una actriz ficticia para relanzar su carrera, una trama que hoy se materializa con Tilly Norwood.