WeWork: por qué perdió 95% de su valor en apenas 22 meses
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WeWork, fundada en 2010 por Adam Neumann, se presentó como más que una simple compañía de espacios de trabajo compartidos: se autodenominó como una "plataforma de estilo de vida" y capturó así la atención de inversores y emprendedores de todo el planeta.
En la última década, el sector de tecnología financiera -o fintech- protagonizó una transformación radical en la industria de las finanzas y los bienes raíces. Y uno de los principales actores, al menos en un principio, fue WeWork.
Su historia, sin dudas, es un caso emblemático: una empresa que buscó revolucionar el mercado inmobiliario comercial mediante la tecnología y la innovación en su modelo de negocio.
Sin embargo, su ascenso meteórico y posterior derrumbe ofrecen valiosas lecciones sobre la importancia de la gestión financiera sólida y el análisis de riesgos en el ámbito de la fintech.
En el transcurso de la rueda del miércoles 9 de agosto, los papeles de la compañía se hundieron con fuerza y concluyeron la jornada con un derrumbe de 38,56%, hasta los u$s0,13 por acción.
La propuesta de valor de WeWork se basaba en la creación de espacios de trabajo flexibles y colaborativos, impulsados por la tecnología.
El modelo de suscripción mensual y la promesa de una experiencia única atrajeron a miles de inquilinos y a inversores dispuestos a respaldar su expansión global.
No obstante, a medida que WeWork crecía a un ritmo vertiginoso, comenzaron a surgir preocupaciones sobre su sostenibilidad financiera.
La empresa se embarcó en una serie de adquisiciones costosas y realizó inversiones en proyectos extravagantes, diluyendo su enfoque principal.
Además, su estructura financiera interna, con Neumann ejerciendo un control desmedido, generó inquietudes entre los inversores potenciales.
Finalmente, la tan esperada oferta pública inicial (OPI) de WeWork en 2019 se estancó debido a la revelación de pérdidas masivas y una valoración sobreinflada.
Los inversores comenzaron a cuestionar la viabilidad de WeWork como negocio, y la empresa tuvo que emprender una dolorosa reestructuración para frenar sus pérdidas.
La historia de WeWork sirve como recordatorio de que, incluso en la era de la fintech, la gestión financiera sólida, la transparencia y la prudencia en la toma de decisiones siempre serán fundamentales.
La historia de WeWork resuena como una advertencia sobre los peligros de la ambición desmedida y la falta de control financiero en el mundo de la tecnología financiera.
Sin embargo, este no es el único caso que puede ofrecer lecciones en este ámbito.
En la constante evolución del sector fintech también aparecen empresas como Mercado Pago demuestran cómo la innovación puede ser impulsada de manera sostenible.
Mercado Pago, una plataforma líder de pagos electrónicos en América Latina, introdujo recientemente una función novedosa: Reserva, característica que permite a los usuarios separar parte de su dinero dentro de la misma plataforma y generar rendimientos diarios para alcanzar objetivos específicos.
A continuación, el top ten que explica en buena medida por qué WeWork atraviesa este preocupante presente, en el que cada vez se acentúa la posibilidad del cese definitivo de sus operaciones: