En 2010, Tomás Chernoff, con 18 años, comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo de la impresión 3D. 

Siguiendo los pasos de su papá, Jorge (uno de los primeros argentinos en trabajar con impresión 3D industrial), se especializó en este mercado hasta que, en 2014, creó Che3D, una compañía que buscó abastecer la demanda de estudiantes y emprendedores que estaban buscando producir sus objetos a un bajo costo. 

"Después, empezamos a ofrecer este servicio a empresas. Nos centramos casi exclusivamente en prototipar, diseñar y fabricar productos de forma innovadora para ellos", comenta a iProUP Tomás Chernoff.

En la actualidad, los usos de las impresoras 3D son prácticamente infinitos. Rubros tradicionales como mecánicos o joyeros se benefician con su aplicación. En cuanto a salud, los avances son cada vez mayores: hay grandes avances para imprimir órganos con células madre o hasta alimentos.

En rigor, esta empresa se dedica al diseño y la fabricación de objetos en 3D, tanto para el desarrollo de archivos complejos individuales o en gran escala. Además, cuentan con un equipo de ocho diseñadores industriales especializados en fabricación digital

"En Latinoamérica no hay prácticamente empresas de impresión 3D que tengan la capacidad que nosotros tenemos. Tenemos infraestructura de muy alta precisión y know how para operarlo", cuenta su CEO y fundador y agrega: "Hay una conjunción de elementos poco comunes en el rubro. Nuestros recursos e infraestructura, sumado a la capacidad de poder brindar soluciones flexibles a problemas complejos hace que seamos únicos". 

En el país, el último año se generó un boom de ventas de impresoras 3D: solamente desde el brote de COVID en marzo de 2020, Che3D colaboró con la venta y asesoramiento de impresoras 3D a más de 5.000 emprendedores. La mayoría encontró en esta tecnología un aliado para generar un ingreso extra en plena pandemia.

Esta "explosión" del mercado también llevó a que la firma llegara hasta la Antártida, más específicamente a la Base Marambio. Es que la principal estación científica y militar de Argentina recibió una impresora 3D diseñada por Che3D. Esta tecnología se presenta como una solución para resolver gran parte de las problemáticas cotidianas que surgen  en la Isla, cuya resolución representa una gran dificultad actualmente.

Vivir en la Base Marambio implica una serie enorme de desafíos. Al no tener comercios a su alcance, cualquier inconveniente menor implica una gran movilización de recursos. Por ejemplo, para reemplazar un componente roto no cuenta con disponibilidad de una ferretería o una tienda de electrónica.

Gracias a ser una tecnología polivalente, la impresión 3D emerge como un aliado fundamental para mejorar la calidad de vida en la base: los habitantes pueden resolver las problemáticas cotidianas que se presentan de forma más rápida y precisa.

Primeros pasos

Para comenzar a trabajar, Chernoff solo invirtó en la compra de una impresora 3D desarmada

"Cuando empecé a trabajar con la impresión 3D en 2010 me compré una máquina que usábamos de repuesto. Fabricamos las partes que le faltaban y comenzamos a trabajar solamente con esa impresora. Allí empezamos a profesionalizarnos lentamente, y el haber fabricado esos primeros repuestos nos permitió comenzar a crear máquinas", recuerda el CEO.

Sin embargo, también resalta que los primeros clientes "los encontraron" porque no había en el mercado mucha oferta de esta tecnología: "Eran personas que googleaban soluciones con impresión 3D y se encontraban con nosotros". 

Hoy, la firma cuenta con clientes de distintos rubros como laboratorios o automotrices, mayormente de empresas manufactureras. 

"Nosotros somos sus aliados para evolucionar y hacer más eficiente sus procesos con tecnologías 4.0. Se acercan a nosotros contando su cadena de valor y nosotros les ofrecemos soluciones que no imaginaban que podían acceder. Empresas que fabrican productos o empresas que los distribuyen son potenciales clientes nuestros", suma.

Durante el 2020 la compañía vendió alrededor de 1.000 equipos, acompañando a una gran cantidad de nuevos emprendedores y proyectos. Inclusive, muchos de ellos volvieron este año y compraron su segunda o tercera impresora. 

"Nuestra división más fuerte es el área de desarrollo y producción, que recibió un gran volumen de nuevos proyectos. Este último punto era imprevisto, pero las industrias que se focalizan en transformación digital o con tecnologías exponenciales se transformaron en una herramienta clave para poder brindar distintas soluciones durante la pandemia a todo tipo de instituciones", cuenta Chernoff. 

Además, destaca la iniciativa darmascaras.com.ar, el proyecto con el que trabajaron con el Gobierno de la Ciudad para fabricar máscaras en el marco de la pandemia. Todo comenzó con 50.000 unidades para los médicos de los hospitales de la Ciudad y, a pesar de ser una acción con principios benéficos, les permitió aliarse con Briefing360 y salir al retail con el producto llegando a casi 500.000 unidades durante el 2020.

Y Chernoff agrega:  "Trabajar junto al Ministerio de la Salud de CABA fue una gran experiencia. Les facilitamos más de 50.000 máscaras al costo ($100 final cada máscara). Luego, lanzamos estos productos al retail. Hoy se comercializa en Farmacity, y grandes empresas como Ledesma, Axion ,entre otros clientes, tienen nuestra máscara. A partir de esto surgieron otros grandes proyectos con empresas como Raizen y Magna". 

Cabe destacar que gran parte de los ingresos fueron reinvertidos en la creación de impresoras 3D: "Nuestra área B2B pudo financiar una gran inversión en equipamiento que luego fue comercializada de forma exitosa en nuestra área B2C". 

Lo que viene

Al igual que muchas compañías, Che3D vio como su negocio se transformó por la pandemia.

A las tres semanas del brote de la pandemia en el país producían 8.000 máscaras por día: "Conectamos nuestra área de servicios con nuestra área de productos y comercializamos en alianza con Briefing. Esto nos permitió producir a gran escala, alcanzando el desarrollo de casi medio millón de máscaras. Estamos muy contentos de poder haber podido colaborar con los médicos de nuestro país".

Con este etapa ya en el pasado, desde la firma observan que esta tecnología se está popularizando cada vez más, de la mano de empresas que brindan apoyo y asesoramiento post venta al cliente para que puedan comenzar a emprender. 

"En el área industrial la impresión 3D está presente hace casi 40 años, y cada vez son más las industrias que implementan esta tecnología para hacer más eficiente sus tareas", suma Chernoff. 

En el corto plazo, el CEO y fundador se imagina seguir en la línea de crecimiento, pero apostando a nuevas unidades de negocio: "Sin lugar a duda esta tecnología será esencial en un futuro cercano, al punto de transformar la forma en la que nos relacionamos con nuestro entorno".

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