La historia del argentino Guillermo "Bill" Gaede, conocido como "Crazy Che", es digna de un libreto de Hollywood para una producción de James Bond.

¿Por qué? Este "007 tech" espió para Cuba y los Estados Unidos y robó secretos a las compañías AMD e Intel.

Además, este ingeniero nacido en una casa peronista de la localidad bonaerense de Lanús en 1952 y radicado en Alemania, vendió información a China e Irán (en una cifra cercana a los u$s20 millones según revelaron los medios de comunicación el caso a mediados de la década del noventa), lo que le valió ser condenado a prisión.

Gaede admiraba en su adolescencia a Ernesto "Che" Guevara y a los 21 años se afilió al comunismo y pidió una visa para ingresar a Cuba, pero esta le fue negada.

Una década más tarde, este ingeniero (que se encontraba radicado en los Estados Unidos) se le ocurrió una idea para colaborar con el gobierno de Fidel Castro: revelarle secretos tecnológicos de la empresa en la que trabajaba (AMD) al régimen de la isla.

Captura de pantalla del documental de Gaede, quien pasó tres años preso por vender secretos tecnológicos

Gaede y su "cambio de idea"

Pero en 1990 su visión cambió: tras visitar Cuba, él y su esposa quedaron completamente desencantados con el gobierno local.

En diálogo con BBC, el argentino reveló que se dio cuenta de que el comunismo "era una gran mentira".

"Ahí decidí que no sólo tenía que dejar de ayudar al gobierno cubano, sino que tenía que ayudar a derrocarlo", explicó.

Así, en 1995, le ofreció sus servicios a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y a la Agencia Federal de Investigaciones (FBI).

Gaede arriba a Intel

Gracias a la influencia de estos organismos, consiguió trabajo en Intel, pero su papel de doble agente duró tiempo: los estadounidenses no creyeron la información que Gaede aportó sobre los servicios de inteligencia cubanos.

"Creyeron que era todo parte de un complot de Castro", manifestó el ingeniero.

Ante este revés, y preocupado sobre qué ocurriría con él, Gaede decidió utilizar su talento para el espionaje tecnológico para fines más personales y así fue como logró hacerse con los secretos del microprocesador de Intel Pentium.

Gaede soñaba con ser músico, pero la vida lo llevó por otro camino

Luego le vendió esa información a China e Irán por una cifra estimada en u$s20 millones.

Tras ser descubierto y mientras era juzgado en 1996, Gaede reveló que trabajó como espía para los Estados Unidos, información que generó gran revuelo.

Gaede sentó precedente

Además su caso también sentó jurisprudencia ya que hasta el momento no había ley en los Estados Unidos que penara los robos informáticos.

Quienes lo conocen relatan que Gaede fue literalmente caminando hasta la puerta de la embajada de Cuba en Buenos Aires y ofreció entregar información y luego repitió el procedimiento en los edificios de China e Irán.

La historia de Guillermo Gaede, este autodidacta del espionaje y que protagonizó uno de los casos más curiosos en el final de la guerra fría, puede revivirse en las plataformas de streaming.

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