Fernando Llaver, Thomas Vadora y Carlos Caldart lo hicieron de nuevo. Los fundadores argentinos de la tecnológica Splight, con sede en San Francisco, California, acaban de cerrar una ronda SAFE -acuerdo simple de participación accionaria futura, que otorga derechos de capital en función de la ocurrencia de un evento acordado, de 12.400.000 dólares.
Liderado por el fondo Blue Bear Capital y con participación de su par ZOMA, ambos de la región de las Montañas Rocosas estadounidenses, este desembolso se suma a los u$s14 millones que los emprendedores habían recaudado el año pasado.
Splight: cómo funciona la plataforma
"Nuestra tecnología resuelve uno de los problemas más urgentes que enfrenta la red eléctrica hoy en día: cómo suministrar más electricidad sin esperar años a que se construya una nueva red de transmisión", subraya Llaver, quien cofundó la iniciativa en 2021, luego de una amplia trayectoria como director ejecutivo de Distrocuyo, y ocupa el rol de CEO de la firma.
Y agrega: "Con esta nueva financiación, sumada a la que obtuvimos previamente, ahora contamos con los recursos y el potencial suficientes para expandirnos en nuestros mercados más importantes: Norteamérica y Europa".
Como no podría ser de otra manera, la inversión tiene lugar en una coyuntura de crecimiento sin precedentes en la demanda de energía a escala global.
"La congestión y las restricciones en la transmisión son graves. Es el resultado de tres tendencias estructurales de largo plazo: la electrificación de todo, el aumento de la demanda de grandes cargas como los centros de datos y el aumento de los precios de la energía si no se logra el equilibrio adecuado entre renovables y gas natural licuado", explica en exclusiva para iProUP.
Splight permite optimizar el uso de energía en una era en la que 'todo es eléctrico'
Según el experto, "en promedio, al menos el 50% de la capacidad del sistema está restringida por la congestión. Este cuello de botella frena alrededor de 1,5 teravatios de capacidad de generación y un volumen similar de centros de datos, que esperan en colas de interconexión sólo en los Estados Unidos".
"Las consecuencias reales son profundas: del lado de la oferta, se impide que llegue a la red energía más barata y limpia; del lado de la demanda, se retrasa la capacidad de construir y operar las nuevas cargas masivas impulsadas por los centros de datos", insiste.
En principio, el plan de la compañía, que ya cuenta con operaciones en España, Italia, Alemania y el Reino Unido, consiste en acelerar las implementaciones de su producto DCM (por Dynamic Congestion Management o Gestión Dinámica de la Congestión) en los Estados Unidos.
Dicha solución utiliza un algoritmo patentado de aprendizaje automático para liberar hasta un 100% más de capacidad de transmisión en la infraestructura existente. En concreto, procesa datos de la red en tiempo real para convertir cada activo de respuesta rápida, como las energías renovables, las baterías y las grandes cargas, en herramientas operativas capaces de responder de forma fiable a las condiciones variables de dicha red.
"Si bien las energías renovables llevan aproximadamente 15 años conectadas a la red, su capacidad de respuesta rápida no se ha aprovechado al máximo. Nuestra tecnología cambia esta situación, al convertirlas en fuentes activas de fiabilidad. En lugar de depender de la capacidad inactiva, el sistema ahora puede obtener servicios de activos que reaccionan en tiempo real. Esto representa un cambio operativo fundamental en la estabilización de las redes", destaca Llaver.
Splight: lo que viene
La empresa también prevé emplear parte de la inversión en el desarrollo de nuevos "algoritmos DCM mejorados", para ayudar a los participantes de la red a adaptarse a los requisitos cambiantes que demanda la integración de nuevas grandes cargas.
Lo propio planifica hacer con una nueva herramienta de modelado, bautizada "Sandbox DCM", que se propone optimizar la capacidad de los operadores para visualizar las posibles ganancias de transmisión habilitadas en un entorno de red virtual.
Por si fuera poco, avanza en la implementación de estudios eléctricos con Inteligencia Artificial para acortar los plazos de interconexión de los centros de datos. "Nuestro nuevo producto no es un estudio eléctrico tradicional, sino una simulación de la red en tiempo real impulsada por IA, que modela escenarios previos y posteriores a la contingencia. Esto proporciona una imagen mucho más precisa y práctica, que les permite a los centros de datos interactuar productivamente con las empresas de servicios públicos", asegura.
El equipo fundador de la compañía también combina el conocimiento en desarrollo de software del magíster en Ciencias de la Computación por la Universidad Nacional de Córdoba, especialista en IA por la Universidad de Toronto y CTO de la empresa, Thomas Vadora, y la experiencia científica de su CPO, Carlos Caldart, magíster en Física por el Instituto Balseiro, doctor en Ciencia y Tecnología por la Universidad Nacional de Quilmes, y exinvestigador en IA en la Universidad de Washington.
"Nos impresionó el profundo conocimiento operativo del equipo de Splight sobre la red y su experiencia en aprendizaje automático", afirmó Carolin Funk, socia de Blue Bear Capital al momento del anuncio de la inversión.
"Su probada trayectoria de despliegues globales brindan a los operadores de infraestructuras energéticas críticas la confianza necesaria para implementar tecnología de vanguardia en los activos de la red que constituyen la columna vertebral de nuestras economías y sociedades", añadió al respecto.
En una entrevista con iProUP el año pasado, Vadora explicaba que prácticamente todos los casos de adopción ya concretados por la firma incrementan hasta el doble la capacidad de transmisión. Como ejemplo, mencionó un proyecto de 500 megavatios de generación instalada en la zona de Calama, en el norte de Chile, gestionado por ACCIONA, ENGIE y Enel.
En aquella oportunidad, el emprendedor observó, además, que la Argentina cuenta con recursos renovables probados de altísima calidad y gran potencial de desarrollo, cuya posibilidad de explotarlos es limitada precisamente por la capacidad de transmisión.
En ese sentido, indicó que, si bien nuestro país enfrenta un escenario de agobiante necesidad de inversiones en infraestructura energética, eso se conjuga con escasa capacidad de acceso al capital necesario para financiar tales desembolsos.