Dar vida a una idea, hacer todo lo posible para que esta crezca y se convierta en un negocio rentable que permita independencia económica y profesional. Mantenerse lejos de jefes molestos y compañeros tóxicos, rodeándose de mentes creativas que luchan con énfasis por hacerse un lugar en el mercado. Emprender puede ser para muchos un sueño, la obtención del empleo ideal y la tan ansiada libertad.

Como todo sueño, no tiene una edad definida, puede estar presente tanto en jóvenes como en adolescentes o adultos. De hecho, basta con mirar un segundo el mundo del emprendimiento para notar que existen emprendedores jóvenes, otros adolescentes y otros tantos que pasan su carrera profesional preparándose para dar este salto.

Sin embargo, al momento de hacer este sueño realidad, las posibilidades de éxito no serán las mismas para todas las franjas etarias.

Durante los últimos años se ha asociado emprender con adolescencia, con la historia de Mark Zuckerberg como figura máxima del emprendimiento desde la universidad.

Pero ahora, los expertos afirman que la edad ideal para iniciar un negocio propio ya no se encuentra en los 20, sino que ha pasado a estar más cerca de los 30 años. 35 para ser exactos De acuerdo a un ensayo titulado "Older Entrepreneurs Do It Better", publicado en The Wall Street Journal, permite afirmar que las personas mayores de 35 años tienen mayores probabilidades de éxito al comenzar un negocio.

La afirmación proviene del profesor de la Universidad de Syracuse y autor del artículo Carl Schramm, quien mediante una investigación demostró que los denominados "emprendedores de mitad de carrera" tenían dos grandes ventajas respecto a los jóvenes:

1) Experiencia dentro de la carrera elegida luego de años conociendo el mercado pero también sus propias capacidades

2) Mayores probabilidades de obtener autofinanciación, mediante ahorros o estabilidad económica que les permita más facilidades a la hora de obtener un préstamo. Esta es quizá la principal ventaja respecto a los emprendedores adolescentes, que deben recurrir a sus familias para obtener dinero para iniciar su negocio.

Un motivo más Más allá de la investigación del profesor Schramm, diversos investigadores han presentado a lo largo de los años motivos por los que consideran que el emprendimiento es más recomendable luego de pasar las tres décadas de vida.

Además de las dos ventajas antes mencionadas, estos investigadores permiten agregar otra variable de suma importancia: la tolerancia al fracaso. En la adolescencia el fracaso es una posibilidad, pero a los 30 es más bien una realidad y, de hecho, se repite en múltiples ocasiones, según afirma Universia.

Al llegar a esta edad toda persona ha superado una situación de fracaso, incluso aunque sea una pequeña, como suspender un examen o no ser seleccionado en una entrevista laboral. Por ello, los mayores de 30 saben lidiar con el fracaso que es una de las constantes más presentes a la hora de emprender.

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