Los "venture capitalists", figuras que apuntan a startups tecnológicas con potencial de crecimiento son cada vez más apreciados, sobre todo en provincias como Córdoba. No solo aportan dinero, sino que ademá brindan asesoramiento, contactos e incluso pueden participar en la gestión. Buscan innovaciones para el core de sus negocios a la vez que quieren diversificar sus propias carteras de inversiones y devolver la ayuda que en otro momento recibieron de otros.

La aplicación Ualabee, red de comunidad sobre el transporte público de pasajeros, captó una inversión de 100.000 dólares de programas para emprendedores e inversores que actúan a título personal. Entre ellos podemos mencionar a Luciano Nícora, ex-CEO de V/N Global; Mario Postay, exsocio de Brandigital; Juan Carlos Rabbat, presidente de la Fundación Universidad Siglo 21 y Daniel Gándara, responsable del centro de software en Córdoba de Mercado Libre.

Esta tendencia de "padrinos de las startups" comenzó a inicios de la década actual. En 2012 Alaya Capital Partners fue impulsada por Luis Bermejo junto a empresarios locales, como Mario Barra de la tecnológica Vates y Oscar Guardianelli, exejecutivo de Arcor. En el mismo año se sumó la aceleradora Incutex de Juan Santiago y Walter Abrigo, socios de Santex. Luego surgieron otras como Agencia Córdoba Innovar y Emprender y Cygnus Angel Club.

La mayoría invierte en startups por su curva de crecimiento. También hay otra "regla": si un fondo apuesta a 10 startups, debe lograr que al menos una duplique el capital colocado. De esas, cinco se mantendrán pero no justificarán la inversión y cuatro no sobreviven.

Luciano Nícora, principal referente en Córdoba de Fundación Endeavor e inversor en proyectos tecnológicos, declaró que "uno, que ha sido emprendedor y que ahora consolidó su proyecto, no se olvida de los orígenes, entonces tiene que volver a apoyar a otros emprendedores".

Mario Barra considera que hay devolver a la comunidad emprendedora la ayuda que recibieron ellos cuando arrancaron. Pero es clave hacer una inversión rentable ya que "en Silicon Valley esto genera un círculo virtuoso en todo el emprendedorismo. Acá recién empezamos y el gran desafío es hacerlo rentable", explica.

Por su parte Juan Santiago divide su apuesta en dos: "Si invierto mi capital, busco proyectos disruptivos con impacto económico, social y ambiental, algo con lo que me sienta bien, aún cuando no tenga el mejor retorno; en cambio, nuestro fondo de inversión busca asegurar una rentabilidad promedio de ocho a 10 por ciento anual en dólares", afirma.

Otros inversores como Mario Postay toman el hecho como una apuesta personal. "En este momento, integro un proyecto para procesar plásticos que se presentará en poco tiempo más, uno que apunta a particulares y otro a empresas. En este proyecto me pongo en el traje de emprendedor y salgo a buscar capital semilla, porque me interesa" aseguró el empresario.

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