Tomando de base la experiencia cosechada por la implicación en el extinto BlackPhone, un teléfono construido para garantizar la privacidad que en 2014 llamó la atención a nivel mundial, nació Geeksme, una startup que defiende un mensaje: aprovechar el concepto de Internet de las Cosas, una de las tendencia tecnológicas más fuertes, para mejorar el bienestar de las personas.

¿Cómo funciona? Desarrollaron un ecosistema basado en Internet de las Cosas, capaz de adaptarse a todas las necesidades y sectores. Llamado Universal, esta plataforma modular y facilita la creación de diferentes soluciones en poco tiempo y a bajo coste tanto para empresas como para particulares. Y como trasfondo, utilizar los diferentes avances tecnológicos para mejorar el bienestar de las personas.

Por medio de unos pequeños sensores y un sistema central que conecta la información y la procesa a través de la nube se pueden conocer muchos hábitos que, bien analizados, puede servir para optimizar espacios cotidianos o a las personas de nuestro entorno.

"Creemos que la estrategia acertada es ser transversales. Si ofreces un dispositivo transversal y genérica, que se pueda adaptar fácilmente a las necesidades, no necesitas tener algo específico", subraya en conversación para ABC Ángel Sánchez Díaz, su creador.

Bajo ese pilar se ha construido una filosofía por la cual se aboga porque los objetos mundanos se puedan monitorizar y obtener flujos de información con un único objetivo común: mejorar el bienestar de las personas.

"Es algo que todavía está en una capa para personas especializadas, pero todavía no ha llegado al individuo. Tú paras por la calle a la gente y les preguntas y no sabrán probablemente responderte", apunta.

Uno de sus casos de uso más interesantes y el que le ha situado en primera línea ha sido su alianza con el fabricante de colchones Pikolin. El proyecto, lanzado en 2017, propone es un sistema para monitorizar y conocer cómo duermen las personas de cara a mejorar el sueño reparador.

Permite conocer el tiempo de descanso, las horas en las que se acuesta o se levantan las personas, descubrir la fase del sueño. "Este es un buen ejemplo de cómo el IoT si se aterriza bien y se contextualiza realmente aporta un valor", agrega.

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