Cuando en 2008 Nat Turner visitaba Carolina del Norte con su primo de seis años, Brennan Simkins, pasó algo que nadie esperaba: el pequeño Simkins sintió cómo sus piernas se debilitaban y, al poco tiempo, descubrieron que tenía una extraña variación de leucemia mortal.

Luego de esta experiencia, Turner decidió aprovechar los datos de las clínicas para mejorar el tratamiento de los pacientes. Ahí se alió con su compañero de la facultad Zack Weinberg para formar una nueva compañía.

Enfocados en la industria del cuidado de la salud, los emprendedores comenzaron a explorar soluciones. Y así nació en 2012 Flatiron Health, un gran archivo de Big Data que contiene los registros médicos de todas los pacientes.

Según detalla Forbes, la firma logró reunir 328 millones en su lanzamiento, pero luego fue comprada por la farmacéutica suiza, Roche, por 1.9 mil millones de dólares.

Flatiron apunta a solucionar uno de los grande limitantes de esta industria: tener información en tiempo real para que los investigadores trabajan en nuevas soluciones. Además, permite que los médicos recluten pacientes con las condiciones necesarias para probar si una medicina es efectiva.

En total, la solución es implementada por 280 centros médicos y tiene los archivos de más de dos millones de pacientes, con más de 1000 investigadores y médicos en línea.

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