Del 10 al 13 de noviembre se realizará en Argentina la Labitconf, la conferencia sobre criptomonedas más antigua del mundo y la más importante de Latinoamérica, que contará con cobertura exclusiva de iProUP.

Dario Nieto, legislador porteño (JxC) y defensor del uso de blockchain en el Estado, conversó con iProUP para analizar el presente de la industria local y cómo será el evento que reunirá a los principales actores del ecosistema cripto global.

1. ¿Cómo evalúa el presente cripto/blockchain de Latinoamérica y la Argentina?

Argentina es una de las capitales cripto del mundo. Me reúno con gente que trabaja en la industria todas las semanas y todos coinciden en que hay un presente excelente y un futuro muy prometedor para nuestro país, si sabemos aprovecharlo.

Esto tiene que ver con dos cosas: por un lado, tenemos uno de los índices de inflación más altos del mundo, falta de transparencia, corrupción, ineficiencia, niveles altísimos de pobreza y una economía cada vez más cerrada y con más trabas, por ello el uso de blockchain y cripto aparecen como una oportunidad inmensa.

Por otro lado, tenemos profesionales y emprendedores muy prestigiosos, con un talento increíble y una resiliencia enorme que es producto de las crisis cíclicas que vivimos. Hay una gran capacidad de innovación, inventiva y creatividad. Esto nos convierte en un país muy competitivo a nivel mundial, la industria del conocimiento global cada vez busca más profesionales de América Latina y de Argentina.

El desafío que tenemos es ser astutos para capitalizar esta situación y que juegue a nuestro favor. Si logramos que todo ese talento que tenemos disponible se enfoque en colaborar para encontrar soluciones a muchos de nuestros problemas las posibilidades van a ser infinitas. Por eso es que me obsesiona que desde el Estado promovamos y apoyemos estas industrias y estas tecnologías, y dejemos de poner palos permanentes al crecimiento del sector.

2. ¿Cuáles son los principales desafíos de los Estados en este contexto de crisis y cómo puede ayudar la tecnología cripto?

Creo que el principal desafío de las organizaciones en general es perder el miedo al cambio y la transformación permanente. En la carrera de ciencia política me enseñaron que el Estado moderno se creó en 1648 y se consolidó en 1900. ¿Cómo era el mundo de 1648 y 1900? ¿Nos siguen sirviendo esas instituciones? Creo que la respuesta es obvia. Y como dirigentes políticos tenemos la responsabilidad de pensar en estos temas mientras lidiamos con la coyuntura.

Si no lo hacemos, nos pasa lo que está ocurriendo ahora: que los Estados no pueden dar respuesta a las necesidades de las personas. En lugar de ser eficientes y simplificar la vida de los ciudadanos, son burocráticos, nos hacen dar vueltas, perder el tiempo y complican cosas que hoy podrían ser verdaderamente fáciles de resolver.

Llevado a un extremo, pareciera como si fueran las personas las que tienen que trabajar para el Estado y no al revés. Hay mucho por hacer, y en ese sentido presentamos tres proyectos que incorporan blockchain: compras y licitaciones públicas más eficientes y transparentes, planes sociales sin intermediarios y agilización en la entrega de títulos universitarios en la Ciudad de Buenos Aires.

En lo referido a las criptomonedas, específicamente, creo que pusieron en evidencia la necesidad de incluir en la currícula a la educación financiera y a las nuevas formas de ahorro. Que cada vez se hable más sobre cripto es algo bueno porque nos obliga a ocuparnos del tema. Creo que la mejor forma de lograr que la política cambie es desde abajo hacia arriba: si las personas cada vez hablan más sobre tecnología y criptomonedas, y se interesan, el tema entra en la agenda social y obliga a la política a prestarle atención, a tratar de entender qué está pasando.

La tecnología es la gran deuda de la política, que la viene siguiendo de atrás desde hace años. Son muy pocos los gobiernos del país que están incluyendo cuestiones como educación financiera, robótica o programación en sus planes educativos. Por suerte, la Ciudad pica en punta.

3. ¿Qué debe pasar para que haya un mayor desarrollo cripto en la Argentina y la región?

Continuar fomentando el talento. Es decir, la formación de programadores y los incentivos al desarrollo de software. Mantener canales de diálogo fluido con la industria para entender mejor cómo debemos interactuar desde el Estado, para ser un promotor en vez de un generador de trabas. No podemos impulsar una industria que no entendemos.

Toda la industria del conocimiento tiene un impacto enorme en nuestras economías, blockchain es uno de los verticales más dinámicos de esa industria. Pero no solo tenemos que pensar en criptomonedas, sino en todos los procesos que podríamos mejorar adoptando otras tecnologías para resolver la burocracia de nuestros gobiernos (blockchain, inteligencia artificial, big data, etc.).

4. ¿Cuáles son las grandes oportunidades para la Argentina y la región en el ámbito cripto?

Argentina es como el mundo ideal para el desarrollo de las cripto porque reúne ciertas condiciones, o más bien complicaciones, que convierten al país en terreno fértil. Tenemos un Estado que cada vez pone más trabas económicas, cepo, brecha cambiaria, depreciación constante del peso y si hay algo que aportan las cripto es libertad, un valor cada vez más buscado. Hoy las personas, a nivel global, quieren poder elegir dónde vivir, para qué país trabajar, en qué moneda cobrar, qué hacer con la plata que se gana. Y todo eso está siendo posible por la tecnología.

Las criptomonedas te permiten trabajar para cualquier parte del mundo y cobrar en una moneda que es global, que no pertenece a ningún país en particular ni es administrada por ningún banco, que no te la van a poder confiscar y que no se deprecia en función de la inflación, un factor clave en Argentina, donde tenemos toda una generación que viene de la hiperinflación y la actual, que va a terminar el año con una inflación por encima del 100%.

Por otro lado, quiero desmitificar esta idea de que las cripto son algo de gente relacionada a la tecnología, de un porcentaje mínimo de los argentinos a los que les va bien porque pueden trabajar para el exterior. Esto puede que sea así en otros países, porque en economías estables y predecibles, las personas están menos abiertas a arriesgarse. Pero en Argentina, tenemos menos para perder. Entonces, las cripto están siendo una gran herramienta de inclusión financiera porque son una forma de ahorrar evitando la devaluación del peso, incluso si la persona ni siquiera está bancarizada, o para trabajar y cobrar de afuera, sin que te pesifiquen al dólar oficial.

Es una alternativa accesible, en un contexto en el que el dólar se convirtió en una moneda cada vez más inaccesible por el cepo. Argentina debe ser uno de los pocos países que invitan abiertamente a manejarse en el circuito económico informal. Y ahí las cripto entran como una alternativa super interesante.

5. ¿Cuál será su participación en Labitconf y sobre qué temas hablará?

En un contexto político y económico tan complejo como el que tenemos hoy en nuestro país, con la peor crisis de las últimas décadas, la verdad es que en la tecnología encuentro esperanza.

Por eso, mi lugar es el de trabajar para tender puentes entre el mundo de la tecnología y el de la administración pública. Lamentablemente, la mayoría de los políticos todavía están lejos de comprender no sólo la oportunidad que tenemos en la tecnología para modernizar el Estado sino que se trata de una revolución que llegó para quedarse, que no es algo sobre lo que vamos a poder elegir si queremos o no que suceda.

Creo que cuanto más se hable de esto, cuánto más sea la misma gente la que presione para que la política entienda la oportunidad que hay en la tecnología, más chances hay de que se acorten las distancias. Estoy obsesionado con acercar ambos mundos y mi participación está enfocada en eso.

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