Creada en 2009 y lanzada al mercado dos años después, Smartick es una herramienta que cuenta con un sistema de inteligencia artificial que identifica de forma automática el nivel de cada usuario y adapta los ejercicios y las operaciones a resolver al ritmo de aprendizaje de cada niño.

"Más que una aplicación hemos creado un método online de enseñanza de matemáticas para niños de cuatro a 14 años", explica Javier Arroyo, cofundador de la start-up, a El País.

La aplicación ya a 112 países y ha brindado a sus creadores una facturación de 4,8 millones de euros, con un beneficio bruto de explotación (ebitda) de 2,1 millones en 2018, un 40% más respecto a 2017.

Actualmente, cuenta con un equipo de 55 ingenieros, matemáticos, pedagogos, psicólogos y educadores. Todos ellos dan vida a esta herramienta, cuyo modelo empresarial ha llamado la atención de Harvard y del Institut Européen d'Administration des Affaires (Insead, una de las mejores escuelas de negocios del planeta).

Ambas instituciones han publicado casos de estudio sobre el éxito de la compañía. Smartick no es gratis. El precio mensual por alumno ronda los 30 euros. "Sabemos que no es barato pero también que detrás de este método hay mucha investigación y todo un equipo mejorando el producto cada día, asesorando a los padres y dispuesto a escuchar el feedback de los usuarios", explican desde la empresa.

A nivel de usuarios, España es el país que concentra el mayor número: más de 385.000 niños utilizan la herramienta. Pero es en América Latina donde la firma avanza con fuerza desde 2013, cuando saltó el Atlántico. En México ya son 25.000 los clientes. En Colombia, la cifra ronda los 17.000, mientras que en Perú ya hay 7.700 usuarios.

"El mercado latinoamericano genera con mucha diferencia el mayor tráfico, pero el ratio de conversión es mucho mayor en España y EE.UU.", explica Arroyo.

La compañía cuenta con casi 10.000 usuarios en la primera economía del mundo y sigue sumando adeptos con su versión en inglés.

Hoy su gran apuesta está en seguir expandiéndose y para ello reinvierte sus ganancias. La mira está puesta en el mercado asiático donde aterrizó el año pasado. Por el momento, solo está en Singapur y promete seguir ganando terreno.

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