Cuando debatimos sobre inteligencia artificial (IA), solemos imaginar grandes desarrollos que transforman industrias enteras o donde consideramos que la inversión es excesivamente cara y solo pueden ejecutarla las grandes compañías.
Pero muchas veces, el verdadero impacto comienza en pequeño: con una pregunta, una necesidad compartida, o simplemente con el deseo de hacer las cosas de otra manera.
La experiencia nos ha demostrado que la clave no está solo en la incorporación de los últimos avances, sino en hacerlo con un propósito claro. El primer paso en ese camino no parte de la pregunta "¿qué podemos automatizar?", sino de "¿cómo podemos liberar tiempo para enfocarnos en lo que realmente importa?".
De la idea al impacto: el valor de crear con propósito
Durante años, el área legal fue percibida como una función esencialmente reactiva:
- Garante del cumplimiento
- Gestora del riesgo
- Intermediaria de procesos
Pero en un contexto donde la tecnología redefine prácticas y roles, también los equipos Legales están llamados a innovar sin dejar de enfocarse en los temas críticos a resolver y por ende, a repensar su aporte y liderar soluciones con impacto transversal.
Un ejemplo de esta evolución es el desarrollo de asistentes virtuales internos para automatizar la respuesta a consultas frecuentes. Herramientas como Nixi, diseñadas y pensadas desde el equipo de Legal Operation trabajando codo a codo con equipos de Automation, permiten liberar cientos de horas previamente dedicadas a tareas repetitivas.
Nixi está integrado a Slack, la plataforma de comunicación de todos los colaboradores de Naranja X y hoy brinda respuesta 24/7 potenciadas por modelos de lenguaje donde el aprendizaje continuo es la clave para seguir escalando el modelo y perfeccionar la respuesta.
El impacto va mucho más allá de la eficiencia operativa. Estas soluciones reducen la saturación de los canales internos, mejoran la experiencia de los equipos y permiten a los equipos jurídicos enfocarse en decisiones estratégicas, procesos complejos y análisis normativo de alto valor.
De hecho, en algunos casos, estas iniciativas permitieron recuperar más de 700 horas de trabajo al automatizar tareas repetitivas.
Sumado a ello y no menor, es el impacto en el clima de trabajo. Las tareas estandarizadas que deben realizarse por cumplimiento normativo o de plazo, lo que lleva a la obligatoriedad en el tratamiento genera que su automatización impacte en la felicidad de las personas, porque se liberan de trabajo repetitivo para pasar a aportar valor en procesos de mayor complejidad.
Detrás de cada desarrollo exitoso hay tecnología —embeddings, integraciones con APIs, programación—, pero sobre todo hay visión, trabajo en equipo y foco en las personas. Se parte de una necesidad real, se construye un caso de negocio sólido, se colabora con equipos técnicos y se capacita a los usuarios para sacar el máximo provecho.
Solo lo podemos lograr si transitamos el camino de llevar a la tecnología como aliada, como herramienta que será el soporte para hacer un cambio en los procesos y colaborar con los profesionales para que su energía de trabajo esté apuntada a las tareas que adicionan valor o aquellas que resultan de mayor complejidad.
Una incorporación exitosa de la inteligencia artificial en las organizaciones requiere, entonces, una cultura genuina de colaboración, que no se impone desde un organigrama, sino que se construye a partir del diálogo y objetivos comunes, y convierte a un algoritmo en una solución transformadora que trasciende el código y construye un puente entre lo que somos y lo que queremos ser.
Por eso, hoy más que nunca, la inteligencia artificial no debe alejarnos, sino acercarnos. Puede y debe potenciar lo mejor de nosotros: nuestra imaginación, nuestra capacidad de cooperación, nuestro deseo de impactar positivamente.
Con objetivos en conjunto interdisciplinariamente, donde los equipos se apropian de herramientas y hacen que las mismas "sean los delanteros" de sus propios equipos, ayudando y cooperando simplemente a revolucionar la manera de hacer las cosas. Y eso solo es posible cuando se diseña desde las necesidades reales, con propósito, y en equipo.