La Asociación de Emprendedores de Latinoamérica (ASELA), de la que la Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA) es miembro, y NAUTA, consultora especialista en investigación de mercado, realizaron un estudio para conocer el impacto de COVID-19 en los emprendimientos de América Latina.
De acuerdo con el trabajo, el 88% de los emprendedores argentinos manifiesta que tendrá pérdidas en las ventas, clientes y aprobación de nuevos trabajos, el 48% dice que experimentará dificultades para pagar a sus empleados y el 16% que se verá forzado a efectuar despidos.
Además, a la hora de señalar las principales dificultades que generará la situación actual, cerca de la mitad de los argentinos mencionó la cobranza a clientes (54%), el pago de impuestos (52%) y el pago a proveedores (47%).
A su vez, el 32% aseguró que deberá retrasar la compra de insumos y materia prima, el 30% la entrega de los trabajos y el 26% que tendrá dificultades para pagar préstamos y créditos. Respecto al impacto que tendrá en relación a los empleados, el 47% de los emprendedores cree que verá una baja en la productividad.
De acuerdo al estudio, un emprendimiento argentino podrá sobrevivir un promedio de 40 días si persisten esas dificultades: el 15% asegura que podrá sobrevivir entre una y dos semanas, el 25% entre dos semanas y un mes, el 35% entre uno y dos meses y solo el 25% más de dos meses. Sin embargo, hay diferencias marcadas por rubro:
- Gastronomía: 30 días
- Industria: 34 días
- Retail: 35 días
- Servicios: 45 días
"Este cambio social y económico que estamos atravesando agudiza muchos problemas que los emprendedores y las Pymes enfrentan a diario, como la falta de liquidez."Este cambio social y económico que estamos atravesando agudiza muchos problemas que los emprendedores y las Pymes enfrentan a diario, como la falta de liquidez", sostuvo Daniel Tricarico, director ejecutivo de ASEA
Además, el directivo agregó: "Nos encontramos frente al dilema de cuidar la salud pero, también, de comenzar a liberar actividades y rubros para que los efectos económicos sobre los emprendedores no sean determinantes e irreversibles".
Los argentinos son reconocidos por su gen de reinventarse, de emprender y sacar adelante nuevos sus iniciativas. Si bien la Argentina es un país inestable económicamente, el sector emprendedor y Pyme representan cerca del 44% del PBI y el 51% del empleo. En los últimos años, hubo dos leyes que generaron herramientas para facilitar la tarea de quienes quieren desarrollar sus propias compañías.
Para la redacción de estas normas, jugó un papel vital la Asociación de emprendedores de Argentina (ASEA), una organización sin fines de lucro que se estableció en 2014 con el objetivo de ayudar a los emprendedores argentinos a llevar adelante sus proyectos. Para ello, generaron políticas públicas y capacitaciones pensadas para el sector emprendedor y Pyme.
La primera legislación fue la Ley de Emprendedores, que estableció ciertas cuestiones claves para el ecosistema:
- La creación de las sociedades por acción simplificada (SAS)
- El acceso a capital a través de plataformas de financiamiento colectivo
- El establecimiento del Fondo Nacional de Apoyo al Capital emprendedor (FONDCE)
La segunda fue la Ley de Economía del Conocimiento, que se promulgó el año pasado y establece:
- Mayor estabilidad fiscal para los emprendimientos
- Reducción de aportes patronales
- Bonos de crédito fiscal
- Tasas reducidas de Impuesto a las Ganancias
- Que los emprendedores no sean sujetos de retenciones y percepciones de IVA
Desde el principio, ASEA tuvo el acompañamiento de la Cámara Argentina de Empresas de Software (Cessi) y de ArgenCon, una agrupación de empresas de la Economía del Conocimiento, para presentar el proyecto.
Sin embargo, el gobierno de Alberto Fernández "remodeló" ambas leyes. En primer lugar, puso en standby la Ley de Economía del Conocimiento, cuya modificación espera ser tratada por el Congreso cuando retome la actividad.
Por el otro, la Inspección General de Justicia (IGJ) lanzó nuevas resoluciones que buscan poner más control sobre las SAS pues su titular, Ricardo Nissen, las considera un vehículo para conformar sociedades off-shore.
La ONG lleva a cabo todos los años sus planes de capacitación para emprendedores: durante 2019 se realizaron 70 encuentros en todo el país de los que participaron cerca de 5.000 personas con el objetivo de crear una comunidad. Desayunos, afters y hasta videoconferencias formaron parte de esta iniciativa.
"Somos más de 30.000 emprendedores y hemos generado un programa nuevo este año sumando al que teníamos de mujeres emprendedoras, con el que hemos impactado en más de 1.500 empresarias que profundizaron sus modelos de negocio y generaron una comunidad. También tenemos un nuevo programa, que se llama Segundo Tiempo, para personas a partir de los 40 años y hemos generado cuatro hitos en el interior: en Córdoba, Mendoza, Neuquén y Rosario", dice.
En noviembre presentaron en el Congreso junto a otras organizaciones la propuesta de establecer el 19 de noviembre como el Día de la Mujer emprendedora. El proyecto obtuvo media sanción en la Cámara Baja. La efeméride ya se celebra en 144 países y significa un paso más en el empoderamiento femenino.
Segundo Tiempo, el espacio para emprendedores mayores de 40 años también fue lanzado con un gran éxito. En cuatro encuentros, participaron más de 500 personas.
"Este año vamos a generar seis hitos, vamos a seguir con mujeres emprendedoras pero específicamente en el interior, no tanto en CABA y Gran Buenos Aires. Segundo Tiempo sí, probablemente quede acá. También queremos trabajar mucho lo que es provincia de Buenos Aires, donde hay mucho potencial. Eso lo en términos de programas, quizás hagamos alguna propuesta nueva, puntual que tendremos que ir revisando y después todo lo que es la política pública que tiene que ver con un trabajo de robustecimiento del rol de ASEA en varios espacios, de poder alzar esta voz de los emprendedores, hacerlo de una manera más cercana y contundente, sobre todo con los desafíos que tenemos en términos económicos", cierra el ejecutivo.