Pacaso en tan solo cinco meses pasó de ser una ocurrencia hecha empresa a alcanzar la condición de unicornio.Y esta firma estadounidense ha sido la más rápida en alcanzar esa cifra. Ni inteligencia artificial, ni robótica, ni coches autónomos.... Lo suyo son las multipropiedades.

La nueva idea es una plataforma que te permite comprarte una segunda residencia junto con otros tantos usuarios para disfrutarla un par de semanas concretas al año cada uno de ellos. Es algo que ha existido durante años y que incluso quedó denostada por algunos problemas concretos que sufrían algunos de los que se acogían a este tipo de soluciones.

Negocio del 'quiero y no puedo'

Pacaso fue una idea que cristalizó en una empresa en octubre de 2020. Sus fundadores son dos extrabajadores de Zillow, Spencer Rascoff y Austin Allison, que habían estado madurando el concepto desde que abandonaron el barco de esa multinacional, un gigante del 'real state' que tiene una capitalización de mercado de casi 30.000 millones de dólares, si nos atenemos al valor de sus títulos en el Nasdaq. Su idea era clara: hacer negocio del creciente mundo del 'quiero y no puedo'. Según los datos que manejan en la propia 'startup', solo el 1% de la población puede permitirse tener una segunda casa en propiedad. El objetivo es "democratizar" el acceso a lo que ellos consideran un "lujo". 

Los fundadores de la empresa traen de vuelta la idea de los tiempos compartidos

Rascoff y Allison, quien ejerce como CEO, se han fijado en el segmento del lujo. Estas propiedades pueden tener un coste para la compañía de al menos un millón de dólares. Pero puede ser mucho más. Por ejemplo, una casa con piscina en la azotea en la costa californiana tiene un coste total de 8,2 millones de dólares. Porque no se ocupan únicamente de comprarla. La adquieren, pero a continuación la reforman, la equipan con mobiliario de quilates y electrodomésticos de alta gama.

Actualmente, Pacaso está en diferentes puntos de EEUU, aunque su trayectoria apunta a una rápida expansión internacional, con planes para llegar a Europa. De la misma manera que ocurre con los agregadores de marcas de éxito de Amazon, necesitan mucho dinero para echar a rodar.

Necesitan invertir y mucho en esa primera hornada de casas que luego pondrá a disposición en su plataforma. En marzo cerró una ronda de 75 millones de dólares, que fue la que le valió para situarse en el club de los unicornios (la más veloz en lograrlo, algo apoyado y certificado por el sitio especializado Crunchbase). En el momento de ponerse en marcha consiguió 17 millones en fondos de crecimiento. Pero esto no es suficiente, así que también han movilizado mil millones en concepto de deuda. 

Una de las propiedades que se pueden encontrar en la plataforma

En marzo, cuando no tenían ni medio año de año, desvelaron algunos datos. 500.000 personas habían 'deambulado' por la plataforma, 60.000 se habían dado de alta y les habían contactado y más de 100 familias habían adquirido parte de una segunda vivienda. Está claro que el covid-19 ha sido una suerte de bendición para sus inicios.

Ocho como máximo

Lo que hace Pacaso es dividir las propiedades en ocho, limitando así el número máximo de copropietarios que puede tener una casa. Cada paquete da derecho a 44 días de estancia, incluyendo una jornada especial como Navidad, Acción de Gracias u otros festivos nacionales. Un usuario podría comprar hasta 4 paquetes. Es decir, que siempre habrá, por lo menos, dos dueños por lo menos. Permiten planificar estancias con hasta 24 meses de antelación.

Cartel en contra de la plataforma

En algunas poblaciones de esta suerte de pequeña Toscana los vecinos han empezado a movilizarse contra la irrupción de Pacaso. Argumentan que no quieren que sus barrios se conviertan en residencias de tiempo compartido. En estas zonas, la oposición a viviendas vacacionales compartidas ha sido tradicionalmente muy alta y se han producido iniciativas legislativas para atar en corto estas plataformas.

Creen que la irrupción de un negocio así va a traer un proceso de 'gentrificación' en el que va a salir perdiendo el ciudadano local, que estarán condenados a ser testigos de cómo se encarece el suelo. Los dirigentes de Pacaso, que tienen 8 viviendas de lujo en la zona, defienden que ese problema no es causado por ellos, sino que es mucho más amplio. El asunto ha escalado en algunos municipios concretos como en Saint Helen, donde el ayuntamiento ha considerado estas casas como alojamientos compartidos, algo prohibido por las ordenanzas locales. La compañía ha llevado este veto a los tribunales. Cualquier decisión puede ser un obstáculo en una compañía que, a pesar de valer ya 1.000 millones de dólares, apenas tiene unos meses de vida. 

Fuente: El Confidencial

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