Slack fue fundada en 2013 por Stewart Butterfield, cofundador de Flickr, y Carl Henderson, y en solo 5 años lograron entrar en millones de oficinas con su herramienta de chat empresarial, desplazando lentamente a las potentes herramientas tradicionales como las del paquete Office 365 de Microsoft.

Slack debutó la semana pasada en la Bolsa de New York con una valoración de 17.000 millones de dólares, una de las mayores aperturas de una tecnológica en lo que va del año. Esta salida a bolsa llega al mismo tiempo que Microsoft comienza a cosechar los resultados del lanzamiento de Team, un chat de trabajo con la que los de Redmond buscaban evitar la fuga de clientes hacia Slack.

La startup busca reinventar las comunicaciones corporativas, evitando las largas cadenas de mails por mensajes organizados en temas o equipos. Slack no está sola en esta batalla: Google con G Suites, Salesforce, Cisco, Oracle e incluso Facebook compiten por entrar en el ecosistema de la comunicación laboral.

Según Paul Condra, analista de Pitchbook, "el mayor competidor de Slack es Microsoft, que ha hecho avances significativos en los últimos años. Creemos que la ventaja clave de Microsoft es su capacidad para proporcionar integraciones profundas en la suite de Office 365 y penetrar en su actual base de clientes"

En febrero Slack anunció que posee 10 millones de usuario activos, de los cuales 3,5 millones son pagos, según cálculos de Pitchbook. Por su parte Team se ofrece gratuitamente a los 155 millones de usuarios de Office 365. Slack pisa fuerte entre las start up y usuarios independientes, mientras que Microsoft funciona mejor en el ámbito corporativo.

Santosh Rao, responsable de Investigación en la firma de análisis Manhattan Venture Partners, asegura que "las bajas barreras de entrada, la fuerte competencia y el peligro de que el servicio se acabe convirtiendo en una commodity son los principales riesgos para Slack". La plataforma además posee integradas más de 1.500 aplicaciones y se siguen sumando gracias a que Slack permite que los desarrolladores lancen sus propias apps siguiendo ciertos requisitos.

"A medida que las organizaciones sigan adoptando servicios en la nube, la capacidad de integrarlos es probable que crezca. Creemos que estas integraciones son críticas para Slack, ya que se ve a sí misma como una capa de tecnología horizontal con la capacidad para conectar estos sistemas y proporcionárselos a los empleados como una mejor manera de trabajar y comunicarse a través de ellos", señala Condra.

Si bien Slack sigue perdiendo dinero como la mayoría de las start up, la semana pasadaa la firma indicó que sus ventas alcancen los 600 millones de dólares en su actual ejercicio fiscal, que concluye en 2020.

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